En las semanas previas de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile, el gobierno de Estados Unidos desclasificó los informes presidenciales de los días 8 y 11 de septiembre de 1973. Se trata de insumos diarios que reportan los servicios de inteligencia al mandatario estadounidense de temas importantes de actualidad internacional. En el primero se avisó a Richard Nixon, respecto de un virtual golpe de estado y en el correspondiente a la fatídica fecha, entre informaciones breves sobre Laos, Vietnam y la URSS se mencionó que “en Chile, los planes de los oficiales de la marina para desencadenar una acción militar contra el gobierno de Allende supuestamente cuentan con el apoyo de algunas unidades clave del ejército”.
Unas páginas más abajo se amplió la información diciendo que los oficiales militares estaban decididos a actuar en un plan coordinado que aprovecharía la oposición civil a Allende, quien esperaba una salida negociada del enfrentamiento.
A juicio de Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Chile y del Proyecto de Documentación de Cuba del National Security Archive (NSA), de la Universidad George Washington, “se trata de un documento histórico e icónico el informe de la CIA al presidente la mañana del golpe. ¿Qué sabía Richard Nixon y cuándo lo supo?”.
Sus impresiones fueron dadas en las jornadas previas a la difusión de ambos archivos en una entrevista con El Ciudadano.
Pese a lo escueto y no aportar mayores datos respecto de la real intervención norteamericana en Chile, las recientes desclasificaciones se suman a los miles de documentos que ha buscando incansablemente desde hace tres décadas Kornbluh, y a partir de los cuales acaba de publicar una actualización de su célebre libro ‘The Pinochet File’ (2003), editado en español por Catalonia y que considera 24 mil archivos secretos de organismos como la CIA, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional.
Entre las divulgaciones aparece un mensaje enviado a los pocos días del golpe de Estado, en el que Nixon se felicita con su consejero de seguridad y, posteriormente secretario de Estado, Henry Kissinger, quien respondió que “en tiempos de Eisenhower nos habrían tratado de héroes”.
También Kornbluh entrega nuevas pruebas que evidencian el rol capital del empresario Agustín Edwards Eastman, quien fue recibido el 15 de septiembre de 1970 a las 9:15 de la mañana por Nixon. El periódico de Agustín, El Mercurio, recibió cifras que bordean los dos millones de dólares de la Casa Blanca, para complotar contra el gobierno de Allende.
Después de años de buscar estos documentos producidos por diversas agencias del gobierno de Estados Unidos, ¿qué importancia tienen en términos históricos y para las relaciones internacionales?
– El registro histórico de Chile es extremadamente importante y sigue siendo extremadamente relevante para el debate actual sobre el golpe que se ha generado con motivo del 50 aniversario. En resumen, esta historia recuerda a los chilenos y al mundo el verdadero peligro de la intervención extranjera y de la amenaza que los dictadores representan para las estructuras de la democracia.
¿Cómo consiguió la divulgación de archivos que son muy sensibles con respecto a la política exterior de Estados Unidos?
– Hay tres formas principales de obtener documentos estadounidenses sobre países como Chile. Estados Unidos tiene una Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act), una ley que permite a alguien como yo identificar documentos secretos y solicitar su divulgación. A veces los desclasificas y otras no. En las últimas décadas el NSA ha presentado muchas peticiones de documentos sobre Chile. Una segunda forma de obtenerlos es acudir a las bibliotecas presidenciales y buscarlos allí. En ese acervo obtuve precisamente los nuevos documentos de mi libro, ‘Pinochet Desclasificado’, en las bibliotecas presidenciales de Nixon y Ford.
Sin embargo, la forma en que se desclasificaron la mayoría de los documentos sobre Chile fue mediante una orden presidencial especial del presidente Clinton y, más tarde, del presidente Barack Obama. El NSA estuvo muy involucrada en presionar a ambos presidentes para que hicieran esas revelaciones discrecionales que dieron como resultado el acceso a más de 24.000 documentos sobre Chile que el público no había visto antes.
En tu reciente publicación cuentas que estuviste con Rodrigo Rojas de Negri antes de venir a Chile ¿Qué podrías contarnos sobre ese encuentro?
– Rodrigo Rojas era el hijo mayor de una prominente y querida exiliada chilena en Washington, Verónica de Negri. Solía recogerlo de la escuela y el chico solía pasar el rato en la oficina de mi esposa chilena, Eliana, en el Institute for Policy Studies. Cuando nos dijo que dejaría la secundaria y regresaría a Chile, lo llevamos a almorzar y tratamos de convencerlo de que no fuera. Era una época peligrosa en Chile; pero él quería ser parte del movimiento popular para expulsar a Pinochet del poder. Por ese motivo lo mataron brutalmente. Recientemente visité el lugar donde quemaron vivos a Rodrigo y Carmen. Esta atrocidad se convirtió en un símbolo de los horrores que Pinochet y sus militares infligieron a Chile.
