Huelga en Lan Express: Tripulantes responsabilizan a la empresa por la paralización y advierten riesgos en los vuelos por cansancio del personal

Desde el Sindicato de Tripulantes de Cabina lamentaron las molestias que la movilización pueda ocasionar a los pasajeros, señalando que, de su parte, "queríamos seguir negociando, pero es la empresa la que ha fijado la fecha de la huelga al no aceptar la extensión de la mediación".

Huelga en Lan Express: Tripulantes responsabilizan a la empresa por la paralización y advierten riesgos en los vuelos por cansancio del personal

Autor: Absalón Opazo

A las 00:00 horas de este martes 10 de abril se inicia la huelga del Sindicato de Tripulantes de Cabina de Lan Express (STCLE). La organización finalmente no llegó a acuerdo con la empresa durante el período de mediación obligatoria, por lo que la totalidad del personal se plegará a esta movilización que afecta a la totalidad de los vuelos nacionales de la firma.

Para los funcionarios, la compañía no ha flexibilizado su postura y son los grandes responsables de que se ejecute la huelga. «Pudimos haber extendido la mediación obligatoria de mutuo acuerdo, pero la empresa rechazó expresamente la opción, reafirmando el poco interés que tienen en llegar a un acuerdo», declaró la presidenta del sindicato, Silka Seitz, durante una conferencia de prensa realizada este lunes 9 de abril.

A continuación, reproducimos íntegramente el texto difundido por el Sindicato en esta conferencia, en el cual detallan paso a paso todo el proceso vivido en la negociación con la empresa y los motivos que finalmente los llevaron a realizar la huelga.

«Para nosotros es muy importante poder explicar el peso de los motivos que nos han llevado a esta indeseable situación de la huelga, ya que la postura de nuestro sindicato ha sido en todo momento abierta a negociar, flexibilizándonos en todos los puntos posibles, hasta que llegamos un punto con el que no podemos transar: la salud de nuestros trabajadores, que afecta directamente la seguridad operacional.

A mediados del 2017 el sindicato comenzó el proceso de negociación anticipada con la empresa, exponiendo con claridad cuáles eran nuestros principales puntos de interés, pero desde un principio nos sorprendió que la empresa no solo no le tomaba el peso a nuestras demandas, sino que además estaba solicitandonos a nosotros precarizar la carrera funcionaria, ofreciendo hasta un tercio de la remuneración actual por hora de vuelo a los nuevos trabajadores, lo que fue rechazado tajantemente desde un inicio por nuestra directiva y la totalidad de los asociados.

En diciembre, después de mucha negociación y nada de avance, se presentó a la asamblea la oferta de la empresa, con la que pretendía cerrar la negociación de forma anticipada. El rechazo fue absoluto, un 99% de los tripulantes no estaba conforme con la propuesta, e incluso muchos la consideraron ofensiva.

Ya en febrero se inició la negociación reglada, con la presentación de una propuesta de contrato colectivo por parte del sindicato, ante la cual la empresa simplemente se limitó a rechazar cada uno de los puntos, e incluso intentó eliminar una condición que es considerada “piso” del contrato, por la cual tuvimos que recurrir a la Inspección del Trabajo para que se repusiera.

En medio de la mesa de negociación, la empresa dio un golpe duro e inaceptable: no renovó el contrato a 70 tripulantes sindicalizados, incorporados en la nómina de la negociación, intentando generar un clima de terror a pocos días de la votación de la huelga.

Eso congeló aún más la negociación, hasta el 23 de marzo, momento en que la empresa presentó su “última oferta”, que básicamente, era igual al contrato actual con un reajuste de IPC, lo que fue sometido a votación y rechazado por más de un 95% de los votantes.

Las personas que no han participado de una negociación colectiva muchas veces no comprenden que la legislación solamente da dos opciones: aceptar la oferta del empleador o ejecutar la huelga. Y en este caso, como la oferta de la empresa era inaceptable, no nos dejó más opción que ejecutar la huelga legal.

La semana pasada estuvimos en el proceso de “mediación obligatoria” en la Inspección del Trabajo, la que podríamos haber extendido de mutuo acuerdo durante esta semana, pero la empresa ha rechazado expresamente esta opción, por lo que ellos han decidido que la huelga se ejecute mañana 10 de Abril, reafirmando el poco interés que tienen en llegar a un acuerdo.

Nosotros lamentamos profundamente las molestias que esto puede ocasionar a los pasajeros, y por ello quisiéramos seguir negociando, pero es la empresa la que ha fijado la fecha de la huelga al no aceptar la extensión de la mediación.

Ahora les queremos contar un poco sobre nuestras demandas: Nuestro contrato colectivo tiene muchos puntos porque nuestro trabajo como tripulantes es muy complejo, de hecho, hasta el código del trabajo tiene un capítulo específico para nuestra labor. Por lo tanto, las negociaciones también incluyen muchos puntos.

