La carta de Gabriela Mistral a Salvador Allende: El humanismo, el antifascismo y espíritu por la paz que los unía

Estando en Estados Unidos en 1949, Gabriela Mistral le escribió una sentida carta a Salvador Allende, que se conserva en el "Museo Salvador Allende", donde denota una admiración y aprecio genuino con el político socialista.

La carta de Gabriela Mistral a Salvador Allende: El humanismo, el antifascismo y espíritu por la paz que los unía

Autor: El Ciudadano Editor

Este miércoles se conmemoró el natalicio 132 de Lucila Godoy Alcayaga, la poeta chilena y primer Premio Nobel de Literatura de nuestro país (en 1945), quien fuera conocida globalmente como Gabriela Mistral.

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Pero Gabriela Mistral no solo fue una poeta: también fue una activista, declarada humanista y antifascista. El libro “Notables” -de Radio Duna- recoge que “cuando Gabriela Mistral se enteró de los horrores de la Guerra Civil Española sintió su corazón maternal de no-madre encogerse y estableció que la recaudación de su libro «Tala» iría en beneficio de las instituciones que albergaron a los niños del conflicto.”

Mistral dejó Chile en 1922, convocada por el gobierno mexicano para participar en la reforma educacional de ese país, que vivía un despertar y profundo proceso político y social de cambios, que tuve en los artistas también una manifestación de su expresión, razón que emocionaba a Mistral. Mantuvo durante su vida un intenso nomadismo que le permitió ser referente en diversos puntos alrededor del mundo. Fue nombrada consejera del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual en 1920. Fue también la primera mujer chilena en ser nombrada cónsul, en 1932, en Génova (Italia), pero no logró ejercer el cargo tras declararse abiertamente contraria al fascismo, declarando «que los demagogos del fascismo son culpables de la presente situación de desastre del país», por lo que abiertamente pidió ayuda «para salvar a la Italia de la miseria«.

Regresó a Chile en tres oportunidades. En 1925, luego de haber pasado por Brasil, Uruguay y Argentina, ocasión en la que se mostró crítica de las condiciones de vida del campesinado nacional. Su segundo paso por Chile coincidió con la candidatura presidencial de Pedro Aguirre Cerda, por quien sentía gran simpatía. La última vez fue en 1954, nueve años después de recibir el Premio Nobel de Literatura, invitada por el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. Con este último tuvo una relación tensa y paradójica. Mistral, declarada antimilitarista, dijo alguna vez de Ibáñez representaba «el eterno sargento de los golpecitos de Estado americanos». En el primer periodo de Ibáñez éste le suspendió a la poeta su pensión de gracia y fue considerado -según cartas- por ella su enemigo, sentimiento que la acompañó prácticamente toda su vida. Sin embargo, en 1954 aceptó su invitación, la primera vez que visitaba Chile tras recibir el Nobel, y luego sería el propio Ibáñez quien le rendiría honores en su funeral, en 1957. 

Mistral se inmiscuía, le interesaba la política, saber lo qué pasaba. Así, mantuvo relaciones con César Augusto Sandino, al que esta llamó «General de Hombres Libres», en la cruzada anti-imperialista que el nicaragüense realizaba.

Estando en Estados Unidos en 1949, Gabriela Mistral le escribió una sentida carta a Salvador Allende, que se conserva en el «Museo Salvador Allende», donde denota una admiración y aprecio genuino con el político socialista, que luego llegaría a ser Presidente, para ser posteriormente derrocado por un Golpe Militar planificado y financiado por Estados Unidos. En ella, Mistral le plantea a Allende que había leído lamentablemente tarde su circular sobre «la paz», señalándole que perfectamente su firma pudo ir allí, pues la suscribía completamente. 

La carta:

Al Dr D. Salvador Allende:

Excuse ud. a su compatriota que debe usar lápiz y no tinta, porque aquel me irrita los ojos. Añada a eso los 60 años, doctor. Acabo de recibir un montón de 40 y tantas cartas devueltas a mi sede anterior. Yo viví en Santa Bárbara, California, y allá han sido mandadas esas cartas. Hallo entre ellas la circular suya sobre la paz. Podrían ustedes haber puesto mi firma allí, yo publiqué 2 o 3 artículos sobre este gran asunto. Ya ahora parece que este tema está estrujado por excelentes plumas. Espero que el mundo guarde sus sesos intactos y que el mero sentido común acalle los gritos histéricos. Si es posible doctor, hágame la gracia de una paginita con alguna noticia sobre el momento chileno en relación con la paz mundial. Guardo viva simpatía hacia su noble, valeroso y valioso espíritu de paz.

Mande a su servidora adicta:

Gabriela Mistral.

El manuscrito original



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