Una educación socialista y atea, un globalismo rabiosamente laico y un arte antimetafísico. Esos son algunos de los supuestos males de la sociedad moderna que el Partido Nacional Libertario pretende combatir a través de la candidatura presidencial de su líder, el diputado Johannes Kaiser, cuyo sorprendente ascenso en las encuestas comienza a hacerle sombra a quien fuera antiguamente su mentor, el republicano José Antonio Kast.
Recientemente se filtró un documento del Partido Nacional Libertario que profundiza en algunos de los pilares programáticos de una eventual candidatura presidencial de Kaiser. Según dio a conocer The Clinic, las áreas más fuertes de esta apuesta programática son economía, seguridad y educación-cultura.
En economía no hay mayores sorpresas. Desde la colectividad de ultraderecha se han declarado abiertamente admiradores del Gobierno de Javier Milei en Argentina y critican «las políticas de corte socialista» que han sumido a Chile en «un ciclo de precarización insostenible».
En esa línea, el partido destaca el valor «absoluto y primordial» de la libertad, la propiedad privada y la igualdad ante la ley. Además, siguiendo los lineamientos de la Escuela Austriaca de Economía, se comprometen a promover la reducción de impuestos, la transparencia fiscal y el fomento del emprendimiento.
El coordinador de esta área es Víctor Espinosa, doctor en Economía y máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos. En el pasado, Espinosa fue investigador de la Fundación para el Progreso, organización presidida por Axel Kaiser, hermano de Johannes, y actualmente se desempeña como profesor investigador de Faro UDD.
En seguridad, el Partido Nacional Libertario parte diagnosticando una «falta de apoyo político» al uso de la fuerza policial, y proponen integrar a los funcionarios de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública a las comunidades, además de crear un Sistema Integrado de Defensa y Seguridad Nacional.
La batalla cultural
Si bien los ejes de Economía y Seguridad no distan mucho del discurso tradicional de la derecha, donde el Partido Nacional Libertario sí da rienda suelta a su creatividad es en el área de educación y cultura.
El documento asegura que la educación chilena está dominada por tendencias «deconstructivistas y neomarxistas», las cuales serían promovidas por organizaciones internacionales alejadas del desarrollo y progreso que desean los ciudadanos.
En cuanto a la educación pública, la colectividad asegura que ésta ha transformado a jóvenes en «eje de instrumentalización política», con un sistema educativo que es funcional «al socialismo, ateísmo y materialismo».
Desde la tienda también afirman que la educación está al servicio «del dogma de la pseudo religión globalista, de un laicismo rabioso, cristianofóbico y anticultural», mientras que el arte subvencionado por el Estado promueve una cosmovisión «antimetafísica, inminentita, monista, líquida y amoral, de una sociedad que, seducida por el vano placer, avanza progresivamente a su destrucción».
En esa línea, se reivindica el rol de la meritocracia para recuperar «la excelencia académica» y se busca impulsar «una transformación radical respecto de la selección de los contenidos y sus directrices» tanto en colegios públicos como privados.
Finalmente, el Partido Nacional Libertario asegura que continuarán «firmes en la defensa del Bien, la Verdad y la Belleza»