En la mayoría de los puntos pequeños tuvimos avances importantes durante la semana pasada, y nosotros agradecemos que la empresa después de 8 meses de negociación haya accedido a avanzar en esos puntos que tienen un costo muy bajo. El gran problema se ha dado en los puntos más importantes de nuestra negociación: la secuencia de días trabajados por días libres y la carrera funcionaria.

Desde que empezamos a preparar la negociación, hace dos años, el problema más relevante que surgió es el nivel de agotamiento físico, emocional y psicológico de los tripulantes. Era normal escuchar a personas que a pesar de haber tenido dos días de descanso se sentían igual o más agotadas que su último día de trabajo. Esto puso el tema de la secuencia de días trabajados en primer lugar.

La ley actual permite que los tripulantes volemos 10 días seguidos versus 4 días de descanso. Hay que comprender que esta ley se dictó en el año 2009, cuando en los vuelos nacionales no existían los vuelos nocturnos ni se usaba volar 4 y 5 tramos en un mismo día.

Por lo tanto, hay que considerar que es muy distinto trabajar 10 días seguidos en un trabajo con un horario fijo y de día, a estar 10 días seguidos con un horario cambiante, donde un día tienes tiempo para dormir de noche y otro día te puede tocar dormir a las 2 de la tarde para salir a volar a las 10 de la noche. ¿Creen ustedes que es posible dormir un sábado a las 2 de la tarde mientras el resto de tu familia está compartiendo su almuerzo familiar?

A esto hay que sumarle las exigencias de nuestro trabajo: No sólo estamos a cargo de la seguridad de los vuelos, sino que tenemos jornadas de hasta 12 horas, que pueden extenderse en algunos casos hasta 14, sin contar el tiempo de traslado entre el aeropuerto y nuestros hogares, donde sólo contamos con 15 minutos para comer y donde podemos tener hasta 5 despegues y 5 aterrizajes.

No es por nada que nuestro trabajo ha sido calificado legalmente como “trabajo pesado”, ya que está comprobado científicamente que produce un envejecimiento precoz.

La naturaleza de nuestro trabajo es la seguridad de los pasajeros y su atención en vuelo, pudiendo llegar a transportar hasta 1.100 pasajeros al día. Además se le debe sumar que constantemente debemos lidiar con pasajeros que muchas veces están molestos por los cambios y restricciones que la compañía ha impuesto, ya que finalmente somos la única cara que ve el pasajero, por lo que injustamente recibimos todos sus reclamos.

Pero no queremos que se mal entienda. Nosotros, los tripulantes, amamos nuestro trabajo, es por eso que queremos contar con condiciones básicas que garanticen nuestra salud y con ello la seguridad de los vuelos.

Para conocer qué tan grave era el estado de fatiga de nuestros asociados solicitamos a la Universidad de Santiago (USACH) la realización de un estudio de fatiga, que fue realizado por cinco doctorados y un magister en diversas áreas, que evaluó factores psicosociales y realizó mediciones neropsicofisiológicas en más de 250 tripulantes.

A pesar de que nosotros sentíamos, en carne propia y desde las opiniones de nuestros compañeros, que nuestra situación era mala, nunca imaginamos que los resultados podían ser tan catastróficos. El estudio indicó que nuestros trabajadores tienen niveles de fatiga mayores a los operadores de Transantiago.

– El nivel de Burnout, también conocido como “desgaste profesional” producido por un estado de tensión crónica, alcanza niveles altos, un 39% en los asociados, lo que es especialmente llamativo ya que el nivel esperado es de un 3%, lo que sitúa a los tripulantes en un alto riesgo psicosocial para padecer problemas de salud y de seguridad en el desarrollo de las tareas laborales.

– Un 68% de la muestra presentó un alto nivel de problemas de salud, producto de las condiciones laborales.

– El cuestionario de Riesgos Psicosociales en el Trabajo SUCESO-ISTAS 21, validado por la Superintendencia de Seguridad Social y normado por la ley 16.744, presentó niveles de alto riesgo en 4 de las 5 dimensiones, situando a la organización en el nivel 3, el de máximo riesgo.

– El nivel de somnolencia diurna presenta niveles extremadamente altos, en un 79% de la muestra, manifestando dificultades para mantenerse despierto en el día, e incluso un 38% presenta somnolencia excesiva. Este nivel aumenta la incidencia de deterioro funcional, caídas, déficits cognitivos y mortalidad, entre otras patologías.

– El cansancio provocado por las alteraciones al sueño, propias del trabajo de los tripulantes, solo comienza a reponerse al tercer día de descanso, por lo que las secuencias que incluyen solo dos días de descanso no son suficientes y contribuyen a aumentar el nivel de fatiga de los trabajadores.

Todos estos puntos son muy graves, y quisimos plantearlos primero a la empresa para lograr un compromiso para hacerse cargo de la situación. Sin embargo la empresa se limitó a señalar que sus procedimientos cumplen con lo establecido por la ley y la normativa internacional, explicando que tienen procedimientos para detectar cuando hay fatiga y que por lo tanto no podían hacerse cargo de los resultados que muestra el estudio.

