Ayer se aprobó por 8 votos a favor y 5 en contra el proyecto de Ley del Aborto en tres causales en la Comisión de Constitución. Varias fueron las reacciones de los diputados de la Nueva Mayoría, quienes en su mayoría celebraron el avance, y de la derecha, que criticó el resultado del trámite parlamentario.
Para conocer los desafíos que le esperan al proyecto hasta su aprobación final y lo que quedó pendiente en este proyecto, El Ciudadano conversó con la diputada del Partido Comunista, Karol Cariola, quien además conoce esta realidad de primera mano por ser matrona de la Universidad de Concepción.
Tras la aprobación en la Comisión de Constitución, la UDI -a través de su diputada Claudia Nogueira- anunció que recorrerá al Tribunal Constitucional (TC) para frenar el proyecto. ¿Qué le parece la reacción de la derecha?
No es sorprendente que la UDI utilice esta posibilidad, sobretodo bajo esta mayoría coyuntural que ostenta en este minuto y que les dio paso también a poder revertir la resolución de lo que fue la gratuidad de la Educación. Lo hacen con cada uno de los proyectos que no les gusta, cosa que es bastante triste porque pasa por no respetar los procesos democráticos a los que son sometidos los proyectos de ley.
El proyecto de aborto se discutió por más de un año en la Cámara de Diputados, en medio de un debate largo y arduo. Se debatió en la Comisión de Salud y en la de Constitución y todavía falta que pase por Sala. Como a ellos no les gusta el proyecto, lo que buscan es revertirlo por otras vías y, en eso, el TC es lo que más les acomoda. Para mí eso es un resabio de la dictadura militar a propósito de imponer posiciones de minorías por encima de las mayorías.
¿Qué tan probable es que el TC bloquee la iniciativa?
La derecha tiene la mayoría al interior del TC precisamente porque dejó de ser un órgano de resguardo del contenido de la Constitución para transformarse en otro para dirimir políticamente. Eso es tremendamente negativo porque se convierte en una tercera cámara que respalda o rechaza los proyectos de ley más allá de su inconstitucionalidad o no.
{destacado-1}
Este ha sido un proyecto que ha sido trabajado con mucho cuidado. La propia Comisión de Constitución trabajó los aspectos inconstitucionales que pudieran estar previstos dentro del proyecto. Sin embargo, el argumento que utiliza la derecha es absolutamente falaz. Dice que con el proyecto se está despenalizando el aborto libre y que las mujeres van a ser obligadas a abortar. Esa cuestión es absolutamente contradictoria con el fundamento del proyecto porque lo que busca es despenalizar la interrupción voluntaria, y pongo hincapié en la palabra voluntaria del embarazo en tres causales muy determinadas y concretas, además de muy respaldadas desde el punto de vista médico y ciudadano.
Estos argumentos son una mentira que ellos [la UDI] están trabajando para poder argumentar su posición en el TC. Yo espero que, si al final lo llevan al TC, éste actúe de forma seria y que juegue el rol que tiene que jugar, sin dirimir políticamente una posición por tener esta mayoría coyuntural porque si no, se le quita valor al rol que tienen las instituciones desde una perspectiva de deliberación democrática.
¿Qué le espera al proyecto en el recorrido que le viene en la Cámara de Diputados?
En la Sala esperamos que pueda ser aprobado tanto en general como en particular. Nosotros estamos muy conforme con la aprobación de las 3 causales en ambas comisiones porque, más allá de las modificaciones en la minucia, el proyecto mantiene su esencia: las tres causales.
{destacado-2}
Sabemos que hay partidos dentro de la Nueva Mayoría, como algunos parlamentarios de la DC, que siguen manifestando dudas al respecto. Aún así, la señal política que dieron los parlamentarios DC en la Comisión de Constitución y en la Comisión de Salud es bastante clara y demuestra que el partido, como formación demócratacristiana, está dispuesta a cumplir el compromiso asumido con la ciudadanía, más allá de las contribuciones que hayan podido hacer para mejorar el proyecto, como el tema del acompañamiento.
De hecho, todos estuvimos de acuerdo en que el Estado se tiene que hacer cargo de acompañar integralmente a una mujer expuesta a estas situaciones, sin que eso signifique incentivarla a una opinión o decisión. La decisión tiene que recaer netamente en la mujer y eso queremos resguardarlo porque es parte de su autonomía.
¿Es suficiente este proyecto para abordar la interrupción voluntaria del embarazo?
Creo que lo que hemos logrado es un primer paso. No creo que acá se resuelva todo el problema pero, sin duda, es un paso muy importante. Lo que sí que está claro es que el debate en Chile ya se abrió. Habrá muchos otros temas que tendremos que ir viendo de aquí en adelante para poder debatir sobre una realidad de la que no podemos abstraernos. En Chile siguen habiendo abortos clandestinos por otras causales y frente a esta situación es necesario seguir discutiendo más políticas públicas que nos ayuden a prevenir y a entregarles plenos derechos a las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
Cualquier modificación que se requiera en el futuro va a depender de los acuerdos políticos necesarios para poder establecer mayorías frente a una posición. En este sentido, si no hubiésemos tenido un programa de Gobierno con un acuerdo en conjunto de los siete partidos que decidimos avanzar en la interrupción del embarazo en 3 casuales, Chile seguiría estando dentro de los cuatro países del mundo que prohíben bajo todas las circunstancias la interrupción voluntaria del embarazo.
Meritxell Freixas