Los últimos años han planteado diferentes desafíos respecto al proceso educativo que viven niños, niñas y adolescentes. La revuelta social, la pandemia y los contextos de cada territorio son factores que transformaron los procesos de convivencia y aprendizaje, afectando la vida social, familiar y personal. Alejandra Nielsen, Asesora Técnica de Educación de la Unidad de Infancia y Derechos de Serpaj Chile nos cuenta cómo han sido este tiempo para la institución.
Para Nielsen, los derechos de los niños muchas veces quedan relegados, esto debido a que “son los niños, niñas y adolescentes (NNA) los más afectados, porque son los que menos se visibilizan, son los que no gritan, no salen a protestar y además porque ellos dependen de un otro que está a cargo de ellos”.
En ese sentido, agrega que durante el estallido social se vivieron vulneraciones a NNA, lo que resulta gravísimo para el Estado de Chile, ya que el país está comprometido a resguardar y garantizar estos derechos “muchas veces ellos estaban en compañía de sus familias en un ambiente de manifestación pública y donde la fuerza pública irrumpió de manera violenta y no respetó los derechos de los niños y de los adultos”.
Asimismo, señala que durante el contexto de Covid 19 también se han vivido otros tipos de violencias, pero no menos importantes. El hecho que los niños, niñas y adolescentes no tengan la posibilidad de estar en el espacio educativo, es una situación compleja, ya que son espacios de socialización, y es ahí donde hay grandes aprendizajes porque son personas en desarrollo.
Otro problema que surge es que muchas veces se han generado -desde el Estado- estrategias sin considerar las desigualdades territoriales, económicas, de acceso, de conectividad “las desigualdades siempre van afectar más a las personas que viven en situación de vulnerabilidad”.
EL TRABAJO DE SERPAJ CHILE EN ESTOS CONTEXTOS
En el caso de los centros educativos de Serpaj Chile, tanto el Jardín Infantil Ramaditas y Sala Cuna Cerro Alegre también se vieron afectados ya que los niños y niñas alcanzaron a ir solamente 5 días durante el año 2020, apenas conociendo el equipo. Sin embargo, se realizó un trabajo que consideró un contacto constante con ellos, ayudando en todo ámbito.
Al respecto Nielsen agrega que “no estamos hablando solo de lo educativo, para nosotros es fundamental que el aprendizaje esté centrado en un principio que es el contexto, donde viven o habitan los niños y niñas, por ejemplo en situación de hacinamiento, con dos o tres familias, el clima emocional, etc.”.
Una de las principales consecuencias que ha tenido la pandemia en el país -sobre todo en Valparaíso- fue el desempleo, afectando directamente la economía de las familias, incluyendo aquellas pertenecientes al Servicio de Paz y Justicia. Debido a esto, se realizó una coordinación caso por caso analizando la situación socioeconómica en las que estaban, detectando las necesidades en salud, educación, vivienda, protección social, generando una relación con los equipos y si era necesario con el municipio, la gobernación u otro tipo de redes territoriales.
Otro aspecto relevante durante este tiempo, ha sido la disposición que han tenido los equipos de Serpaj Chile, desde el aprendizaje y el apoyo psicológico, no solo para el apoyo hacia las familias, sino que también hacía el mismo equipo, ya que la pandemia se sigue viviendo y los afecta a todos.
Se realizaron capacitaciones, enfocadas en los buenos tratos y en las posibles vulneraciones que podrían vivir en el hogar: “Se mantuvo un trabajo técnico permanente durante todo el año, nunca estuvieron desconectados, el jardín siguió existiendo en los hogares de cada una de las integrantes de los equipos de los jardines” señala Nielsen.
Desde el punto de vista metodológico hubo un cambio no solo por parte de la familias, sino que también en el acompañamiento realizado por los equipos. En este sentido, los y las educadoras estuvieron al teléfono, enviando estrategias, sugerencias de actividades y también resolviendo requerimientos relacionadas al crecimiento.
“No pensemos que se trabajó con un bebé sentado escuchando a una educadora por una pantalla, no necesariamente fue así, la familia estaba preocupada por la alimentación de sus hijos, por el control de esfínter a los que ya les correspondía, con pataletas que se empezaron a generar, entre otras situaciones”, explica Nielsen. Además, posteriormente, la comunicación con ellos fue a través del cara a cara, fortaleciendo el vínculo, desde la voz, el rostro y la mirada, pues acompañar también es fundamental para el desarrollo de niños y niñas.
