Entre un 55% y 64% han disminuido las prestaciones oncológicas ambulatorias semanales, entre el 15 de marzo y el 30 de agosto de este año por impacto del Covid-19 en nuestro país. La mayoría, referidas a exámenes de diagnóstico y de seguimiento de cáncer.
Así, lo reveló un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, que analizó el número de bonos electrónicos emitidos por imed entre enero y agosto, y su variación respecto a igual período del 2018 y 2019.
El informe precisa que se dejaron de realizar más de 127 mil mamografías, 100 mil endoscopías, 98 mil exámenes de Papanicolau (PAP) y 33 mil colonoscopías entre marzo y agosto de este año. La baja afecta principalmente mujeres y grupos de edades extremas (10 a 20 y más de 60 años), particularmente en las regiones con mayor tasa de incidencia y mortalidad por Covid-19.
La Región Metropolitana sufrió la mayor disminución, cercana al 70% en las prestaciones oncológicas, siendo además la región más afectada por la pandemia hasta la fecha de los datos analizados (31 de agosto).
Las consultas generales de oncología – no vinculadas a un cáncer específico-, a su vez, también registraron una baja de 61% semanal entre marzo y agosto de 2020, comparado con el mismo periodo en 2018 y 2019. Es decir, 1.003 personas menos atendidas en promedio, por semana, respecto a los años anteriores.
“En los próximos meses, el sistema de salud tendrá el enorme desafío de recuperar cientos de miles de atenciones diagnósticas y preventivas oncológicas, cuya postergación puede llevar a un aumento en el diagnóstico tardío de cánceres”, explica el doctor Cristóbal Cuadrado, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile que lidera el estudio.
En tanto, para la académica e investigadora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, doctora Soledad Martínez, “es vital realizar los exámenes de diagnóstico precoz de cáncer postergados lo más rápidamente posible, ojalá trabajando de forma integrada entre la red pública y privada en este momento en que a las personas se les ha permitido salir de casa. No sabemos cuánto tiempo durará esta situación por lo que es crucial aprovecharla. Nuestro sistema de salud debe estar a la altura, mejorando el acceso a todos los chilenos para prevenir este daño evitable a la salud”.
El informe también analiza el impacto diferenciado por género y grupo etario: las mujeres y los grupos de edades extremas (entre 10 y 20 años y mayores de 60 años) son los que se ven más afectados por la reducción de servicios oncológicos.
“Es particularmente preocupante la reducción del número de exámenes que ayudan al diagnóstico precoz de cáncer para los grupos de mayor riesgo. Por ejemplo, los mayores de 50 años experimentan una caída de casi 70% en colonoscopias y las mujeres entre 50 y 69 sufren una reducción de entre 64% y 69% en mamografías”, comenta una de las autoras del informe, la académica de la U. de Chile y doctora, Alejandra Fuentes.
Debido a que el miedo al contagio en los centros de salud es una causa frecuente para no utilizar los servicios de salud, la profesora Fuentes explica que “en el caso de las mujeres y desde una perspectiva de género, podemos vincularlo a una mayor sobrecarga de cuidados”.
Por ello, la académica propone “realizar campañas comunicacionales que informen las edades recomendadas para cada prestación y la importancia del diagnóstico precoz del cáncer, poniendo énfasis en las medidas de seguridad tomadas por los establecimientos. Esto debe ir acompañado de flujos o centros de atención diferenciada que reduzcan el riesgo de contagio y el miedo a consultar”.
Asimismo, como recomendación, el doctor Cristóbal Cuadrado citó la importancia de elaborar un plan de recuperación de prestaciones ambulatorias oncológicas con priorización de las regiones más afectadas: Metropolitana, O’Higgins, Valparaíso, Antofagasta y Biobío.