Luego de que la Corte de Apelaciones de Rancagua ordenara la libertad de Eduardo Macaya Zentelli, condenado por dos delitos de abuso sexual infantil, medios de comunicación revelaron las privilegiadas condiciones carcelarias que marcaron las 72 horas de reclusión del empresario agrícola.
Según consignó El Mostrador, tras ingresar a la cárcel de Rancagua el pasado viernes 19 de julio, Macaya no fue derivado a una celda como el resto de los presos. En cambio, se le permitió quedarse en una sala del hospital del recinto, el mismo lugar donde había permanecido durante el mes que alcanzó a estar en prisión preventiva el año pasado.
El día de su llegada -sin esposas y en una camioneta particular-, Macaya se saltó la revisión a la que someten a los nuevos internos y se le derivó directamente al hospital penitenciario. Esto contrasta con el tratamiento general que se le da a los reclusos, que llegan en el furgón de Gendarmería totalmente desconectados del exterior.
Una vez internado, Macaya se instaló en una habitación individual con baño privado en una sala reservada exclusivamente para mujeres. El padre del presidente de la UDI incluso llevó sus propias mantas, una señal que revelaría -según las fuentes citadas por El Mostrador- que siempre estuvo al tanto del lugar donde cumpliría sentencia.
Tras revelarse estos antecedentes, la diputada Carmen Hertz (PC) anunció que envió un oficio al ministro de Justicia, Luis Cordero, para que Gendarmería informe sobre las irregularidades que marcaron los tres días de reclusión de Eduardo Macaya Zentelli.
Durante la mañana de este martes, Gendarmería anunció la apertura de un sumario interno para investigar la situación.