María Elisa Quinteros, presidenta de la Convención: «Debemos poner al centro el bien común y reconocer humildemente que dependemos de la naturaleza»

La presidenta de la Convención tiene una misión muy clara: poner a disposición todas sus herramientas desde la mesa directiva para llevar a buen término la CC, en lo poco más de cinco meses que le restan. Un cronograma maratónico para construir el ancho de lo será la nueva carta magna de Chile. En diálogo con El Ciudadano, María Elisa Quinteros conversa sobre los principales desafíos que enfrenta esta segunda mitad del proceso, posiciones políticas y la importancia de una nueva constitución que apele al bien común y al de la naturaleza.

María Elisa Quinteros, presidenta de la Convención: «Debemos poner al centro el bien común y reconocer humildemente que dependemos de la naturaleza»

Autor: Francisca Valencia

María Elisa Quinteros Cáceres fue el nombre que logró el consenso para presidir la Convención Constitucional el 5 de enero de 2021, luego de 9 votaciones maratónicas. Quinteros pertenece al relativamente nuevo bloque dentro de la Convención, Movimientos Sociales Constituyentes, que reúne a un grupo de 12 convencionales, 10 de ellas mujeres, con fuerte arraigo en los movimientos territoriales y socioambientales.

María Elisa Quinteros, conjuga academia y organización social. La convencional del distrito 17 es odontóloga y cirujana dentista de la Universidad de Talca, epidemióloga ambiental y doctora en Salud Pública en la Universidad de Chile. Trabaja como investigadora y académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Talca. Pero además integra la Fundación Afluentes, organización para la conservación del medioambiente, que vincula el desarrollo sustentable con acciones sociales y vinculación territorial, parte de la Red Ambiental del Maule.

Una vez egresada de Odontología se fue a trabajar al Departamento de Salud Municipal de Hualañé, en la provincia de Curicó, donde estuvo durante 8 años. Allí presidió la Asociación de Funcionarios.

María Elisa tiene una voz calma y constante. Y pareciera escaparse del canon político al que se ha acostumbrado en buena parte Chile con sus autoridades. En las palabras de la académica y ambientalista se escucha principalmente sentido del deber, alejándose de la hambrienta ambición por el poder o el dinero que ha marcado y desacreditado a buena parte de la política chilena.

Hija de la educación y el servicio público. La talquina nacida en 1981 tiene una misión muy clara, y esa es poner a disposición todas sus herramientas desde la mesa directiva para llevar a buen término la Convención Constitucional, en lo poco más de cinco meses que le restan. Un cronograma maratónico para construir el ancho de lo será la nueva carta magna de Chile. En diálogo con El Ciudadano, María Elisa Quinteros conversa sobre los principales desafíos que enfrenta esta segunda mitad del proceso, posiciones políticas y la importancia de una nueva constitución que apele al bien común y al de la naturaleza.

EC: Conociendo el arraigo que tiene a lo público y al trabajo en territorios ¿Qué es lo que la hace finalmente embarcarse en este proyecto político de escribir una nueva constitución?

-He tenido muchas oportunidades de estudiar, así como de salir y conocer, de tener una visión que no es etnocéntrica, por el contrario, una perspectiva pluralista. Todo eso también es gracias a la sociedad, por las oportunidades que se me dieron, como becas, la oportunidad de estudiar, tener un colegio cerca, etcétera. Que es una realidad bien distinta a la del campo, donde los niños tienen que andar a caballo para ir a la escuela, las mismas que no están precisamente a un par de cuadras. Entonces, todas esas oportunidades me hacían ruido. Yo me decía ‘tengo capacidades’ para enfrentar este desafío, pero eso no era nada sin el apoyo de las bases, porque este es un proceso comunitario.

