Los problemas nuevos

Apruebo tener problemas nuevos, salir ya de los 30 años fértiles para los grandes empresarios y las trasnacionales saqueadoras de agua y tierras que nos han dejado solo la sequía y la carestía.

Los problemas nuevos

Autor: Pealo Carvallo

¡Tengamos problemas nuevos! Salgamos del largo aburrimiento de la herencia de Pinochet[1], su constitución y su entramado. Salgamos de la inercia de 30 años, nido de una nueva derecha que va desde un amarillismo servil al empresariado a un fascismo desvergonzado misógino y antiderechos; démosle a toda esa derecha reaccionaria un escenario nuevo, incómodo, desconocido y que les obligará a vivir su peor pesadilla: tener que dar el 50% de su dirigencia a mujeres.

Necesitamos problemas nuevos, para ello, para esa muerte de lo viejo es que se ha luchado tanto tiempo, para cerrar lo que no han querido cerrar por más de 30 años. Problemas nuevos sí, porque lo que propone la nueva constitución no es perfecto, está llena de errores e incongruencias, porque no es revolucionaria. Es una constitución hecha para domesticar el proceso revolucionario abierto en octubre de 2019 en Chile. Domesticación que se ha hecho traduciendo los impulsos revolucionarios en artículos light de una constitución tímida y que en esa timidez aun espanta al amplio conservadurismo chileno de ahora, lo que en tiempos revolucionarios debemos llamar La Reacción.

Aprobaremos entonces para tener problemas nuevos, con una medida surgida de las demandas populares acumuladas desde la caída del gobierno de la Unidad Popular en 1973. Estará bien quejarnos de los problemas que traiga una constitución hecha contra los partidos políticos de los 30 años, contra la impronta militar[2], contra la imposición de los poderes fácticos, contra los grandes apellidos. Estará muy bien criticar eso que hicieron mayormente mujeres y hombres iguales a ti o a mí, incluso uno que nos quiso estafar, hacerse el vivo, tal cual somos en Latinoamérica.

Será bueno enfrentar los problemas de la paridad, de la autonomía regional, de ese Estado multiplicado, cooptador como nunca. ¡Qué grandes y nuevos desafíos para los movimientos sociales autónomos y autogestionados, para las orgánicas comunitarias y/o revolucionarias, para las oenegés comprometidas, para cada persona particular que de un limitado reconocimiento pasará a tener derechos que ni sabe (ni sabemos) que tenemos. Nuevos problemas por fin, salir de la limitación de la caridad porcentual de cuotas para mujeres, del silencio constitucional para los pueblos originarios, para las personas trans, etc.

Capaz y en un tiempito digamos ¡mierxx de constitución!… y ya no será la mierxx pinochetista. Qué agradable también será terminar de matar al dictador y su herencia, condenar al olvido su daño y perjuicio[3].

Problemas nuevos que darán cuenta de la vida nueva iniciada en octubre de 2019, que la nueva constitución traducirá, limitadamente, mejor incluso que un gobierno concertacionista como el del actual prescindente Boric[4]. Merecemos esos nuevos problemas porque nos los hemos ganado, porque hemos sepultado lo viejo y solo falta poner una lápida legal. Porque dará gusto ver las lágrimas de la reacción, y los esfuerzos que hará esa reacción y el actual gobierno para recortarle alas a la nueva constitución, alas ya cortas por la influencia institucionalista de tanta burguesía política que entró por un proceso eleccionario constitucional hecho para domesticar un proceso que sigue rebelde, inquieto y creativo[5].

Apruebo tener problemas nuevos, salir ya de los 30 años fértiles para los grandes empresarios y las trasnacionales saqueadoras de agua y tierras que nos han dejado solo la sequía y la carestía. Problemas nuevos que le ofrezcan por fin dificultades a ellos (ese terrible ellos masculino de poder, extractivismo, elitismo y militarismo[6]) y nos de algún respiro a nosotres (puebla, jóvenes, pobladorxs, trabajadorxs, emigrantes e inmigrantes, pobres siempre pobres y hastiados de las élites viejas y nuevas). ¡Adiós 30 años! ¡Adiós resabios de la dictadura! Vienen los problemas nuevos y se aprueban este 4 de septiembre de 2022.

Por Pelao Carvallo

1 de septiembre de 2022

Integrante del Grupo de Trabajo Clacso ‘Memorias Colectivas y Prácticas de Resistencia’.


[1] https://www.elciudadano.com/columnas/una-constitucion-como-un-nunca-mas/07/03/

[2] https://www.clacso.org/la-revuelta-social-contra-el-servicio-militar/

[3] https://www.clacso.org/nuestra-memoria-de-resistencia-construye-el-olvido-de-pinochet/

[4] https://www.elciudadano.com/chile/chile-capitalismo-contra-neoliberalismo/01/20/

[5] https://www.eldesconcierto.cl/opinion/2021/05/09/mochilazo-2001-un-camino-que-no-se-cierra-en-la-constituyente.html

[6] https://www.clacso.org/chile-lo-que-hacen-los-pueblos/


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