Gabriel Salazar: La oligarquía chilena no tiene proyecto país por su origen mercantilista y aristocratizante

“Fríamente vista, la derecha o la oligarquía chilena o capitalista, no tiene programa, nunca ha tenido un proyecto país, no piensa para el país piensa para intereses privados", afirmó el profesor Gabriel Salazar.

Gabriel Salazar: La oligarquía chilena no tiene proyecto país por su origen mercantilista y aristocratizante

Autor: Anais Lucena

La falta de programa o proyecto país de la oligarquía, responde históricamente a su origen, mercantilista y aristocrático, que se remonta a la época colonial, cuando fue instaurado por los españoles el modelo basado en el capital mercantil, cuya naturaleza no invierte ni desarrolla el proceso productivo.

“Fríamente vista, la derecha o la oligarquía chilena o capitalista, no tiene programa, nunca ha tenido un proyecto país, no piensa para el país piensa para intereses privados, suyos de ella misma y de poderes extranjeros”, así lo explicó el profesor e historiador Gabriel Salazar.

En una entrevista concedida a El Ciudadano, el historiador planteó que la derecha chilena no es burguesía industrial sino burguesía mercantil. En este sentido, refiere que dentro del capitalismo heterogéneo coexisten otros tipos de capitalismo: mercantil, industrial y el financiero.

“El capital mercantil no desarrolla el país no puede tener un proyecto país porque (…) castiga la base del productor. No invierte en el proceso productivo”, dijo el profesor de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Al no invertir en la producción, acumula dinero sobre dinero, castiga la ganancia del productor y, por ende, no desarrolla la fuerza productiva y tampoco desarrolla a la población asalariada que opera dentro del aparato productivo, en consecuencia, genera pobreza. Por el contrario, el capital industrial invierte en tecnología para diversificar la producción, genera procesos de expansión económica y la ganancia no es aplastando al productor sino desarrollando la capacidad productiva.

“Fuimos hijos del capital mercantil español, del mediterráneo, lo peor del capital comercial, hijos de la revolución comercial, por eso siempre hemos tenido un capitalismo mercantil no industrial (…) Esta oligarquía que ha minado en Chile era mercader, no tienen concepto de país, no tienen proyecto político para el país, no son nacionalistas, son internacionalistas, la oligarquía chilena (de origen mercantil en lo económico, autoritaria y represiva en lo político), decidió convertirse en aristocracia, nuestra oligarquía prefirió ser siempre aristocracia, optó por lo internacional”, añadió Salazar.

Asimismo, señaló que la oligarquía “tenía una doble enfermedad”, su internacionalización permanente y su afán aristocratizante, por eso, a su juicio, no hay que extrañarse que hoy en día no tenga proyecto país, “el modelo es más avanzado que su capacidad de pensar”. “(La derecha) ha tenido que depender siempre de ayuda externa cuando su poder, su autoridad, su dominación tiene problemas serios. No sabe ni siquiera administrar bien lo que domina porque su afán mercantil es destructivo en sí mismo”, apuntó el Premio Nacional de Historia 2006.

“La historia del capitalismo chileno va jalonada por las pedidas de ayuda (…) Siempre la derecha chilena ha necesitado supervisores extranjeros, no solo no tiene proyecto país tiene un modelo que le regalaron (…) No tiene peso político en sí mismo en este país, necesita que la sostengan como un títere desde afuera, por el capital internacional, o por los expertos de economía liberal, o por la CIA (Agencia Central de Inteligencia por sus siglas en inglés), o por la Universidad de Chicago, o por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y por el Pentágono”, agregó Salazar.

Soberanía en juego

Por otra parte, el profesor Gabriel Salazar considera que entre los retos actuales a los que debe enfrentarse el país, está autoeducarnos en soberanía. “Hay un problema que tenemos que ir resolviendo de a poco y es que la soberanía tiene que encontrarse consigo mismo en el pensamiento y en la acción (…) La soberanía en Chile es lo que está realmente en juego hoy mismo”, sostuvo.

En este orden, hizo referencia a la Convención Constitucional, la cual, en su opinión, tiene un rango ilegítimo, ya que “si hubiera sido organizada por la ciudadanía, libremente electa por los ciudadanos, sería legítima, sería una asamblea legítima, soberana en sí misma”.

Aseguró que “la soberanía debe en algún momento retornar al pueblo real, la soberanía real, hay que activar, desarrollar, pensar, invertir en las asambleas territoriales, porque allí está realmente la soberanía latente o viva”.

Señaló que, históricamente, la soberanía radica, se muestra tal como es y funciona óptimamente, es cuando opera siempre desde lo local a lo nacional, no al revés. “La verdadera soberanía surge desde lo local, su verdadero poder se desarrolla desde lo local a lo regional y lo regional a lo nacional, el error nuestro por muchos años, por muchas décadas, es intentar dominar lo nacional y por eso la figura del Presidente”, puntualizó.

Además, aseveró que “cada día más la figura del Presidente, como el poder supremo, como la figura del salvador del país, el caudillo, viene de la historia también, porque el Estado nacional moderno quiénes lo construyeron, fue construido por los reyes absolutos y ellos obedecían a la soberanía no del pueblo sino a la soberanía de Dios”.

Finalmente, sentenció que la soberanía empieza donde estamos juntos, y eso es el pueblo, la comunidad, la comuna.

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