Durante la realización del Tercer Seminario de Comunicación de Iglesia realizado en la Universidad Católica, una treintena de estudiantes y laicos, protagonizó una intervención de repudio al cardenal Ricardo Ezzati, quien desvinculara de sus funciones como catedrático de la carrera de Teología de esa universidad al sacerdote jesuita, Jorge Costadoat y por la presencia en ese encuentro de Juan Barros Madrid, designado Obispo de Osorno y quien ha sido vinculado como encubridor de los delitos sexuales cometidos por Fernando Karadima.
Consultado Barros acerca de su relación con la diócesis, este señaló que “sin duda que ha evolucionado; he visitado a las comunidades religiosas, he conversado con sacerdotes y seminaristas, creo que cuando uno se conoce, se mira a la cara y comparte lo que hay en su corazón, se produce un buen entendimiento, triunfa el amor de Dios”.
Además, el cuestionado obispo frente a la pregunta de cómo él enfrentaba la mirada internacional que se ha hecho frente al caso, Barros señala que “la Santa Sede dio un comunicado y ese comunicado (en donde se reiteraba la decisión del Papa Francisco) es bien claro. Yo estoy en las manos de Dios, de la Virgen y, como hijo de la Iglesia, en las del Papa”
Finalmente, es importante considerar que la Iglesia Católica insiste en defender decisiones que a la vista de la ciudadanía son tremendamente discutibles, por lo tanto, si ella espera lograr revertir la sostenida deslegitimación en la que se encuentra debiese empezar por mirarse a sí misma y conectarse con las necesidades verdaderas de su feligreses y de esta nueva sociedad que crece.