EL PROYECTO FUBELT Y EL ASESINATO DEL GENERAL SCHNEIDER
¿Qué podrías contarnos sobre el proyecto FUBELT?
– FUBELT fue una frenética operación de la CIA de seis semanas de duración para implementar órdenes claras y directas del presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, para impedir que el presidente electo, Salvador Allende, tomara posesión como el primer líder socialista elegido democráticamente en el mundo occidental. Trabajando con dos generales chilenos, Roberto Viaux (retirado) y Camilo Valenzuela, la CIA se centró en un complot para destituir y ‘neutralizar’ al comandante en jefe del ejército, general René Schneider, quien era constitucionalista. La CIA suministró armas, dinero e incluso pólizas de seguro de vida a los conspiradores. Después del asesinato de Schneider, la CIA pagó 35.000 dólares para ayudar a sus asesinos a huir del país y evitar que hablaran de sus conexiones con la CIA.
Kissinger había asegurado que la intervención de la Casa Blanca en Chile fue abortada antes de este asesinato. ¿Qué demuestran los reciente documentos acerca del rol jugado por el ex Secretario de Estado, Henry Kissinger?
– Kissinger fue el supervisor de todo este esfuerzo por bloquear a Allende. Posteriormente afirmaría que no sabía que el complot golpista comenzaría con un intento de destituir a Schneider. Pero 24 horas después de que dispararan a Schneider, informó a Nixon sobre la forma en que se suponía que evolucionaría la trama. Llamó a los militares chilenos «un grupo de incompetentes» por no implementar el complot y tomar el poder después del ataque a Schneider.
¿Qué papel se desprende de Eduardo Frei en los últimos días de septiembre de 1970, los días previos al ascenso de Allende, según los documentos a los que ha tenido acceso?
– Los documentos desclasificados de la CIA y del Departamento de Estado caracterizan a Frei como ambivalente; quería bloquear a Allende, pero al mismo tiempo no quería violar la constitución chilena. De hecho, la CIA intentó sobornarlo para que abortara la transferencia de poder antes de que Allende tomara posesión. Enviaron a un agente especial para hablar con él y ofrecerle mucho dinero si apoyaba un golpe y luego se exiliaba. El emisario le recordó a Frei lo generosa que había sido la CIA al financiar secretamente su campaña para la presidencia en 1964. Pero al final Frei no hizo lo que quería la CIA.
LA INVITACIÓN DE LA CIA AL MAMO CONTRERAS
¿Qué podrías contarnos sobre los contactos de Manuel Contreras con la CIA?
Ésa es una historia larga y complicada que se cuenta en mi libro ‘Pinochet Desclasificado’. Hubo numerosos contactos: A petición directa de Pinochet, la CIA invitó a Contreras a Washington para celebrar reuniones secretas sobre cómo convertir a la DINA en una importante agencia de inteligencia y policía secreta. En un momento dado, la CIA puso a Contreras en su nómina secreta. Pero como fue el abusador más despiadado de los derechos humanos en América Latina, existía la posibilidad de que su empleo por parte de la CIA como informante y colaborador quedara expuesto, ya que el Senado de los Estados Unidos desde 1975 ya estaba investigando el papel de la CIA en Chile. Así que pronto lo sacaron del empleo directo. Poco después, Contreras creó la Operación Cóndor y luego envió agentes de la DINA a Estados Unidos para cometer un acto de terrorismo internacional en las calles de Washington D. C.
También cuentas en el libro un evento muy desconocido, cuando después de la presión de Estados Unidos tras el atentado contra Letelier, Pinochet tuvo miedo de ser relevado por otros militares, ¿qué nos podrías contar sobre ese suceso?
– De los informes desclasificados de inteligencia de la CIA se desprende claramente que el resto de la junta y otros miembros del ejército chileno estaban muy molestos por la responsabilidad de la DINA en el asesinato de Letelier. Todos sabían que Contreras no habría llevado a cabo tal operación sin órdenes explícitas del propio Pinochet. La base de poder de Pinochet estuvo amenazada durante meses después de que agentes de la DINA fueran identificados como terroristas. Esta situación obligó a Pinochet a tomar personalmente medidas para encubrir su propio papel en la operación. En un momento dado, según la inteligencia de la CIA, Pinochet consideró asesinar a Contreras para eliminar a la única persona que podría vincularlo con esta atrocidad. Se dice que Contreras chantajeó a Pinochet reuniendo documentos de la DINA sobre la participación de Pinochet y enviándolos fuera del país. Los documentos incriminatorios de la DINA nunca han sido recuperados.
Muchos documentos tienen segmentos completamente tachados y en otros, se borró referencias a nombres y contactos. ¿Existe la posibilidad de conocer esta información en el futuro?
– En algunos casos, tal vez haya una oportunidad para que esos registros sean revisados nuevamente para su desclasificación. Pero ese es un proceso que lleva mucho tiempo y no sé cuándo sucederá, si es que sucederá alguna vez.
Mauricio Becerra R.
El Ciudadano