Nació para ser mucho más que un café con gatos. En la Casa de la Gata Horacia, una veintena de anfitriones felinos dan la bienvenida a los visitantes e invitan a una experiencia intensa de juegos y aprendizaje sobre el respeto animal. Ellos, que alguna vez vivieron el abandono, hoy se pasean curiosos y sociables por un hogar donde son protegidos y amados y donde también enseñan a otros a amar.
Aunque comenzó inspirado en la primera experiencia exitosa de “café de gatos” en Chile, a la que Fundación Adopta fue invitada a participar en 2015, la propia versión de este centro integral -liderado por Pamela Gaete y Juan Calamares- amplió sus objetivos. Hoy es un espacio donde los principios de la tenencia responsable y la adopción se hacen sentir, en una línea constante de actividades durante cada mes.
“La casa de la Gata Horacia es un lugar donde los gatos y no solo ellos pueden compartir la armonía. Está diseñado especialmente para los gatos, que son los anfitriones y reyes de la casa. Es un lugar donde ellos están felices, lo que se comprueba cada vez que llega alguien. Los gatos se acercan a las personas, los abrazan, se sientan junto a ellos”, explica el escritor Juan Calamares.
Un lugar ideal para la adopción responsable
Instalado en el corazón de Providencia, la Casa de la Gata Horacia cuenta con una cafetería de amplio y delicioso menú vegetariano, además de diversas opciones veganas. Pizzas, sándwiches, hamburguesas, jugos naturales y pastelería son el complemento perfecto para pasar un momento inolvidable en compañía de gatos de todas las personalidades, colores y edades.
Con un horario de atención de martes a domingo, el centro integral invita a una instancia de exploración que puede comenzar con una visita a la tienda Lofis Catstore, que mantiene con una completa selección de artículos para felinos y sus dueños, además de una recomendada revisión de los libros que el café mantiene a la venta para lectores ávidos de conocimiento sobre la especie y también para aquellos que los aman en la ficción.
Allí puedes conseguir una copia de “Emilia Desaparece”, las tres novelas que narran las aventuras de una curiosa gata ciega que fue rescatada y es parte de la familia de Calamares. La emotiva historia de Emilia, que ya ha cautivado a cientos en redes sociales, destina sus ganancias a beneficio de la comunidad felina rescatada por Fundación Adopta.
Además de encuentro, ideas y discusión acerca de los derechos de los animales, el espacio ofrece su punto más dulce en el segundo piso, donde los anfitriones se presentan y se dejan querer.
Ahí, rodeados de juegos y laberintos de madera en las paredes, las y los gatos disfrutan y enamoran, aunque con reglas específicas de respeto y convivencia. Por ejemplo: no sacar fotos con flash, no alimentar a los felinos, dejar que ellos se acerquen voluntariamente y no asistir con animales de compañía.
La Casa de la Gata Horacia es también un lugar ideal para quienes estén buscando a sus compañeros de vida: todos los gatos rescatados por Fundación Adopta, con los que se puede interactuar durante la estadía, están dispuestos para la adopción responsable.
“Hay un tema de responsabilidad social: la gente que llega a la casa puede adoptar a los anfitriones, luego de una entrevista y de una evaluación”, acota Calamares.
Yoga, gatos y cultura
El yoga con gatos es una de las actividades permanentes del centro integral. Los días martes, jueves y sábados, los felinos son los asistentes predilectos de la profesora Macarena Lobos, quien imparte el taller de Hatha-cat a 5 mil pesos cada clase, aunque también existen planes mensuales.
En la instancia, los gatos inspiran a los asistentes con sus habilidades elásticas y posturas sofisticadas, promoviendo la meditación, relajación y la energía sanadora de esta práctica milenaria.
Las clases, que mezclan las posturas y contraposturas clásicas del Hatha y Vinyasa Yoga, son aptas para todos los niveles y están pensadas para grupos pequeños, lo que aumenta la calidad de la experiencia para humanos y gatos presentes.
Macarena explica que “en sí, practicar yoga es muy bueno, porque no es solo un ejercicio físico sino también un camino espiritual. Al practicar yoga con los gatitos es una buena oportunidad para que las alumnas puedan disfrutar de su compañía, mejoren su calidad de vida y aprendan a valorar las cosas simples”.
La instructora de yoga agrega que la interacción con los felinos “nos ayuda a limpiar la energía del lugar y también la nuestra. Ellos se quedan en alguna parte de tu cuerpo donde necesitas limpiar tu energía y luego siguen paseando por la sala”.
Los gatos anfitriones entran y salen de la clase de yoga cuando desean, mientras que otros se quedan en un mat descansando y observando cada movimiento. Hasta ahora, el taller es todo un éxito: “Cada chica que llega es porque ama los felinos y quiere vivir esa experiencia única compartiendo con ellos”, apunta Lobos.
En La casa de la Gata Horacia también hay un espacio para las actividades culturales, que buscan visibilizar las diversas expresiones del arte vinculadas al mundo felino. Una de sus joyas es la revista La Gata de Colette, que busca dar cuenta “de la participación del mundo animal vinculada al tema artístico, a través de la misma compañía de los gatos con los artistas”.
Esto, bajo la premisa de que “los gatos son la compañía ideal de las personas creativas”, según apunta Juan Calamares. La publicación se reparte gratuitamente en La casa de la Gata Horacia e incluye entrevistas a escritores, actores y testimonios de todo tipo de artistas acerca de su relación con los felinos, además de bellas fotografías. La convicción de educar y concientizar no tiene límites de formato y augura nuevas actividades y talleres durante diciembre y el próximo verano.
Más información sobre horarios de atención, eventos y contacto en la web de La casa de la Gata Horacia o en sus redes sociales Facebook e Instagram.
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Dirección: Julio Prado 756, Providencia, Santiago.
Horarios de atención: Martes a viernes, de 15 a 21 horas. Sábados y domingos, de 15 a 20 horas.
Teléfono: 09 9993 7842
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Vanessa Vargas Rojas