En concreto, en base a todos los puntos indicados, el sindicato estaba pidiendo que la secuencia máxima de días trabajados se redujera a 5 y que el descanso mínimo se dejara en 4 días. A cambio, el sindicato estaba dispuesto a ceder muchas de las restricciones que se han ganado durante décadas de negociaciones colectivas, para poder tener una productividad similar a la actual, pero en menos días de trabajo sucesivo.

En la actualidad los tripulantes vuelan secuencias promedio de 8.5 días, y la empresa propone reducirlo a 7 días a cambio de dejar una restricción que permite mantener exactamente la misma productividad. Por lo tanto hasta el momento la empresa no está entregando nada al ofrecer la secuencia de 7 días. Además, esta oferta tenía una “letra chica”, donde esperan que dentro de ese límite máximo puedan poner secuencias de 5×2, que en el fondo es exactamente lo mismo, o incluso peor, que el 10×4, ya que tal como lo señala el estudio, el descanso de 2 días no alcanza para reponerse con las jornadas de horarios cambiados que tenemos.

Por otra parte, la empresa ha insistido en todo momento en reducir las condiciones de las nuevas contrataciones para costear una leve mejora en nuestras remuneraciones. El sindicato en conjunto se ha opuesto tajantemente a esta propuesta. No estamos dispuestos a precarizar nuestro trabajo, ya que es un trabajo de alta exigencia.

Frente a la falta de avance en la negociación el sindicato la semana pasada hizo una oferta imposible de mejorar: El sindicato renunciaba a todo aumento salarial a cambio de 3 condiciones: no precarización de la carrera funcionaria, una jornada máxima de 6×4, con descansos mínimos asegurados de 4 días y que el contrato fuera por un plazo de 2 años. La respuesta de la empresa volvió a congelar la negociación: aceptaban no subir el sueldo pero a cambio solo quitaban de la negociación la precarización de la carrera funcionaria, pero no estaban dispuestos a bajar la secuencia de días trabajados ni a asegurar el descanso de 4 días.

Por lo tanto, la negociación está estancada hasta que la empresa muestre alguna señal en alguno de los puntos en que el sindicato se ha flexibilizado al extremo. Por su parte la situación económica actual de la compañía es excelente, como todos pudieron ver, en los diarios hace algunas semanas los titulares decían claramente que la empresa había obtenido utilidades sobre los 150 millones de dólares en el año 2017.

Es importante aclarar que cuando señalamos que existe un riesgo a la operación lo estamos diciendo con fundamentos, ellos aparecen detallados claramente en el estudio de fatiga, dado que la labor de los tripulantes es la seguridad de los vuelos, y en concreto una persona que lleva 7 días trabajando por hasta 12 horas diarias, con turnos que varían constantemente entre noche, madrugada y tarde, NO está en condiciones adecuadas para responder a una situación de emergencia. Por eso, nosotros no podemos ser negligentes y aceptar esta situación tapándola con un bono de fin de conflicto. Tenemos que hacernos cargo y esperamos que la empresa también le tome el peso a la situación. Por nuestra parte ya hemos recurrido a diferentes organismos estatales para que también tomen medidas al respecto.

Por último, entre los puntos menores que no hemos logrado un acuerdo, se destaca el hecho de que la empresa les quita el derecho de movilización puerta a puerta, con que contamos los tripulantes, a las mujeres en estado de embarazo. Esto lo consideramos obviamente una discriminación. Hasta el momento la empresa ha accedido a darles esa movilización solo a algunos puntos de trabajo en tierra y no a otros. Además, estamos solicitando tener 15 minutos de colación para cada comida, ya que en la actualidad solo contamos con 15 minutos al día, lo que claramente es insuficiente en jornadas que pueden llegar a las 14 horas continuas. Igual, durante la mediación, tuvimos que incorporar una petición más: la recontratación de los 70 tripulantes a los que no se le renovó contrato. Esto también ha sido rechazado por la empresa.

En concreto, la huelga se efectuará a partir de las 00:00 de mañana y paralizará a cerca del 90% de los tripulantes de Lan Express, lo que dejará detenida casi la totalidad de los vuelos. La huelga se extenderá indefinidamente hasta que la empresa entregue una oferta acorde a lo solicitado. Contamos con el apoyo absoluto de todos nuestros asociados para hacer efectiva la huelga unidos, sin miedo y por todo el tiempo que sea necesario.

Reiteramos que nosotros no tenemos ningún interés en llegar a huelga, y que por el contrario, consideramos que es una muy mala decisión por parte de la empresa, porque perjudica a los pasajeros, a los trabajadores y a toda la compañía. Por eso, hacemos un llamado público a la empresa para que se reconsidere su rígida posición para que finalmente lleguemos a un acuerdo.

Sindicato de Tripulantes de Cabina de Lan Express».


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano