La Municipalidad de Huechuraba, en la Región Metropolitana, aprobó el cambio de nombre del primer tramo de la caletera de Américo Vespucio, el cual pasará a llamarse «Periodista José Carrasco Tapia».
En específico, el nombre del profesional corresponderá a la calzada norte entre las avenidas El Salto y Recoleta.
La solicitud fue realizada al Concejo Municipal de Huechuraba por parte del alcalde de la comuna, Carlos Cuadrado, quien a su vez acogió una petición del Colegio de Periodistas.
Al respecto, el jefe comunal declaró que «para nosotros, honrar la figura de José Carrasco es un acto de justicia no solo por las circunstancias en que se produjo su muerte, sino que también por el ejemplo de compromiso que él exhibió en su trayectoria profesional, defendiendo siempre valores tan esenciales para la democracia como son la verdad y la libertad de expresión».
Recordemos que Carrasco fue asesinado por agentes de la Dictadura como represalia por el atentado del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) contra el dictador Augusto Pinochet, el 7 de septiembre de 1986.
Entre la noche de ese día y la madrugada del 8 de septiembre, un comando secuestró desde su domicilio al periodista José Carrasco; al técnico electricista Felipe Rivera (marido de Alicia Lira, actual presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos); y al profesor Gastón Vidaurrázaga. Todos fueron acribillados y sus cadáveres abandonados en la vía pública.
En tanto, el 9 de septiembre en la madrugada, el mismo grupo de represores secuestró al publicista Abraham Muskatblit, cuyo cuerpo apareció en las afueras de Santiago, también acribillado.
Según consignan la periodista Patricia Verdugo y la abogada Carmen Hertz en su libro «Operación Siglo 20», por esos días, una voz masculina llamó a varias agencias noticiosas y reivindicó los crímenes de Carrasco, Rivera, Vidaurrázaga y Muskatblit para el «Comando Once de Septiembre».
«Murieron cinco escoltas», señaló la voz anónima, en referencia al atentado a Pinochet perpetrado por el Frente en el Cajón del Maipo. «Uno por uno. Mataremos a cinco», dijo la voz al teléfono.
Por suerte, no pudieron cumplir su cometido, pues la quinta víctima, el abogado Luis Toro de la Vicaría de la Solidaridad, se salvó gracias a una medida de seguridad que había coordinado previamente con su vecino: al advertir la presencia de los agentes en el antejardín de su casa, prendió luces, abrió una ventana del segundo piso y comenzó a gritar «policía, policía, están robando», a lo que su vecino respondió «qué pasa, allá voy con mi revólver», provocando así la rápida huida de los asesinos.
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