El padre de Luciano Fuentes Ovalle, grumete de Los Ángeles que falleció en mayo de 2015 al interior de un recinto naval, continúa luchando para aclarar las circunstancias en las que murió su hijo, pese a que la Armada insiste en catalogar el caso como un suicidio.
Hace algunas semanas, la familia del joven se manifestó con un lienzo en la entrada de la Puerta de Los Leones de Talcahuano, coincidiendo con la llegada del nuevo contingente de reclutas que cada año se embarca a la Isla Quiriquina para vestir el uniforme de marina y estudiar en la Escuela de Grumetes «Alejandro Navarrete Cisterna».
Luciano Fuentes Román, papá del fallecido grumete, aprovechó la ocasión para conversar con los postulantes y apoderados sobre el difícil drama que vive, entregando además un volante de dos carillas que señala: «Joven, que inicias tu carrera en la Escuela de Grumetes, por favor, ten cuidado».
El mensaje es desglosado en siete puntos que incentivan a denunciar eventuales maltratos físicos o psicológicos de parte de instructores al interior de la escuela, como también a tener conciencia de que el ingreso a la institución es «voluntario y te puedes retirar cuando quieras».
Junto con aconsejar tener los seguros activados desde el primer día de ingreso al recinto, el volante realiza la siguiente invitación a los aspirantes: «Comunica a tus padres todo lo que pase, no hagas caso de pactos de silencio que te prohíban a hablar de lo que pasa dentro de la Escuela».
En conversación con El Ciudadano, Fuentes Román aseguró que «hubo mucho interés por la información de parte de los familiares de los grumetes, nos dedicamos a entregar (los volantes) y hablar».
La investigación por la muerte del grumete Luciano Fuentes Ovalle se desarrolla actualmente en dos frentes: uno por el lado de la Fiscalía Naval y otro por la justicia ordinaria.
Tras cuestionar los primeros peritajes encomendados al Servicio Médico Legal y la PDI, que descartaron la participación de terceros en el caso, la familia del joven presentó una querella por homicidio ante el Juzgado de Garantía de Talcahuano. La Corte de Apelaciones de Concepción denegó una solicitud de incompetencia del tribunal y ordenó al Ministerio Público practicar una serie de diligencias para comprobar los dichos vertidos por un testigo que involucró a personal de la Armada en los hechos.
En noviembre del año pasado, El Ciudadano conversó con dicho testigo: el ex grumete Felipe Aguayo. Su testimonio apuntó a un supuesto montaje para ocultar las mortales consecuencias de un castigo desmedido contra Luciano y enmascararlo como un suicidio por motivos sentimentales, versión que hizo suya la policía civil.
«Ellos usaron su fuerza y a Luciano le dio algo así como un paro. Vieron que había fallecido y lo fueron a colgar a los tendederos», declaró el testigo a este medio de comunicación.
Los antecedentes que Aguayo también dio a conocer a un equipo de Chilevisión permitieron que el sumario interno que instruía la Armada sobre este enigmático caso fuera reabierto. El ex recluta aseguró también que su declaración fue adulterada en el expediente administrativo con tal de favorecer a los presuntos culpables, y que ha recibido amenazas en redes sociales de personas que se identifican como funcionarios «con grado».
La última diligencia realizada por el fiscal Cristián Oróstica, quien dirige la investigación del Ministerio Público, fue solicitar copia de todo lo obrado en la causa de la Fiscalía de la Segunda Zona Naval, que consta de dos tomos de 367 fojas más un cuaderno separado de 149 fojas.
El Juzgado de Garantía de Talcahuano recibió los antecedentes el pasado 2 de febrero, por lo que ahora se está a la espera de nuevas líneas de acción que permitan armar el rompecabezas.
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