Organizaciones feministas rechazan pañoleta “salvemos las dos vidas” instalada en el frontis de la Intendencia de Valparaíso

A propósito de la instalación de una pañoleta celeste expresando la consigna “Salvemos las dos vidas” en el edificio de la Intendencia Regional de Valparaíso, varios grupos de mujeres feministas, acompañadas por la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de la Alcaldía Ciudadana, expresaron su rechazo a esta iniciativa contraria al espíritu de la recién aprobada legislación en materia de Interrupción Voluntaria del Embarazo en Chile, que establece claramente tres causales en las que esa premisa no sería la orientación a cumplir.

La declaración fue leída en medio de la intervención visual “Nunca estaremos solas proyecto A”, a cargo de Morín, que habla de visibilizar a mujeres que han abortado en la región de Valparaíso, mostrando los rostros y las miradas de esas mujeres que existen en el país y que abortan constantemente. Al respecto, Romina Maragaño, directora de la Dideco porteña, destacó que la Alcaldía Ciudadana llama a la discusión y conversación sobre el aborto libre, en espacios abiertos y de cara a la comunidad.

“Esta intervención está destinada a poder posicionar y ampliar la discusión en cuanto al derecho de la mujer de decidir libremente en cuanto al aborto. Hace poco se aprobó la Ley por las tres causales, la que debe ser respaldada, tanto por el Estado como por los organismos del Estado, ellos deben ir en esa dirección, más allá de que ideológicamente no estén de acuerdo con el aborto. Hoy hay una ley que está promulgada y que se debe cumplir. Por eso nos llama profundamente la atención el hecho de que la Intendencia colgara este pañuelo con una posición política clara, que de alguna forma cierra las puertas a esta discusión”, sostuvo Maragaño.

La Dideco recalcó que “el criterio con el que está trabajando la Alcaldía Ciudadana va en la línea de promover los derechos de una sociedad más inclusiva, y eso habla de poder abrir los espacios para la discusión de los derechos”.

Por su parte, Ema Rojas, tallerista de dibujo y feminismo de la Casa Taller, expresó que “me parece sumamente grave, porque estamos hablando de una institución del Estado que se manifiesta a través de un banderín, que lo que hace es aportillar los derechos que tenemos las mujeres sobre nuestro cuerpo, en el fondo ni siquiera propone una discusión madura, ellos solamente se sienten con el derecho de representar a un grupo de personas en esa institución, como si todas pensáramos lo mismo”.