Las batallas que tienen en vilo al proyecto GNL Penco Lirquén (ex Octopus)

Tras cuatro años de movilización, recientemente se celebró un funeral simbólico al proyecto Terminal GNL Penco-Lirquén de la empresa Biobío Genera. Organizaciones le enviaron las condolencias al seremi de Medio Ambiente, quien sistemáticamente apoyó la iniciativa. Sin embargo, aún están atentas a que no resucite. Por Javier Karmy Bolton

Las batallas que tienen en vilo al proyecto GNL Penco Lirquén (ex Octopus)

Autor: Javier Karmy

Frente a la seremía regional del Medio Ambiente en Concepción, se realizó recientemente una ceremonia fúnebre con ataúd que fue velado en medio de manifestantes que califican como “moribundo” el proyecto de Biobío Genera, pues -aseguran- se ha quedado sin financistas ni infraestructura. Según advierten las organizaciones, sería una victoria producto de la movilización y organización social de la comunidades territoriales.

En un comunicado firmado por diversas organizaciones territoriales que conforman la Coordinadora Intercomunal contra los Terminales de Gas, declaran que la iniciativa “se cae a pedazos” y celebran “su sepultura como proyecto”. Además, explican que la salida de ciertos inversionistas y la caída de infraestructura clave del Terminal Gas Natural Licuado (GNL) Penco-Lirquén de Biobío Genera, “demuestran el derrumbe inminente de un proyecto que lleva años en tramitación y que debido a la organización y movilización de las comunidades hoy queda tan sólo archivado como lo que es, un proyecto”.

En la ceremonia aprovecharon de enviar sus «más sinceras condolencias al Seremi de Medio Ambiente, que sistemáticamente apoyó esta idea que sólo traería daño para las costas de la Región del Biobío”.

Edison Neira, vocero de la Coordinadora Perco-Lirquén y de la Coordinadora Intercomunal contra los Terminales de Gas, narró a El Ciudadano que la empresa Biobíogenera ha tenido bastantes complicaciones para instalar su proyecto este año 2017, pues no ha logrado obtener los permisos ambientales debido a la movilización social. Algo importante fue la decisión de la Corte Suprema de revocar el permiso ambiental de la Planta de GNL Perco-Lirquén, avaluada entonces en unos 165 millones de dólares de inversión.

La revocación entonces se debió a que la Corte Suprema consideró que el proceso de evaluación ambiental presentaba vicios, específicamente en lo relacionado a la Consulta Indígena. El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) habría puesto término de forma arbitraria al proceso de consulta, sin haber acudido a la comunidad. En el fallo de 23 páginas, se puede leer lo siguiente:

“Lo cierto es que este mecanismo de participación persigue un fin distinto de aquel que pareciera desprenderse de la resolución recurrida, ya que tal instancia, es una etapa previa en todo el proceso de otorgamiento de permisos ambientales y lo que persigue es precisamente que a través de la información completa e informada del titular del proyecto, a las Asociaciones Indígenas supuestamente afectadas, ellas puedan manifestar su conformidad con el proyecto evitando otras instancias recursivas que se establecen en la legislación ambiental y que efectivamente pudieran dilatar la implementación del mismo”.

Por esa razón, el máximo tribunal -se señala- “brindará la cautela requerida, en razón que para la aprobación del proyecto Terminal GNL Penco-Lirquén, era necesario concluir el procedimiento de participación ciudadana previamente convocado, el que deberá ajustarse además a los términos que el Convenio N°169 contempla, lo cual permitirá asegurar el derecho antes aludido”.

Este recurso fue interpuesto por la asociación Lafkenche Koñintu Lafken Mapu de Penco, logrando junto con la movilización de las diversas organizaciones retrasar la puesta en marcha del proyecto, pues desde el año 2013 que están alerta y movilizadas.

Como consecuencia de lo mal planteado y de la defensa ciudadana de las organizaciones de la región, ya el 2014 el proyecto se cayó y lo tuvieron que presentar otra vez, pero le cambiaron el nombre. De Octopus pasó a llamarse Biobío Genera. Luego, el 2016 dieron la pelea judicial por la Consulta Indígena logrando la victoria el 31 de enero de 2017.

Ahora, como consecuencia de la incertidumbre que las organizaciones le generaron a la empresa, empezaron a perder socios. “Primero perdieron a la empresa que iba a poner el buque regasificador, y luego perdieron el socio que iba a construir la terminal marítima”, sostiene el dirigente Edison Neira, quien atribuye todo esto a la movilización social. “Hemos hecho todas las observaciones ciudadanas, pusimos los recursos de protección, estuvimos presentes al momento de las votaciones, eso es lo que ha permitido que no obtengan los permisos necesarios para construirse”, plantea, y agrega que así se generó un escenario de retrasos que “hoy día los tienen con complicaciones financieras y perdiendo a sus socios”.

Mientras a la empresa le ocurre eso, Neira añade que “la oposición es cada día más fuerte y, por lo tanto, anunciamos que vamos a aprovechar nuestras energías para seguir fortaleciendo la oposición a GNL en Talcahuano”. En ese sentido, explica que están llamando a “estar en estado de alerta, porque sabemos que aún no ha muerto y la lucha ha tenido efectos en este proyecto, por eso seguiremos enfrentando a Biobío Genera”.


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