La normalización del piropo como una forma cultural popular inofensiva, ha resultado una manera terrible de perpetuar las solapadas prácticas de violencia en contra de la mujer. Cubiertas de un tono pícaro, humorístico, supuestamente alejado de cualquier mala intención, los piropos son pequeñas unidades de violencia que terminan por someter a las mujeres a un juicio perverso por parte de las formas convencionales históricas del hombre en donde ellas son nuestros objetos de deseo, objetos para satisfacer nuestras necesidades de macho, son solo eso, objetos.
Por estos días pude acceder a unos afiches que son parte de la campaña #AQUIHAY, en donde a partir de 10 casos reales de mujeres que fueron acosadas en la calle 10 de julio de la capital, con comentarios expresados por distintos hombres, entre los que figuran sentencias brutales como «Ojalá fuera laxante para hacerte cagar», «Hijita, le rompería el culo hasta que sangre», «Guachita, le haría un aborto con el pico» o «Mijita rica, te chuparía hasta el hoyo», se busca poner alerta en las permanentes formas de violencia que siguen imperando en nuestro país para con las mujeres.
En cada afiche diseñado por la artista Francisca Pérez, se aprecia una frase violenta -en formato «piropo»- emitida a una mujer con nombre y apellido, el lugar y hora en donde se enunció, todo esto sobre la ilustración de una mujer. La última parte dentro de esta campaña se realizó el 10 de diciembre a través de la instalación de estos carteles junto con animitas en los lugares en donde se emitieron estas frases cargadas de violencia.
Les dejamos a continuación esta lúcida campaña que pretende erradicar las maneras terribles en que se aborda y convive con la mujer, estableciendo la siguiente afirmación: «Este espacio es público, nuestro cuerpo no».