1.- Quienes no vivieron el periodo de la Unidad Popular no tienen la obligación de retener en su memoria el rol jugado por los medios de comunicación que, muy bien financiados por el capital interno y externo, trabajaron desde antes de la asunción del presidente Allende por botar su gobierno. Radio Agricultura y el diario El Mercurio fueron las cabezas principales -más no las únicas- de un equipo que denostó, descalificó, mintió y preparó el terreno para los militares con el alto auspicio y apoyo de los partidos Nacional y demócrata cristiano.
Por estos días se hace mucha cuestión de las primeras resoluciones de las comisiones temáticas de la Convención Constitucional, resoluciones que son solo los prolegómenos de una larga pelea que deberá darse para lograr los 2/3 necesarios, que permitan que las distintas proposiciones sean parte del articulado de la constitución. Sin embargo el discurso efectista, el grito en el cielo que ponen los empresarios y los partidos de derecha -que son el mismo excremento en envases distintos- por medidas como nacionalizar las riquezas básicas o hacer del agua un bien de la sociedad y no de unos pocos como hoy ocurre, ocupa todos los espacios posibles.
Quienes llevan el pandero en esto de avivar la cueca del discurso reaccionario son nuevamente El Mercurio y la radio Bio Bio. Todas las propuestas que no tienen el sello de la derecha -o sea ninguna- son cosa de locos, imposibles de validar y atentan gravemente contra el estado de derecho y el republicanismo, como les ha dado por decir a todos los que quieren que nada cambie.
2.- Hace algo más de siete días uno de los dueños de la Bio Bio que las oficia de lector de noticias, se pegó una perorata en torno a la figura de la próxima ministra de Defensa en el gobierno de Boric. Como si fuera un pecado capital se preguntó el «periodista» si era posible que Maya Fernandez ocupara esa cartera ministerial, en circunstancias que vivió 21 años en Cuba y que tendría vínculos con la inteligencia cubana. Dicha noticia tendenciosa, va en la misma línea de aquella que mantiene un tono de preocupación y duda por la integración de ministros y subsecretarios comunistas, como si ese hecho en sí nos pusiera al borde del colapso o la destrucción nacional.
Un personaje con apellido de whisky se ha permitido descalificar el trabajo de la Convención Constitucional -como otra serie de tipejos-, e incluso se permitió llamar desde ya a pensar el plan B en caso de que las cosas se mantengan en el ritmo que llevan. Igual a como lo hizo su partido cuando trabajó para promover y validar el golpe de Estado de 1973. Cuidado con la desinformación. Edúcate, organízate y lucha. Que no te confundan con sus métodos y su actuar.
Por Manuel Ahumada Lillo
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT Chile
Pulso Sindical 15 febrero 2022