Me resulta imposible permanecer en silencio frente a tanta injusticia que vive mi pueblo, frente al maltrato y desprecio que a diario viene recibiendo mi gente cuando concurren a las distintas ciudades de la región a manifestar su legítimo descontento ante el engaño y la mentira, el fraude y la avaricia del gobierno-empresario, que busca imponer por la fuerza su modelo extractivo, ahora, al interior de nuestros ya reducidos espacios territoriales.
Me he enterado cómo han agredido a la gente con la que he luchado tanto tiempo para defender el territorio en Curacautin, pero también de la represión y brutalidad policial en otras localidades de nuestro Wallmapu. Causa impotencia no poder estar ahí con ellos, con mi familia, con mi comunidad protestando frente a una consulta fraudulenta que tiene como finalidad incorporar la poca tierra que nos queda al mercado y la inversión capitalista al interior de nuestras comunidades. Pero al mismo tiempo, me llena de orgullo pertenecer a un pueblo que se defiende, que sigue vivo y no se deja avasallar a pesar del gigantesco aparataje comunicacional y monetario que el gobierno empresarial pone al frente para manipular.
Desde la prisión, hemos sentido las múltiples formas de resistencia de ustedes mis hermanos y hermanas allí afuera, los más de 7 mil marchando contra el Plan Impulso en septiembre pasado, los más de 2 mil marchando contra la Consulta fraudulenta en Temuco el pasado 20 de mayo, que se inició justo aquí en el frontis de este encierro y, todas las expresiones de protesta en cada territorio. Reciban todos y todas un incondicional apoyo y admiración por la contundente respuesta que como pueblo le estamos dando al gobierno chileno para decirle NO a este nuevo fraude.
La gente mapuche de este territorio se está oponiendo en todas las comunas y eso debe seguir. El gobierno con su prensa habla de “gente de afuera”. Seamos claros, ¡ningún mapuche es de afuera aquí! El nuevo engaño de Piñera afectará a cada uno de nosotros y pondrá en grave peligro nuestra propia existencia, porque el poder juega con la precariedad y lleva a muchos a confundirse y vender o arrendar su tierra, para así tener pan por un rato y hambre para siempre, en la periferia de la ciudad.
Lo hemos dicho y lo reiteraremos de nuevo, no podemos entregar lo poco que hemos conquistado, si tenemos bajo nuestro control menos del 5% de nuestro territorio, ¿permitiremos hoy, que sobre esa migaja además nos quieran venir a arrendar o comprar los capitalistas? Este proceso de consulta y cambio en la Ley Indígena no es otra cosa que una nueva invasión, pero ahora del capital privado hacia la tierra que nos va quedando. Para validar ese proceso, el gobierno está utilizando incluso la policía militar.
Pero es un proceso total y absolutamente deslegitimado, inválido y corrupto; donde se está encerrando a algunas personas desinformadas en distintos recintos municipales para decir que nuestro pueblo participa. Los alcaldes, algunos de origen mapuche y muchos de “oposición”, debieran aclarar a cambio de qué están validando esta farsa. Es una vergüenza que algunos se agrupen para hablar de los derechos mapuche y en paralelo negocien “migajas de sobrevivencia”.
Hago un llamado urgente a todos los actores para informar y denunciar al gobierno chileno, en todos los espacios nacionales e internacionales, sobre esta nueva práctica de exterminio ecológico, material, cultural y simbólico hacia nuestra tierra. En Chile hoy se desarrolla un proceso de “Consulta Indígena” de mala fe, sin libertad y con represión policial, plagada de mentiras y orientada a desinformar.
Chaltumay, newentulerpuay, rumelmogelerpuayñ!!!
Seguiremos defendiendo lo nuestro!!!
No a la Consulta!!!
En Chile, los gobiernos han transformado el derecho a la consulta en un fraude!!!
Marichiwew!!!
Por Alberto Curamil, Prisionero Político Mapuche en la cárcel de Temuco, Premio Goldman por el Medioambiente 2019.