Yo espacios institucionales para ir a hablar tengo: la universidad, el Congreso, y son espacios que me gustan, en los que me siento cómoda, no tenía la necesidad de hablar en más lugares. Y en eso se levanta mi nombre desde los movimientos ambientales de la región, en esta asamblea (Asamblea Popular) que se estaba articulando después de las marchas (18-O) en la Plaza Víctor Jara, un lugar de alta sensibilidad para el mundo social y cultural. Allí se levantó mi nombre, porque además faltaban mujeres para la lista. Lo que entiendo tiene que ver con la construcción patriarcal y el rol de los cuidados, que es muy complejo para muchas mujeres a la hora de participar políticamente. Después buscamos apoyo en otras partes de la provincia de Talca y la de Curicó,  para no repetir el centralismo del que siempre nos hemos quejado.

EC: Su elección fue considerada una elección de consenso, luego de 9 votaciones. Hay gente que vio con malos ojos que se tuvieran que hacer tantas para llegar a acuerdo, hay quienes lo analizan distinto ¿Cuál es su opinión al respecto?

-Cada persona es libre de hacer el análisis que quiera con todas sus herramientas y contextos, algunos mucho más técnicos. Pero mi análisis por lo menos es que dado el contexto histórico del país, una dictadura cívico militar fuerte, la más cruenta de América Latina, nos ha hecho tener una historia en donde por lo general no conversamos de política, no se delibera de política. Si alguien habla en la mesa de política de repente nos empezamos a sentir incómodos, como que no gusta, y empiezan a salir los «cambiemos el tema». Por lo menos en la realidad que yo conozco es bastante común eso. Entonces no estamos acostumbrados a ver este tipo de conversaciones, que se pueden extender. Creo que también ese proceso es sanador. Sanador en el sentido de que mostramos que hay que deliberar y conversar. Que el consenso no se logran a la primera, que no están las cosas maqueteadas, con acuerdos previos o cocinas como por ahí se le ha llamado, sino que necesitan de diálogo.

La propuesta de mi nombre nace de otros espacios, que yo creo que tiene que ver con las características personales, cierto, pero también con un trabajo silencioso que veníamos haciendo desde Movimientos Sociales Constituyentes, donde en cada comisión que hemos estado hemos tenido el mismo espíritu de colaboración, de aportar con harta seriedad y profesionalismo. Creo que todo eso, junto a otra serie de factores se conjugan para terminar en esta presidencia de consenso.

 EC: ¿Cómo ha sido este proceso de ponerse de acuerdo con un grupo tan heterogéneo como el que representa la la Convención?

-En general, yo creo que ha sido intenso, a ratos agotador. Un ejemplo fueron estas elecciones, si bien nos auto impusimos un segundo tiempo para elegir una nueva presidencia y vicepresidencia, para dar la señal al país que la que la alternancia en el poder hace bien, también esto necesitó su tiempo, y nosotros estamos contra el tiempo. Tuvimos que ocupar dos días en resolverlo, porque cuesta lograr consenso.

EC: ¿Cómo ha sido el proceso de trabajo con grupos que tienen lineamientos políticos totalmente distintos a los suyos, y en el fondo una idea de sociedad distinta? Pienso por ejemplo, en los grupos más de derecha ¿Cómo se llega a acuerdo con personas que piensan tan distinto en cosas fundamentales?

-El trabajo es bastante intenso en el sentido de que siempre se está dialogando. Pero también hay que reconocer que los diálogos con ciertos sectores más extremos no se da. No por falta de voluntad, sino que no hay espacios de encuentro, nada más. Y eso también es parte de la democracia y de la pluralidad, que hay posiciones que son diferentes y que cada una tiene su punto de vista, su contexto, y no se puede alcanzar un consenso. Entonces, hay ciertos grupos que son más afines, que pueden ceder más, que pueden encontrar más acuerdos, y otros que no, y es parte de la Convención también.

EC: ¿Cómo se asegura que los acuerdos respondan a las necesidades de las comunidades que levantaron este proceso, cuando hay gente que «atornilla para otro lado», como con el tema de los presos políticos, etc?

