El miércoles pasado, la Corte Suprema dio a conocer el fallo mediante el cual acogía un recurso presentado por una persona trans que quería cambiar su nombre y sexo registral sin intervención quirúrgica de ningún tipo. La resolución, de carácter histórico, se apoyó en los principios internacionales suscritos por Chile en materia de derechos humanos, puesto que la legislación nacional no regula el cambio de sexo registral para transexuales.
Adriana inició el camino judicial para cambiar su nombre y sexo registral a uno femenino hace 12 años. En diálogo con La Tercera, la mujer de 30 años, cuyo apellido se mantuvo en reserva, considera que la decisión del máximo tribunal «llegó demasiado tarde”.
“No tengo una sensación de alegría. Fue mucho tiempo perdido y demoró tanto que yo ya me hice las operaciones. Como ya me había operado, pude hacer el cambio de nombre y sexo registral aquí en Osorno. El 20 de junio tengo que ir a buscar mi certificado de nacimiento y carné de identidad”, afirma.
En el año 2006 acudió por primera vez a tribunales. “Esperaba que me permitieran hacer el cambio de nombre y sexo registral antes de hacer una intervención quirúrgica. Considerando eso, el de ayer fue un fallo que llegó muy tardío. Pero sí espero que esto sirva para ayudar a las futuras personas que estén en mi situación, para que no tengan que sufrir tanta espera en que reconozcan su nombre y su sexo”, señala Adriana al matutino de Copesa.
Adriana relata que de todas formas pensaba en someterse a una intervención quirúrgica de cambio de sexo, por lo que el recurso ante la justicia era un camino paralelo mientras permanecía en lista de espera para operarse.
A pesar de resolver de antemano el camino a seguir, la mujer indica que la discriminación constituía la mayor dificultad frente a la carencia de un reconocimiento legal a su cambio de sexo. “La veía en los hospitales, cuando quería abrir una cuenta en el banco, para poder trabajar, estudiar, entre muchas cosas. Por ejemplo, una vez en el hospital se negaban a atenderme, porque decían que yo no era la persona que aparecía en su registro”, recuerda en entrevista con La Tercera.
Reconoce además que no esperaba “generar tanto revuelo” con el fallo y que desea que “sirva para que no haya tanta discriminación y para que cambiar el nombre y sexo de las personas trans no sea un proceso tan largo”.
“Creo que cada uno debería decidir por sí mismo, que no pusieran tantas trabas administrativas ni tapujos. Que fuera más accesible. Incluso, pensando en los niños, hay algunos que desde muy pequeños se dan cuenta, sería bueno que se les diera la libertad para ser quienes de verdad son”, añade Adriana.