Los detalles de la carta escrita por Pinochet que comprueba el tráfico de niños durante la dictadura

“Los niños que salieron de Chile de tráfico infantil, eran registrados en el registro civil con el nombre que iban a recibir en el país que se dirigían", reveló Constanza del Río, fundadora y directora de la ONG ,"Nos buscamos" y víctima de tráfico infantil.

Los detalles de la carta escrita por Pinochet que comprueba el tráfico de niños durante la dictadura

Autor: Leonardo Buitrago

Constanza del Río, fundadora y directora de la ONG ,»Nos buscamos» y víctima de tráfico infantil; reveló el contenido de una carta de Augusto Pinochet, donde se evidencia el tráfico de niños durante la época de la dictadura militar.

En una entrevista con La Red, Del Río manifestó que existen dos casos puntuales en el que están involucrado, la dictadura y Alto Mando Militar, tanto de Chile como de Estados Unidos (EE.UU.)

“Tenemos que involucre a la dictadura directamente tenemos dos casos. Uno es Travis, que ya está resuelto, que ya encontramos a la familia, y cuando la encontramos entendemos la vuelta completa, qué le pasó a la madre, qué le dijeron a la madre, donde en ese caso, está involucrado un mayor del ejército involucrado, que le entrega una guagua, a un bebé, a un militar norteamericano de la CIA, cinco días después del golpe”, expresó Constanza del Río.  

En este sentido, explicó que el militar agarró al niño y se lo llevó a Estados Unidos, no obstante, aseveró que la mujer del uniformado norteamericano, “le pareció raro la rapidez” del proceso de adopción.

“Los niños que salieron de Chile de tráfico infantil, eran registrados en el registro civil con el nombre que iban a recibir en el país que se dirigían. Travis fue inscrito con el nombre adoptivo”, recalcó.

Constanza fue víctima de tráfico infantil entre los 70 y 80. Con días de nacida fue arrebatada de su familia de origen y entregada en adopción a un matrimonio.

Tras conocer sobre este hecho, comenzó una búsqueda imparable por saber la verdad de sus raíces e identidad, pero el camino, lleno de secretos, ocultamientos y sombras que caracterizan al tráfico infantil, no fue fácil. Sin embargo, esto no la detuvo, sino que la motivó a crear la ONG «Nos Buscamos», una red que busca generar “el abrazo del reencuentro” entre familias vulneradas,

 Esta organización ayuda desde el año 2014 a aquellos que perdieron un familiar o buscan a un ser querido, todas víctimas del tráfico infantil de Chile. 

Hasta la fecha, «Nos Buscamos» ha podido reunir a más de 200 familias que fueron separadas por la dictadura, entre las que se incluye niñas de clase alta donde sus padres entregaban a los recién nacidos por vergüenza, hasta mujeres vulnerables que eran engañadas

Niños chilenos adoptados por familias suecas

Cabe recordar que el diario sueco Dagens Nyheter, reveló la semana pasada una serie de antecedentes sobre una red de adopciones irregulares de niños chilenos con destino a Suecia durante la dictadura de Augusto Pinochet, que habría involucrado a la agrupación de extrema derecha Sociedad Suecia-Chile.

El caso fue descrito profundamente en un investigación académica de Karen Alfaro Monsalve, historiadora de la Universidad Austral, y José Luis Morales, teniendo como fuente documentos públicos y privados, entre los que hubo comunicaciones de la embajada chilena en Suecia.

El estudio llamado «Niños chilenos adoptados por familias suecas: diplomacia durante la Guerra Fría (1973-1990)» detalla que las adopciones internacionales fueron vistas como un mecanismo por parte del régimen de Pinochet para mejorar su imagen, que en en ese momento estaba particularmente afectada por las campañas contra la dictadura por parte de los exiliados en Suecia y la oposición del primer ministro Olof Palme al régimen militar.

Fue justamente al finalizar el gobierno de Palme en 1976 y la llegada al poder de la derecha cuando hubo un incremento en las adopciones desde Chile.

«Rápidamente se comprendió que las adopciones podían traer algo positivo para Chile, tanto política como económicamente. Querían mostrar al mundo exterior que la dictadura también se preocupaba por los niños abandonados. Querían mostrar humanidad», explicó Karen Alfaro.

Indicó que en ese contexto «la junta militar creó una nueva práctica para las adopciones forzadas de niños de familias pobres mediante procesos simplificados«, lo que hizo que se pasara de unas pocas adopciones durante los primeros años de la dictadura a mil 700 a finales de los años ’70.

La investigación concluye que la adopción de niños y niñas chilenos por parte de familias suecas tuvo dos momentos. El primero entre 1973 y 1977 estaba asociado “principalmente a la ayuda humanitaria producto de la difícil situación de la niñez chilena”. “Contribuyó a fomentar la llamada campaña antichilena en Suecia y alertó a los militares con respecto al alcance político que del tratamiento de la infancia se proyectaba en el exterior”, explica en el documento. En el segundo momento (1978-1988) que señala Alfaro “las adopciones pasaron a ser aceptadas por el régimen y su regularización y promoción se transformaron en estrategias diplomáticas y políticas para limar asperezas con Suecia y así mejorar su imagen en el exterior”.

Para pasar al segundo momento detallado por la investigadora, el régimen militar de Pinochet desarrolló un plan para mejorar la imagen del país en Suecia. Esto fue posible a través del vínculo con sectores de extrema derecha, empresarios suecos y fundaciones suecas integradas por sectores conservadores. “Esta articulación dio origen a la Sociedad Suecia-Chile, que colaboró con el régimen militar, por medio de propaganda política y de la entrega de información sobre las actividades desarrolladas por los exiliados chileno”, detalla la investigación.

Desde la embajada chilena informaron en ese entonces al Ministerio de Relaciones Exteriores que para las adopciones estaba colaborando la Sociedad Suecia-Chile, una organización de extrema derecha que buscaba mejorar las relaciones internacionales con Pinochet. El presidente de esta agrupación tenía un alto cargo en la Unión Nacional Sueca Pro-Nazi y su secretario era activista del movimiento fascista Nueva Suecia.

De acuerdo a una carta enviada por el embajador, los vínculos con los grupos de ultra derecha se estaban haciendo «con mucho cuidado para no levantar sospechas«. Finalmente, las adopciones se concretaron gracias a la participación de la organización Centro de Adopciones, que operó en Chile hasta 1992, poco después que terminó la dictadura.

Ante las revelaciones en distintos países sobre posibles irregularidades en las adopciones el gobierno sueco anunció la formación de una comisión para investigar más de 60 mil adopciones internacionales realizadas desde 1950 desde países como Chile, Colombia, Corea del Sur, China y Sri Lanka.


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