José Tralcal Coche, Luis Tralcal Quidel y José Peralino Huinca. Ellos son los tres hombres que recientemente fueron declarados culpables en el marco del caso Luchsinger-Mackay. El Tribunal Oral en lo Penal de Temuco condenó a presidio perpetuo a los dos primeros, mientras que el tercero obtuvo cinco años de libertad vigilada, en función de su rol como delator compensado.
Sin embargo, la declaración inculpatoria que habría entregado Peralino ha constituido un elemento controversial durante el proceso. Esto porque el comunero denunció que su testimonio fue obtenido mediante presiones y tortura.
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“Me decían firma acá, hueón. Me agarraban la mano y me hacían firmar”, afirmó en un video preparado por el Centro de Investigación y Defensa SUR (CIDSUR). Su hermano, Eduardo, relató en el registro que «a la mala le pescaban la mano” y que «como estaba presionado, lo aguacharon, porque no tiene estudios, no sabe leer y como lo pillaron en debilidad, se aprovecharon”.
Frente a la cámara, también intervino Alejandro Peralino, otro hermano de José. “Lo hicieron firmar sin tener abogado y sin reconocer qué está firmando realmente”, denunció. Alejandro sostuvo que «están utilizando a gente que no sabe leer, que no sabe defenderse, no sabe buscar ayuda profesional. Mi hermano quedó psicológicamente mal, enfermo”.
En el video de CIDSUR, José Peralino aprovechó de contar que él y sus hermanos son “trabajadores del campo y temporeros”. “Siempre hemos trabajado para el norte, cuando llega el tiempo de la cosecha de cerezas. Después volvíamos y trabajábamos en el fundo acá, que siempre salían cosechas de papas. Después trabajamos en el campo de la mamá, cuidando al papá, porque la mamá murió cuando yo tenía 11 años”, relató uno de los condenados por el caso Luchsinger-Mackay.
El comunero afirmó que le gustaría «mirarle la cara» a Jorge Luchsinger, hijo del matrimonio de latifundistas muertos en enero de 2013, para decirle que no fueron ellos quienes mataron a sus padres. Aseguró que no siente miedo y que seguirá “demostrando la inocencia” al primogénito de los dueños del fundo Granja Lumahue.
“Siguen culpando a gente mapuche, pero no agarran a los verdaderos culpables. Eso me molesta y me da rabia, porque ese es un crimen muy doloroso, pero que empiecen a agarrar gente mapuche, imagínate, yo soy inocente, tanto como los otros cabros”, manifestó José Peralino, en una crítica directa al Ministerio Público y a las policías.