Comestibles envasados que cambiaron sus fórmulas para eximirse o tener menos advertencias, negocios en establecimientos educacionales donde abundan frutas y verduras, y restricciones a la publicidad, son parte de las modificaciones que generó esta normativa, que esta semana comenzó en su tercera y última fase a tres años desde su entrada en vigencia.
Esto que significará que los límites máximos de nutrientes críticos (azúcar, calorías, grasas saturadas y sodio) que puede tener un producto sin tener sello “Alto en”, llegarán al nivel de mayor exigencia. Según un análisis del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile dado a conocer por El Mercurio, desde este miércoles el 60% de los alimentos envasados que se puedan adquirir en un supermercado llevarán alguna advertencia “Alto en”, ocho puntos más que ahora.
De acuerdo al balance del INTA, los contenidos de azúcares y calorías bajaron entre 15 y 20% en productos como bebestibles y cereales, lo mismo pasa en el caso de las cecinas con el sodio y las calorías o los snacks salados que han disminuido la concentración de grasas.
Según señaló Marcela Reyes, una de las autoras del estudio, la norma ha generado cambios en la población: “Los análisis que se han hecho con base en mediciones objetivas de compras en hogares, vienen a confirmar los resultados obtenidos en autorreportes, en los que las personas declaran comprar alimentos con menos sellos”, afirmó la especialista al citado medio nacional.