Los géneros en la literatura tienen la capacidad de disolverse; así a veces no tenemos idea si es que estamos frente a un libro de poesía o frente a un libro de narrativa. Muchos escritores, a lo largo de la historia, han dicho que no es necesario clasificar el contenido de unas páginas. Por eso se pueden ver a poetas escribiendo novelas o a narradores escribiendo poemas. Lo pueden hacer sin darse cuenta, de hecho.
Antonia Torres, poeta nacida en Valdivia en 1975, que ha publicado cuatro libros de poesía, indaga en ese lenguaje travestido entre lírica y narrativa. Lo hace a través de Las vocales del verano (Literatura Random House, 2017).
Esta novela está ambientada en una playa del sur de Chile. La protagonista, cuyo nombre no se avisa en ningún pasaje del libro, vuelve de su vida en el extranjero y se instala en la casa de veraneo de infancia. Pero aquí no hay veraneo, no hay sol (aunque sí aparece un par de veces); en esta costa la atmósfera está pintada de nubes grises que se mezclan con el agua que levantan las olas.
En ese contexto, arriesgándome a mal interpretar las señales del clima, la relación entre las condiciones del tiempo, el estado en el que se encuentra la protagonista y los hechos que ocurren está a la vista.
Es como si esas nubes grises tuvieran un lápiz y un papel y contaran una historia igual de gris.
“La pequeña casa le era de nuevo familiar y su ropa ya no estaba guardada en la maleta, sino que apilada pulcramente sobre una vieja cómoda de madera. Los días que siguieron a su llegada fueron poco a poco dejando de ser días de llegada”, escribe Torres en los inicios de la novela, en una frase que sugiere los motivos evidentes que existen desde la protagonista para visitar la casa.
El lugar de infancia como objeto de protección resulta familiar, creíble. Yo también volvería a una casa así si tuviera que buscar la seguridad del pasado. Si tuviera que volver. Ese ambiente es ideal para recordar no solo las cosas que pasaron en los alrededores; es ideal para recordar los sucesos que se encadenaron muy lejos de ahí. Para eso, intuyo, es que se regresa.
La promesa de tranquilidad no es más que eso, una promesa. En referencia a los días de llegada que dejan de ser días de llegada, se podría decir que los días pacíficos dejan de ser días pacíficos. Del lúgubre paisaje aparece un hombre, alguien que la observa desde que ella llega al pueblo. Este hombre, que le va a dejar leña, la toma de la cintura y la besa como si fuera un mandato. “De pronto, sin mediar ninguna seña, Rubén la tomó bruscamente del brazo y la atrajo con fuerza hacia sí”. Ella se excita con el amante más simple que ha tenido en su vida (eso cree), que huele a desodorante barato y a fritura. “Sintió un placer tan intenso que no supo si lo que experimentaba era un solo orgasmo muy largo o varios que se confundían entre sí”.
La llegada de Rubén, más la atmósfera gris, comienzan una serie de hechos complejos, entre los que se cuenta un muerto sobre la orilla del mar –que solo identifica la protagonista–, escenas de experimentación sexual y la ya mencionada evocación de recuerdos, entre otros.
La edad de esta mujer no está clara, tampoco en qué año ocurre la novela (aunque sí se sabe que es un tiempo lejano a la dictadura).
Las alusiones bíblicas se encuentran a lo largo de toda la trama. Se cuenta la historia de Lot y su escapada de Somoda y Gomorra junto a su mujer y a sus dos hijas (historia que termina en incesto). No por nada, pues el último descubrimiento de la protagonista se relaciona a este pasaje del Antiguo Testamento. Nada que asombre, en realidad: Las vocales del verano se lee sin pensar qué es lo que viene al final. No genera expectativas, por lo que no debe hacerse cargo de nada. Es, sin dudas, una novela que se descubre con cada página. Una novela que no requiere clímax.
Puedes ver el capítulo de El Ciudadano LiberaLibro en el que conversamos con Antonia Torres, la autora, en el siguiente link.
Ficha:
Autora: Antonia Torres
Título: Las vocales del verano
Editorial: Literatura Random House
Nº de páginas: 108
Precio de referencia: $10.000
Género: Novela