Islandia logró reducir drásticamente el consumo de drogas lícitas e ilícitas en menores, transformándose en el país con la mayor disminución de consumo de drogas en adolescentes de toda Europa. El exitoso modelo, implementado en 1998 con el nombre “Youth in Iceland” (Juventud en Islandia), permitió en cerca de 18 años bajar el consumo de alcohol de 42 a 5 por ciento, el de tabaco de 23 a 3 por ciento y el de marihuana de 23 a 5 por ciento.
Este modelo es el que impulsa a nivel local la Universidad de Chile y el Centro Islandés de Investigación Social (ICSRA) junto a los municipios de Colina, Las Condes, Lo Barnechea, Peñalolén y Renca, comunas en las que desde 2018 se están desarrollando acciones basadas en el modelo islandés para prevenir el consumo de alcohol, tabaco y drogas bajo Planet Youth Chile, proyecto pionero en América. Una de estas medidas contempla la realización de una encuesta para el levantamiento de información local respecto a factores protectores y de riesgo.
Durante noviembre de 2020 se aplicó la segunda de estas encuestas a escolares de las comunas participantes, estudio en el que participaron más de 5.000 jóvenes de segundo año de enseñanza media y que identificó una significativa disminución en el consumo de tabaco, alcohol y marihuana entre adolescentes respecto a la primera encuesta realizada en 2018. El sondeo determinó que el consumo de cigarrillos bajó un 14,6%, el de alcohol un 9,7% y el de marihuana un 10,8%.
La encuesta 2020 indicó que el 36,8% de los jóvenes ha fumado cigarrillos una o más veces en sus vidas y que el 14,8% lo ha hecho en los últimos 30 días. Un resultado llamativo tiene relación con los cigarrillos electrónicos, ya que el 44% de los encuestados afirma haber utilizado este tipo de dispositivos una o más veces.
Por otra parte, un 70,4% señala haber bebido alcohol una o más veces y un 33,9% lo habría hecho en los últimos 30 días. Junto a eso, un 32% indica haberse embriagado una o más veces y un 13,2% dice haberse emborrachado en los últimos 30 días. Respecto a la marihuana, un 18,7% plantea que la ha consumido alguna vez y un 6,9% lo habría hecho en los últimos 30 días.
Carlos Ibáñez, jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y coordinador general del piloto de Planet Youth Chile, indica que la razón central de esta baja tiene que ver con la pandemia.
“Las conductas siempre son multicausales, hay muchos factores que pueden incidir en la modificación del consumo, pero lo que estamos viendo probablemente es debido al cambio de contexto que ha significado el COVID, sobre todo respecto a la restricción de los espacios sociales donde normalmente los adolescentes consumen. Esta crisis sanitaria es muy incidente y una reducción atribuible al modelo islandés sería mucho más modesta que la que estamos viendo. Los jóvenes han estado más en casa, más aislados y, por lo tanto, las oportunidades para comportamientos de riesgo han sido menores. Por otra parte, al igual que en 2018, el monitoreo parental sigue estando asociado a menor consumo en adolescentes”, explica Ibáñez.
Debido al contexto de pandemia y su impacto en las conductas, particularmente en el consumo de sustancias, la encuesta incorporó interrogantes para identificar el impacto de esta nueva realidad en los jóvenes. Una de estas preguntas permitió detectar que todos los consumos de sustancias disminuyeron durante la pandemia, sobre todo de alcohol, excepto el de tranquilizantes.
En tanto, la mitad de los adolescentes considera que esta nueva realidad ha afectado de manera negativa su salud mental y física, mientras la mayoría considera que su experiencia de aprendizaje escolar empeoró durante la pandemia y la cuarentena.
Planet Youth Chile
El desarrollo del modelo islandés en Chile tiene como foco la prevención a través de medidas que buscan intervenir variables ambientales en cada localidad, acciones que se diseñan en base a los datos proporcionados por estas encuestas.
En sus tres años de funcionamiento, el programa ha coordinado distintas iniciativas junto a los municipios participantes, incluyendo a Melipilla. El equipo de la Universidad de Chile, en una primera etapa, adaptó los instrumentos del modelo que se aplicaría en las comunidades, luego realizó la capacitación de los equipos municipales y coordinó la aplicación del diagnóstico en las seis comunas. Posteriormente ha desarrollado herramientas para facilitar y monitorizar la implementación.
“La Universidad ha planteado objetivos transversales para trabajar junto a las comunas y cada una de ellas va aterrizando de distinta manera estos objetivos”, plantea Carlos Ibáñez, quien detalla que “el primero es fortalecer el equipo de prevención en la comuna para que se genere una estructura y coordinación dedicada a esto de manera sostenible. El segundo es disminuir el acceso a alcohol y otras drogas con una mayor fiscalización de la venta a menores y el cumplimiento del número de patentes para la venta de alcohol permitidos por ley. El tercer objetivo tiene que ver con aumentar el involucramiento parental y disminuir la tolerancia social, consumo de alcohol y venta de drogas a adolescentes. Y el cuarto objetivo es potenciar las actividades deportivas y culturales organizadas para los adolescentes”.
Los resultados de esta encuesta serán compartidos y discutidos con las comunas y colegios participantes durante enero de 2021. Esta etapa es fundamental para definir acciones en adelante, señala Carlos Ibáñez, “ya que la entrega oportuna de esta información es la que permite planificar la prevención del consumo en adolescentes, de acuerdo a las necesidades específicas de cada comuna y colegios participantes”.
En este punto, destaca que esta experiencia está siendo observada también desde otras partes de Latinoamérica, ya que el modelo se busca replicar en países como Colombia, Argentina, México y Bolivia, destaca el líder de Planet Youth Chile.
Encuesta 2018
La primera encuesta de este proyecto se realizó en junio de 2018. Los resultados de aquel estudio, entregados durante septiembre y octubre del mismo año, permitieron determinar que el uso de sustancias es alto en comparación con Islandia y Europa.
“Esta realidad está asociada a una cultura favorable para el uso de alcohol (iniciación temprana alta y aceptación por parte de adultos del consumo de alcohol en los jóvenes parece ser común). Además, contamos con un monitoreo individual parental alto, pero colaboración parental baja. Los horarios fuera de casa no supervisados son muy comunes, el bienestar escolar es bajo y, finalmente, el acceso y participación en actividades recreativas y extracurriculares organizadas también es muy bajo”, concluyó el académico de la U. de Chile.