El excapitán de Carabineros Ricardo Luengo Aracena fue condenado por los delitos de apremios ilegítimos y vejámenes injustos contra cuatro víctimas, y los de falsificación de instrumento público, detención ilegal y obstrucción a la investigación, cometidos en Coquimbo entre octubre y diciembre del 2019, durante el estallido social.
El policía aceptó su responsabilidad en la acusación de la Fiscalía, por lo que fue enjuiciado en un procedimiento abreviado en el Juzgado de Garantía de Coquimbo, que le impuso la pena única de cinco años de presidio, más las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos e inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo que dure la condena.
Sin embargo, tras reunir los requisitos legales, el tribunal resolvió sustituir la pena de cárcel por la de libertad vigilada intensiva por el mismo lapso, con la prohibición de acercarse a las víctimas durante el tiempo de la condena.
En una entrevista concedida al diario La Región de Coquimbo indicó que acudirá a la Corte Suprema de Justicia para que se revise su sentencia.
También manifestó sentirse traicionado por la institución y que fue victima de un montaje , lo cual pretende demostrar con querellas que le permitan llegar hasta el máximo tribunal del país.
A su juicio no se tomaron en consideración las pruebas que demostrarían que actuó apegado a las leyes. Esto debido a la supuesta ideologización de los fiscales del caso.
En sus declaraciones, afirmó que la orden para sacar escopetas y disparar balines de goma, que terminarían siendo de metal, la dio el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, quien está siendo investigado y será formalizado el próximo 7 de mayo por su presunta responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social.
«Cuando esto se supo, yo lo denuncié, pero los altos mandos se escondieron, y quienes estábamos en la calle arriesgando nuestras vidas tuvimos que pagar», señaló al medio citado.
«Quiero aclarar que fue el propio Ricardo Yáñez quien dio la orden de sacar las escopetas para atacar a la ciudadanía y restablecer el orden público, esas escopetas sólo las utilizaba el GOPE», agregó Luengo.
El ex uniformado indicó que en un principio pensaron que las municiones de las escopetas eran de gomas y luego salió a las luz que contenían mayormente meta.
«Nosotros siempre pensamos que esa arma tenía una munición de goma, pero después de 30 días se supo que era un 80% metal, obviamente con los daños que eso provocó», explicó.
Luengo planteó que el mandamás de Carabineros debería aceptar su responsabilidad en las agresiones y violaciones a los derechos humanos registradas contra la población durante el estallido social y renunciar a su cargo.
«Los carabineros no sabíamos lo que estábamos disparando por orden que dio el general Yáñez, quien por dignidad debería reconocer los temas por los que hoy está siendo acusado y admitir también que abandonó a sus carabineros cuando fueron acusados por una orden que él mismo dio junto al general (Mario) Rosas, al final pagamos los subalternos», enfatizó.
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