Estudio reveló importantes brechas en políticas de salud mental para la niñez y la adolescencia a nivel nacional

Trabajo colaborativo desarrollado por la Escuela de Salud Pública y el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, ambos de la Universidad de Chile, entrega posibles vías de solución a los desafíos identificados, tanto en políticas públicas como en atención y uso de fármacos.

Estudio reveló importantes brechas en políticas de salud mental para la niñez y la adolescencia a nivel nacional

Autor: Absalón Opazo

Este miércoles 5 de octubre, la Defensoría de la Niñez presentó ante el Ministerio de Salud los resultados de un estudio que revela las dramáticas brechas que registra el país en políticas de salud mental para la niñez y la adolescencia.

La investigación, realizada durante los años 2020 y 2021, estuvo a cargo de investigadores de la Universidad de Chile, del Programa de Salud Mental de la Escuela de Salud Pública y del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana. 

El estudio, de carácter mixto, elaboró propuestas y recomendaciones para una nueva red de salud mental para niños, niñas y adolescentes, presentando un análisis acerca de los estándares existentes en materia de derechos humanos, análisis de experiencia comparada, de las instituciones especializadas, de las brechas en el funcionamiento del sistema de salud mental para niños, niñas y adolescentes en Chile, y recomendaciones al Estado para enfrentar las brechas detectadas.

Gonzalo Soto, académico del Programa de Salud Mental de la Escuela de Salud Pública e investigador principal del estudio, explica que el trabajo se inició con un proceso de revisión de políticas comparadas para identificar cuáles eran las dificultades existentes en el país: “La Defensoría quería conocer, a través de un estudio comparado con casos de otros países, políticas de salud mental en la infancia y adolescencia, considerando que Chile cuenta con una política de infancia y adolescencia en general, pero no posee una política específica en salud mental. Ante esto, y de forma colaborativa, se trabajó junto a un equipo de psicólogos, sociólogos y antropólogos para evaluar estas realidades”.

A nivel nacional, el último estudio se desarrolló hace casi 20 años, por lo que fue necesario conocer las realidades de otros países (Nueva Zelanda, Reino Unido, Canadá, Australia, Perú, Uruguay, Portugal y España). Con esos datos, se inició el trabajo que permitió comenzar a identificar y sistematizar las falencias que existen a nivel de relaciones intersectoriales en Chile.

Diego Piñol, investigador del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Universidad de Chile, destacó que la investigación “permitió conocer y sistematizar el trabajo que se realiza en el ámbito de salud mental de niñas, niños y adolescentes (NNA), identificando un conjunto de programas que buscan atender el tema, pero se presentan como una oferta desarticulada, que requiere de una trabajo intersectorial articulado que dé una repuesta integral a las necesidades de estos grupos”.

El principal objetivo, agrega Gonzalo Soto, “era entregar a la Defensoría de la Niñez herramientas para que ellos puedan incidir en la agenda nacional, a través del rol de abogacía que ejerce, respecto a cómo debería desarrollarse una política de salud mental para niños, niñas y adolescentes de nuestro país. Por eso, es importante la presentación ante la ministra de Salud, Ximena Aguilera, para poder iniciar así el debate para que Chile pueda avanzar en una real política y también después materializarse en una estrategia, con un plan específico que permita pensar en nuevos programas o servicios que se puedan adaptar, rediseñar o, de alguna manera, responder a las necesidades de salud mental de los niños, niñas y adolescentes”.

Recomendaciones para fortalecer modelos de salud mental comunitaria

El estudio consideró, entre sus herramientas, la aplicación de una encuesta que logró la participación de cerca de 800 niños, niñas y adolescentes que se encuentran bajo el cuidado gubernamental, en sus diferentes etapas. Los resultados obtenidos permitieron reconocer y valorar la opinión de ellos, resaltando además la necesidad de lograr una participación activa de los NNA en el diseño, implementación y evaluación de las políticas en este tema, así como la importancia de su participación activa en materias de promoción, prevención y atención en salud mental.

En esta línea, las principales recomendaciones estuvieron orientadas a ocho temáticas: Financiamiento, Diseño de política, Planes y programas, Salud mental comunitaria, DDHH, Participación efectiva, Monitoreo y Evaluación.

En este sentido, Diego Piñol afirma que el “estudio entrega un conjunto de recomendaciones de políticas públicas, de forma de superar las brechas de atención. Y entre las recomendaciones más relevantes, se encuentra la creación de un Programa de Mejoramiento de Gestión (PMG) de Salud mental, y dado el carácter transversal del tema, brindar un acceso universal a NNA a prestaciones de salud mental y fortalecer los modelos de salud mental comunitaria”.

Durante la presentación del informe, la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, enfatizó la importancia del estudio y destacó los resultados de la encuesta realizada a nivel nacional: “Los niños, niñas y adolescentes reconocieron el concepto de salud mental como bienestar o sentirse bien. Reconocen como los problemas de salud más importantes para sus pares la ansiedad (92,9% de las menciones), la depresión (92,3%) y las auto lesiones (77,5%). Por otra parte, los y las encuestadas identifican como grupos especialmente afectados en relación a su salud mental a niños, niñas y adolescentes bajo cuidado del Estado (84% de las menciones), a aquellos(as) pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ (82%), a las niñas y adolescentes (65%) y a quienes tienen alguna discapacidad (58%)”.

Por su parte, la ministra de Salud, Ximena Aguilera, señaló que, dentro de los ejes de trabajo del sector, “la salud mental es un tema que ha sido prioritario por muchos años. Ha sido reconocida y son parte de las enfermedades que están en las Garantías Explícitas de Salud GES. Sin embargo, dada la situación de pandemia en estos últimos 2 años, hemos visto agravado el problema de la salud mental en nuestro país”, señaló.

Destacó, además, la importancia de reconocer la brecha y destinar los recursos necesarios para mejorar la salud mental de la población a través de la promoción y prevención de estas patologías, disponiendo de una mayor capacidad de responder a estos problemas, con un enfoque comunitario. De esta forma, cada persona puede acceder a una solución para su problema de salud de manera cercana, a través de los centros de salud mental insertos en la Atención Primaria de Salud, como también por medio de estrategias como la telemedicina.

Cabe señalar que el “Estudio de políticas públicas relacionadas con la salud mental de niños, niñas y adolescentes” fue desarrollado por unequipo de investigadores compuesto por Gonzalo Soto, Olga Toro, Rubén Alvarado y Esteban Encina, integrantes del Programa de Salud Mental de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile; junto a Diego Piñol, Angélica Ramírez, Mauricio Sánchez, Camila Vistoso y Carolina Benavides, del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Facultad de Gobierno de la Casa de Bello.


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