A casi 50 años del Golpe Militar en Chile, aún existen centenares de marcas de balazos en los edificios del barrio cívico y del centro de la capital que dan cuenta del horror que se vivió a partir del 11 de septiembre de 1973.
Estas marcas se grabaron a fuego en la memoria del fotógrafo Alexis Díaz Belmar, que veía en ellas el holograma de una ciudad en guerra. Impulsado por ese recuerdo, se propuso recorrer el centro de Santiago y fotografiar los vestigios de la violencia de esos días. Así nació “Golpes”, libro que reúne una selección de 28 fotografías, donde se destacan lugares como el Paseo Bulnes, la Torre Entel, el Banco Central y el Banco de Chile.
Uno de estos edificios es el Museo Nacional de Bellas Artes. “Pocos días después del golpe militar, en septiembre de 1973, los militares dispararon contra el Museo, con tanques y ametralladoras, ante la supuesta amenaza que en su interior se ocultaban grupos de izquierda y resistencia armada. Y aunque el museo estaba vacío, las balas atravesaron las ventanas, impactaron sobre las paredes, dañando el edificio y sus obras”, cuenta Díaz Belmar.
En el paseo Bulnes, los agujeros dan cuenta de cómo los militares ingresaron desde el sur en dirección al Palacio de La Moneda, y en su recorrido, dispararon contra las diversas reparticiones públicas que se encuentran en el lugar, hasta llegar a la Línea 1, que en ese entonces se encontraba en construcción, la cual usaron como trinchera. Las huellas de los balazos coinciden con el relato que hace el periodista Ignacio Vidaurrázaga en su libro “Martes Once, La Primera Resistencia”.
Los vestigios fotografiados por Alexis Díaz dan cuenta del calibre de las armas utilizadas, la extensión de los ataques, los lugares que representaron algún tipo de amenaza para la Junta Militar y la magnitud de la violencia que ejercieron las Fuerzas Armadas en 1973. “Sobre todo, para mi, dan cuenta de una herida que está viva en la ciudad”, explica el autor.
“Golpes” se lanzó el 11 de noviembre en Sala de Máquinas, ubicada en Dardignac 111, Bellavista. El libro fue presentado por el poeta Carlos Soto y la antropóloga visual, Francisca Márquez.