Los Juegos Panamericanos Santiago 2023 han centrado la atención del país y el continente en la práctica deportiva de alto rendimiento en múltiples disciplinas. Durante su desarrollo, hemos visto el entusiasmo de miles de chilenos por el deporte y, además, a miles de deportistas buscando sus mejores marcas.
El esfuerzo físico es enorme, pero también lo es el que hacen a nivel mental para sobrellevar la presión de conseguir alguna de las medallas en estas competencias.
Es por eso que, tanto como el trabajo físico, es importante el trabajo en salud mental de los deportistas. Sin embargo, la psiquiatría deportiva es un campo que no ha tenido mayor desarrollo en nuestro país, a diferencia de la psicología deportiva.
Así lo plantea la académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Vania Martínez, quien explica las diferencias entre estas dos disciplinas, una definición a la que se llegó en la International Society for Sports Psychiatry (Sociedad Internacional de Psiquiatría del Deporte), organización a la que fue invitada a participar.
«En este consenso, se determinó que el psiquiatra deportivo tiene tres áreas u objetivos en los cuales puede trabajar: uno es la salud mental y los trastornos de salud mental en personas que practican deportes de alta competición, deportes de élite, como son, por ejemplo, quienes están ahora participando en los Juegos Panamericanos», planteó la docente.
En segundo lugar, agregó, «está el deporte y el ejercicio en su rol para la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales, y en tercer lugar, la salud mental y trastornos mentales que se ven en relación al deporte, pero en personas que practican deportes recreativos».
La psiquiatra relata que «en el mundo, desde finales de los 80, ha aparecido el término de psiquiatría deportiva. Pero no ha tenido igual desarrollo en los distintos países. Existe mayor desarrollo en países de Europa y en Norteamérica, y en Chile todavía no hay grupos de trabajo específicos en esta área de psiquiatría deportiva que, por ejemplo, pertenezcan a la sociedad científica más renombrada».
«El psiquiatra deportivo no existe en nuestro país como tal, existen psiquiatras generales que atiendan a deportistas de élite o que consideran elementos del deporte, la prevención y el tratamiento y también, específicamente, en trastornos de la conducta alimentaria o temas de adicciones que se relacionan con el deporte. Pero es muy necesario poder avanzar también a que haya un mayor conocimiento de esta disciplina», añadió la profesora Martínez.
La profesional ha trabajado en esta materia junto al Comité Olímpico de Chile. Comenta, en ese sentido, el caso de la atleta Simone Biles, quien reconoció tener un problema de salud mental e interrumpió su participación en una competencia para priorizar su salud mental.
«Es ahí donde el psiquiatra deportivo tiene un rol en el diagnóstico y un adecuado tratamiento, considerando todos los aspectos, como por ejemplo, qué fármaco se pueden utilizar por los efectos secundarios o si van a hacer o no detectados en el dopping, también el coordinarse en tratamientos de terapia psicológica apoyando una recuperación de la salud mental», argumenta la académica.
«Es importante considerar que las personas que participan de deportes de competición y de élite muchas veces parten muy precozmente con competencias, dejando de lado también etapas del desarrollo que son habituales, como -por ejemplo- ir a fiestas, perderse también ciertas actividades por tener que ir a competir fuera de Chile, empezar el desarrollo de una autonomía mucho más precozmente y, en ese sentido, también hay que considerar esto como un acompañamiento para las personas, niños, niñas y adolescentes, que participan en deportes de competición», subrayó.
Un caso particular, además, son los deportistas de alto rendimiento que estudian.
En el caso de la Universidad de Chile, esta cuenta con deportistas de elite que ingresan con cupos deportivos. En este ámbito, la profesora Vania Martínez destaca la importancia de desarrollar políticas y también crear un ambiente en el cual estas personas puedan conciliar adecuadamente los desafíos de ser un deportista, las competencias a las que tienen que asistir y también su desempeño académico.
«Deberíamos evitar, por ejemplo, que estas personas sean estigmatizadas y que sufran discriminación, al contrario, son personas que debieran merecer nuestro respeto y darles también un rol para promover el deporte en nuestro país», afirmó.
Cómo ayuda el deporte a la salud mental
La psiquiatría deportiva no solo es para tratar a quienes realizan deportes de alta competición, porque el deporte y el ejercicio ayudan a la prevención de trastornos mentales.
Sobre este punto, la especialista recalca que «un psiquiatra deportivo podría tener un mayor énfasis, un mayor rol, indicando, por ejemplo, cómo hacer para que este deporte efectivamente tenga los efectos que esperamos. Es bien conocido que el deporte, por ejemplo, aeróbico, con cierta frecuencia, cierta periodicidad, puede ayudar a disminuir síntomas de ansiedad y favorecer un estado de ánimo equilibrado».
Por otra parte, la profesional recuerda que «hay personas que practican deportes recreativos, pero que empiezan a desarrollar temáticas como adicción al deporte, al ejercicio o dismorfia muscular o dismorfia corporal. Las personas quieren verse excesivamente con mayor musculatura o trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia, bulimia, etc., o consumos de drogas para mejorar imagen y el rendimiento como esteroides, etc».
«Esos casos pueden ser manejados por psiquiatras generales, pero se requiere un mejor desarrollo o estarse entrenando y capacitando y trabajar en equipos interdisciplinarios para su abordaje», concluyó la profesora de la U. de Chile.
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