El docente de la Universidad Andrés Bello y ex integrante de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), Gonzalo Escobar, afirmó que no se ha encontrado en el mundo un caso similar de colusión que involucre tanto a productores como a supermercados en la venta inflada de pollos.
El economista comentó así el más reciente escándalo destapado por la FNE que tiene en la mira a las tres principales cadenas de supermercados del país por fijar un aumento artificial de los precios de carnes de ave, según revelaron correos electrónicos de funcionarios de las empresas coludidas.
Para Escobar, este atentado a la libre competencia que involucra a Cencosud, SMU y Walmart provoca en los usuarios dos efectos: la reducción del poder adquisitivo y la obligación de consumir una cantidad menor de los productos.
El ex investigador de la FNE apuntó además a las bajas sanciones para este tipo de delitos. «La multa máxima son 23 millones de dólares. Si calculamos el beneficio que obtuvieron las empresas de pollos durante los 10 años que duró el cartel, fueron 1.200 millones de dólares», señaló.
Para el sociólogo económico e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central, Nicolás Gómez, las cadenas agroindustriales han sido capaces de «fracturar» la soberanía alimentaria de las familias chilenas, al punto de manejar el 1% del poder adquisitivo de aquellas que reciben un sueldo mínimo cuando compran un kilo de pollo.
Lamentablemente el Estado no ha jugado a favor de grupos sociales que podrían organizarse para incidir en la fijación de precios y combatir los efectos de la colusión, agregó.
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