EDUCACIÓN DESDE LA INCLUSIÓN, LA PARTICIPACIÓN Y EL CONTEXTO
El trabajo mencionado no es fruto de la casualidad, sino que es parte del Modelo de Acción Pedagógica de Serpaj Chile, que tiene como bases el reconocimiento de la dignidad humana y la resolución de conflictos de manera pacífica y no violenta. Esto responde a valores como la inclusión, el respeto, la participación y el reconocimiento a la dignidad humana.
La inclusión en educación es un principio que emana de un marco comprensivo más grande que es el Derecho a la Educación: “Incluir no es solamente pensar en lo que el otro no tiene o le falta, sino que cómo nosotros generamos estrategias y dispositivos para que el otro – sujeto de derecho- tenga las mismas oportunidades que todos”, y también significa reconocer la diversidad de todos y todas, diversidad en competencias, en aprendizaje, culturales, territorio.
Lo anterior, también tiene que ver con entender el contexto en que viven los niños, niñas o adolescentes, en donde cada realidad y cada territorio es diferente al otro y el aprendizaje es distinto en cada persona. Esta comprensión de la educación inclusiva va más allá de un currículum, sino que implica un plan de trabajo que permita que todos los niños aprendan, pero en primer lugar garantizando las condiciones y generando la posibilidad de desarrollar este proceso: “Nuestro deber es ser co-garantes del derecho de ese niño de estar protegido. Y si ese niño no está protegido, nosotros, tenemos que estar, porque eso es irrenunciable y a eso también nos hemos comprometido como Serpaj Chile”, añade Nielsen.
También se debe educar en y para el conflicto, conflictos que se van a dar en la vida diaria, como por ejemplo la situación actual de emergencia, con afectaciones importantes a la persona, en donde las formas en que se resuelven estos conflictos deben ser fundadas en el respeto y que se pueden resolver de manera pacífica y no violenta, entregando estrategias reconociendo que el otro es legítimo.
De igual forma, la participación es otro de los principios fundamentales: “No podemos seguir insistiendo en que las personas de este país no participan, si nosotros no le hemos permitido participar, ni le hemos enseñado cómo es y esto se hace desde la cuna, no se aprende cuando yo tengo 30 años”.
EL RETORNO A CLASES
Uno de los temas principales durante las últimas semanas es el posible retorno a clases de forma presencial. Sobre esto, Nielsen señala que se debe abordar un posible retorno a clases considerando todos estos principios, mencionados anteriormente, ya que es un proceso complejo que requiere no caer en estereotipos simplistas, las condiciones en cada establecimiento y en cada familia son diferentes.
Si se habla del reconocimiento del otro como legítimo otro debe haber participación de las familias y de los niños, se tienen que generar las condiciones para que ellos puedan participar del proceso, estén o no en el jardín: “El retorno a clases de los niños, niñas y adolescentes requiere absolutamente de la participación de las familias y de los equipos educativos”.
Esto significa que se debe considerar la realidad de las familias, actualmente hay diversos factores que van a influir en la decisión de enviar o no a los niños, por ejemplo la flexibilidad laboral de padres y madres, el cumplimiento de medidas, la posibilidad de acceso a sala cuna, entre otros. “Yo no sería tan absoluta en responder que sí hay que volver a clases, sí, efectivamente es muy bueno que podamos volver a clases porque los espacios educativos son importantes para los niños y niñas, pero hay muchas cosas que ocurren en el camino”, afirma la especialista.
En ese sentido, es el Estado quien decide cuando se retoman las clases presenciales y desde Serpaj Chile se ha trabajado un protocolo relacionado a la incorporación e ingreso de los niños y niñas al establecimiento educacional, que respete las orientaciones del Ministerio de Salud.
“Pero en el caso que se decida mantener la educación a distancia, seguiremos desplegando estrategias en conjunto con los equipos educativos y las familias, las cuales permitan asegurar un soporte al aprendizaje y desarrollo de los niños y niñas. Finalmente, si el Estado de Chile se comprometió a garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, esto debe hacerse de verdad y precisamente esta crisis sanitaria puede verse como una oportunidad para demostrar este compromiso”.
“El Servicio de Paz y Justicia, reitera su compromiso con los niños, niñas y adolescentes, garantizando y promoviendo sus Derechos Humanos, haciendo de la educación un mecanismo para lograr estos fines, utilizando la metodología de la No Violencia Activa, construyendo una sociedad inclusiva, respetuosa y comprometida con la justicia”, concluye la entrevista.