La educación matemática y la formación ciudadana

Por Ricardo Castro Santis Un tema recurrente de discusión de las comunidades de educadores es el objetivo central de la educación escolar como formadora de ciudadanos críticos, responsables y capaces de participar activamente en una sociedad democrática

La educación matemática y la formación ciudadana

Autor: El Ciudadano

Por Ricardo Castro Santis

Un tema recurrente de discusión de las comunidades de educadores es el objetivo central de la educación escolar como formadora de ciudadanos críticos, responsables y capaces de participar activamente en una sociedad democrática. En este contexto, cabe la legitima pregunta de ¿cuál es el rol de la matemática para cumplir este objetivo?, más aún, cuando hemos visto en los últimos años la preponderancia del aprendizaje matemático funcional a la rendición de pruebas estandarizadas, con los cuales son evaluados y categorizados los establecimientos escolares.

Pero la matemática es más que la mera memorización de fórmulas y algoritmos; es un componente esencial para la formación de personas capaces de interactuar en un mundo cada vez más complejo, donde la información cuantitativa y el análisis de datos influyen en decisiones políticas, económicas y sociales, es decir, en aspectos centrales de la vida ciudadana. En este orden de cosas, las competencias matemáticas son una herramienta clave para ejercer una ciudadanía informada y comprometida.

Pensamiento crítico y toma de decisiones

Las matemáticas estimulan el razonamiento lógico, permiten la resolución de problemas y la capacidad de analizar evidencias. Estas destrezas son esenciales para evaluar críticamente discursos públicos, políticas gubernamentales o noticias, especialmente en contextos donde es frecuente la manipulación de datos, la simplificación de argumentos complejos y las noticias falsas. Como señala Jo Boaler (2016), una educación matemática centrada en la comprensión profunda y en la aplicación real permite a los ciudadanos «leer el mundo» con una mirada analítica, cuestionando afirmaciones sin fundamento y tomando decisiones basadas en evidencias.

Alfabetización estadística y democracia

Muchos autores han descrito nuestra era como la “De la información y el conocimiento” y han evidenciado las contradicciones sociales que emergen del acceso a estos nuevos conocimientos, como por ejemplo en Delia Crovi (2004). En este contexto, la capacidad de interpretar gráficos, entender probabilidades o identificar sesgos resulta fundamentales en la formación de la opinión propia. Podemos recordar, por ejemplo, el debate presidencial en Chile de 2017, donde un candidato mostró gráficos adulterados [en la foto] para generar una sensación errónea en los espectadores (ver El Ciudadano 2017). Las personas que carecen de alfabetización estadística pueden verse excluidos de estas conversaciones o ser vulnerables a la desinformación. La OCDE (2019) destaca en su marco PISA que la competencia matemática incluye «interpretar y evaluar información para resolver problemas de la vida real», una habilidad indispensable para participar en asuntos colectivos.

Justicia Social y Equidad

La educación matemática también cumple con un rol ético; con ella es posible abordar y entender problemáticas como la distribución de recursos, el acceso a servicios básicos o el impacto ambiental. Ole Skovsmose (1994), pionero de la educación matemática crítica, propone que las salas de clases deben ser espacios para cuestionar cómo las matemáticas se usan en contextos de poder, fomentando una conciencia social. Por ejemplo, calcular la huella de carbono de una comunidad o evaluar estadísticas de género en empleos permite vincular el aprendizaje con la justicia social.

Cómo avanzar en una educación matemática para la formación ciudadana

Algunas iniciativas que pueden ayudar en fortalecer el rol de las matemáticas en la formación de personas íntegras, críticas y activas socialmente son las siguientes:

  1. Contextualizar el aprendizaje: Vincular los contenidos matemáticos a las problemáticas sociales (políticas, económicas o medio ambientales).
  2. Promover el debate: Fomentar la capacidad argumentativa de los estudiantes basada en datos y su correcto análisis.
  3. Usar tecnologías: El uso de herramientas tecnológicas para visualización, análisis y simulación de escenarios.

La Unesco (2021), en su informe Reimaginar nuestros futuros juntos, subraya que la educación debe preparar a los estudiantes para «co-crear un futuro sostenible». En este marco, las matemáticas son un puente entre el conocimiento abstracto y la acción cívica.

A modo de conclusión

Para la formación de ciudadanos competentes no basta con saber resolver ecuaciones para rendir pruebas estandarizadas, requiere también saber aplicar ese conocimiento en la defensa de derechos, el combate a la desinformación y la construcción de una sociedad más equitativa.

Por Ricardo Castro Santis

Doctor en Matemática por la Università di Roma I. Académico titular de la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem), editor jefe de la revista de Modelamiento Matemático de Sistemas Biológicos, jefe de carrera Ingeniería Civil Matemática y miembro del honorable Consejo Superior de la UTEM.

Referencias

  • Boaler, J. (2016). Mathematical Mindsets. Jossey-Bass.
  • Crovi, D. (2004). Sociedad de la información y el conocimiento. Entre el optimismo y la desesperanza.
  • El Ciudadano (2017). Los errores que contenían los gráficos presentados por Piñera en el debate presidencial-
  • OCDE (2019). PISA 2021 Mathematics Framework.
  • Skovsmose, O. (1994). Towards a Philosophy of Critical Mathematics Education. Springer.
  • UNESCO (2021). Reimaginar nuestros futuros juntos: un nuevo contrato social para la educación.

Fuente fotografía


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