El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó los resultados preliminares del “Estudio de condiciones carcelarias en Chile 2014-2015”, el que reveló una serie de incumplimientos y «situaciones de inhabitabilidad que saltan a la vista» que se registran al interior de los recintos penitenciarios del país.
El el director del INDH, Branislav Marelic, manifestó durante la presentación del documento que «este resultado preliminar da cuenta de las condiciones deplorables que existen en los penales».
En el informe destaca la persistencia de uso por parte de Gendarmería de celdas de castigo, en las cuales no se garantiza el acceso a agua potable durante las 24 horas del día y en las que además los internos orinan y defecan en recipientes.
Asimismo se observó que existe un cumplimiento parcial en el acceso permanente al agua en las celdas comunes. El informe establece, tomando el caso del penal de Chañaral, que “los dormitorios de mujeres imputadas y la sección de hombres no tienen baño en su interior, por lo que durante el encierro (alrededor de quince horas diarias) las/os internas/os orinan y defecan en tarros plásticos”.
El estudio da cuenta también de que no existe segregación para el uso de los patios durante las horas de desencierro entre tipos de imputados/as y tipos de condenados/as, por lo que los internos/as que tienen buena conducta usan los gimnasios como lugares de distensión.
En cuanto a denuncia de vulneraciones, el informe detectó que “no existe un procedimiento formal para presentar denuncias en contra de los/as funcionarios/as que cometen abusos, los internos indican que son sujetos de represalias si llegan a denunciar”. Algo que ocurre también si una persona privada de libertad busca denunciar una situación de corrupción.
En relación a los allanamientos, el estudio informa que son situaciones en que las internas sienten que son maltratadas, según declararon mujeres del penal femenino de Antofagasta. Las reclusas sostienen que “durante este tipo de procedimientos sus pertenencias son frecuentemente destruidas (ropas, artefactos y elementos de trabajo), mientras a ellas se las golpea y sobre todo se las revisa corporalmente de manera intrusiva”.