La Batalla de Quintero-Puchuncaví

En este mismo momento una trasnacional pretende instalar tres industrias desaladoras en la Bahía. Esto arrojará miles de litros de salmuera tóxica directo al mar. Estos proyectos que hoy son vendidos como “ecológicos” en realidad solo esconden los nuevos negocios de los mismos de siempre.

La Batalla de Quintero-Puchuncaví

Autor: Wari

Por S.R.O.V.Q.P.

La Bahía de Quintero, en la mitad Norte de la Región de Valparaíso, Chile, se ha visto afectada en sus posibilidades de desarrollo social, económico y cultural, y ha padecido más de 60 años de contaminación por gases tóxicos, hidrocarburos y metales pesados desde el establecimiento a principios de los años ’60 de un gran complejo industrial y militar, compuesto por 20 megaindustrias, entre las que se encuentran: la refinería de cobre de la antigua Enami, hoy Codelco Ventanas S.A., cuatro termoeléctricas de AES Gener S.A., dos termoeléctricas de Enel Chile S.A., un terminal de químicos peligrosos de la empresa Oxiquim S.A., un terminal y depósito de hidrocarburos de Copec S.A., una planta procesadora de Cemento Melón S.A., un muelle y depósitos de gas de GNL Quintero S.A.; la mayoría trasnacionales que benefician a sus accionistas a miles de kilómetros, en los países ricos, mientras dejan en la Bahía una historia de niños, niñas y personas mayores intoxicadas, un suelo devastado por la lluvia ácida y el anhídrido sulfúricos liberados en sus procesos industriales, un mar contaminado por hidrocarburos, por el petróleo de la sentina de los grandes barcos que recalan, por el carbón que alimenta las termoeléctricas, y la destrucción de un humedal contiguo a la ciudad producto de la instalación de una base aérea militar, que hoy también amenaza el Santuario de la Naturaleza Bosque Las Petras de Quintero, interrumpiendo sus afluentes subterráneos naturales.

En este mismo momento una trasnacional pretende instalar tres industrias desaladoras en la Bahía. Esto arrojará miles de litros de salmuera tóxica directo al mar. Estos proyectos que hoy son vendidos como “ecológicos” en realidad solo esconden los nuevos negocios de los mismos de siempre.

Los 60 años de contaminación de la bahía, y el privilegiar un modelo de crecimiento basado en megaindustrias han causado un enorme atraso en el desarrollo económico, social y cultural de la zona. Las megaindustrias han afectado la pesca y la agricultura, han destruido el atractivo paisajístico donde se han instalado, y con ello afectado al desarrollo del turismo y el comercio locales. Producto de la destrucción de sus recursos productivos, las comunas de Quintero y Puchuncaví sufren una cesantía crónica, que las industrias han profundizado porque utilizan muy poca mano de obra local. Y como si fuera poco, estas megaindustrias tributan en Santiago, aportando muy poco a la economía local.

Quintero-Puchuncaví ha sido declarada por sus habitantes “zona de sacrificio” ya que el Estado chileno, los sucesivos gobiernos, en dictadura y democracia, y las empresas que componen el complejo industrial y militar, han puesto los negocios por sobre la salud de las personas, el desarrollo local y la protección del medioambiente.

Las megaindustrias y los militares tienen mucho poder, manejan a su antojo a los políticos y han intimidado a los dirigentes sociales y a la población: de forma violenta cuando éstos han protestado, a través de la represión por parte de la policía marítima y Carabineros, y de una forma más “cordial” y encubierta, ofreciendo trabajos precarios en áreas de servicios (transporte, seguridad privada, aseo, etc.) a algunos pocos vecinos “afortunados” que laboran en las empresas subcontratistas que sirven a las megaindustrias, y que junto a sus familias se sienten muchas veces obligados para con ellas, participando en campañas de apoyo a las empresas, temiendo perder sus fuentes laborales.

El Presidente y los políticos que manejan el Gobierno han abordado en sus discursos la contaminación en Quintero-Puchuncaví, dicen que con “fuerza y decisión”. Sin embargo, los gobiernos lo único que han hecho es manipular la situación para encubrir a los verdaderos responsables: ellos mismos y su corrupta política que mantiene las zonas de sacrificio y los negociados trasnacionales, y a los gerentes de las megaindustrias, quienes demuestran un desprecio inhumano por la “gente pobre” que habitamos en las comunas vecinas a sus pulperías.

A estas alturas debemos estar claros que la solución no vendrá ni del gobierno ni de los políticos, y que incluso cualquier tipo de “compensación” que se nos ofrezca será solo un nuevo engaño.

Exigir el cierre de las industrias contaminantes que se instalaron en la Bahía es de una importancia capital, no solo para la salud y bienestar de sus habitantes, sino que para todos los chilenos y chilenas, porque va acorde a una demanda más general, que tiene que ver con la protección de los Derechos Humanos, no solo como un bonito eslogan político, sino que como una realidad, especialmente para quienes vivimos de nuestro trabajo y no de los manejos financieros y las rentas, como los políticos y los empresarios, quienes son los únicos que tienen sus Derechos asegurados gracias a su dinero.

La Batalla de Quintero-Puchuncaví recomienza mientras lees esto.

Solo un amplio movimiento: local, nacional e internacional, que mediante la acción directa levante la protesta y exija –sin intereses político-partidistas que lo contaminen- el cierre de las megaindustrias contaminantes, y la recuperación de la Bahía: su economía, el turismo y el comercio local, podrá terminar con años de vejaciones por parte del Estado y las trasnacionales.

¡RECUPEREMOS QUINTERO Y PUCHUNCAVÍ PARA SU GENTE!

¡FUERA LAS INDUSTRIAS CONTAMINATES DE LA BAHÍA DE QUINTERO-PUCHUNCAVÍ!

¡NO MÁS ZONAS DE SACRIFICIO AMBIENTAL!

Sociedad en Resistencia de Oficios Varios Quintero-Puchuncaví

Fuente Infografía


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