La verdad de los vecinos de Illapel que culpan a Los Pelambres de contaminar aguas con arsénico

El martes 12 de junio, una delegación representó a los vecinos de los sectores de Choapa Viejo y Las Cañas 2 de Illapel (región de Coquimbo), ante la Comisión de Recursos Hídricos, Desertificación y Sequía del Senado. De frente a los parlamentarios, los habitantes denunciaron la contaminación del pozo de agua potable que abastece a las comunidades y apuntaron a Minera Los Pelambres, propiedad de Antofagasta Minerals, en manos del Grupo Luksic.

José Escobar, miembro de la delegación, relató que el sector es una zona urbana y que cuenta con un comité de Agua Potable Rural (APR) desde el año 1998. En ese lugar, se construyó una planta booster y una piscina de emergencia, y también ha sido escenario de “una serie de derrames”, según describió.

José Escobar

«Cuando ocurrieron los primeros derrames, en el año 2013, no se dio a conocer a la gente exactamente cuáles podrían los efectos nocivos que podrían tener, especialmente en las napas y en el pozo de agua potable que se encuentra a escasos metros de la piscina de emergencia”, comentó Escobar.

Al respecto, el representante vecinal sostuvo que en ese momento no se informó a la población qué elementos transportaba el ducto colapsado y cual podía ser el efecto de un derrame sobre este pozo de agua en particular, que según precisó a los parlamentarios, se encuentra “exactamente debajo de la pendiente donde se encuentra el lugar donde se producen los derrames”.

Escobar señaló en la cámara alta que una vez ocurrido el accidente, los vecinos ingresaron a la piscina de emergencia para sacar el producto, pero nadie les advirtió acerca de los riesgos. Los habitantes del sector vieron cómo se rompía la piscina, por lo que el concentrado que desciende de la mina a través del ducto, «que viene con una serie de químicos, especialmente de metales pesados”, según la exposición del representante, quedó en contacto con el terreno en forma directa.

Ducto Minera Los Pelambres.

“Cuando esto ocurre, se supone que se tienen que activar inmediatamente medidas de emergencia, tanto de la empresa, como del Estado. La primera medida debería haber sido un protocolo de emergencia, la ley obliga a que esto exista. Las comunidades no sabían qué es lo que transportaba (el ducto), cuál podría haber sido el problema de salud que podrían tener por consumirlo o por estar expuestos a eso, no existía protocolo de emergencia con la comunidad”, subrayó José Escobar.

El expositor comentó que en el año 2013, el pozo llegó a tener una concentración de arsénico “siete veces superior a la que puede consumir un ser humano”. Advirtió además que entre febrero y octubre de ese año, a la gente no se le informó sobre la condición de las aguas, hasta que meses después se instaló un filtro.

Gabriela Muñoz

“Antes del filtro, la gente estuvo consumiendo agua que venia con arsénico y se comenzaron a dar una serie de enfermedades que, estadísticamente, no son comunes en todos lados. Cáncer al estómago, a los pulmones, a la piel, a los huesos”, detalló Escobar. Los mas afectados, dijo, fueron los menores de edad y adultos mayores.

A su turno, Gabriela Muñoz, tecnóloga médica y académica de la Universidad de Chile, comentó que trabajó con una muestra de agua tomada en una casa del sector de Huentelauquén. Allí descubrió «la presencia en un ml de agua de 14 metales pesados», entre ellos, cadmio y mercurio. «Encontramos 12 mg de arsénico. Qué páncreas, que hígado puede vivir con esa cantidad de miligramos por ml en el cuerpo”, preguntó la investigadora.