La Coordinadora Nacional de Trabajadores No + AFP respondió este martes a las primeras declaraciones del nuevo gobierno respecto al sistema de AFP. A través de un comunicado, la Coordinadora valoró las palabras de Nicolás Monckeberg, ministro del Trabajo, en cuanto la “reforma no se hace con imposición, sino con acuerdo y con diálogo”. Ante ello, la Coordinadora destacó que la mayoría de los chilenos ha sufrido hace años las consecuencias de un sistema que es absolutamente contrario a la seguridad social, por lo cual el gobierno debe escuchar a los verdaderos protagonistas de este problema, que son los trabajadores. No + AFP recordó que las AFP no son interlocutores válidos para resolver el problema de las bajas pensiones.
La Coordinadora recordó que el aumento del 4% que plantea el actual gobierno, es insuficiente. “Necesitamos acercarnos a los promedios de los países de la OCDE. Más aún, teniendo en cuenta que el 50% de los actuales pensionados recibe menos de $147.269”.
La declaración agrega que cualquier debate sobre la materia, tiene que tomar en cuenta a los verdaderos actores de esta materia. “Las AFP son dispensadoras de un servicio del cual pagamos muy alto precio, parece un desatino que ellos, siendo incumbentes participen de un debate que requiere seriedad y, por sobre todo, prescindencia del dogma, en especial del monetarista. Las AFP no son interlocutores válidos”.
La Previsión, señala el texto, es parte de la Seguridad Social y en tal sentido, debe ser abordada como un derecho fundamental, cuestión que por su naturaleza es absolutamente contraria al lucro y al negocio.
Nosotros creemos tener la mejor propuesta para resolver el drama de cientos de miles de compatriotas, afirma No + AFP. “Tenemos una propuesta viable financieramente. Es solidaria, principio esencial de la Seguridad Social reconocido por la O.I.T. Es gradual. No provoca descalabros al ahorro interno; en fin, es una propuesta construida con una visión integral de la Seguridad Social”.
“Invitamos a todos los actuales congresistas, a sumarse a la gran tarea de restituir un derecho esencial para los trabajadores chilenos arrebatada en 1981 y que ha negado sostenidamente la posibilidad de reconocerle a nuestros viejos una cuestión esencial de toda sociedad que se precie de moderna: dignidad”.