-Cada uno tiene su programa, y cada uno hace su rendición de cuenta, cada uno ve cómo responde a la gente que levantó su nombre. Eso también es un poco el llamado al control social, creo que es importante. Si voté por alguien que esta persona represente mis ideas, mi sentir y que cumpla con esos principios. Creo que en general la mayoría de la Convención está por la necesidad de alcanzar los acuerdos. Bajo ese prisma, creo que tiene que darse el mismo clima del otro día (elección nueva mesa). Que aquí no estamos por los personalismos, no estamos por los acuerdos por debajo, que yo te doy esto y tú me das esto, sino que debiésemos siempre, como ocurrió esa noche, poner al centro el bien común y lo que la gente en su mayoría necesita para el país, para avanzar. Y también eso en perspectiva, para los próximos 40 años, por una constitución que quede y que sirva para las generaciones que vienen.

EC: Es indudable que usted fue electa como independiente y desde movimientos sociales, tanto para formar parte de la Convención como para ser su presidenta, por lo mismo me gustaría preguntarle ¿Qué es para usted la izquierda y la derecha en el Chile de hoy, y con qué sector se identifica más?

-No me gustan mucho las preguntas que son blanco o negro, es super complejo, sobre todo para alguien que no viene de partidos políticos. Pero es claro que en mi formación y en mi desarrollo profesional hay un fuerte componente sobre la importancia que tiene lo social sobre la condición de vida de las personas. Entonces, si quiere clasificarlo, tendría que ser por su puesto más de izquierda, eso está clarísimo.

EC: Igual relaja a varios sectores de la ciudadanía que la mayoría de constituyentes esté concentrada en movimientos sociales e independientes.

-Sí, da cierta tranquilidad. Mi primera impresión es que debido a la desafección política, que está documentada, que sabemos que no es del año pasado, sino que viene de hace mucho, la gente quería caras nuevas y que no perteneciéramos a partidos políticos. Entonces eso a mí me da esperanza de que la gente participe más, que se involucre más en política, que ojalá participen en organizaciones sociales, porque es una forma de resguardar los derechos humanos. Cuanto más activos somos socialmente, no digo que todo el mundo vaya a hacer política, sino que socialmente nos unamos, más resguardamos los derechos humanos y sociales.

También tener conciencia que como país necesitamos una clase política. Eso es una realidad, el país no se puede conducir solo. Entonces, también que este proceso sea una señal de reflexión, de llamado a reunirse para los partidos políticos, de cómo mejorar esta percepción que tiene la ciudadanía de ellos, porque realmente es necesario. Pero hay que volver a generar las confianzas para que como ciudadanas y ciudadanos podamos creen en quienes nos representarán. Necesitamos a la clase política, que ahora desde dentro, me consta el trabajo que hacen, pero los partidos tendrán que hacer su análisis, sobre sus principios, ver qué pasó. Ahí yo les dejo la pelota a ellos que es a quienes les corresponde ese análisis.

EC: Las comisiones finalizadas en la CC tratan más de forma, sobre la orgánica misma de la convención ¿Qué espera usted de esta segunda parte, que vendría a ser el momento fuerte de la discusión de normas?

-Va a ser un proceso muy intenso, por los cronogramas que son muy ajustados, va a ser una deliberación muy rápida. Por eso espero que ojalá se pueda trabajar desde antes, conversar en los pasillos, ir avanzando porque el cronograma es el que es, y es muy intenso. Por ejemplo, discusión de cuatro derechos en una mañana, lo que es un estándar bien alto, considerando una comisión en la que somos 33 convencionales, por poner un caso. Pero bueno, es la realidad que tenemos y hay que seguir adelante. No me atrevo a realizar un vaticinio, sino más bien estar ahí como guardiana del cronograma, viendo las modificaciones, trabajando con secretaría técnica para abordar a tiempo dificultades con los plazos de cumplimiento y aumentar las sesiones si es necesario. No descarto sesionar extraordinariamente si la comisión así lo decide.

EC: En un punto de prensa señaló que estaría dispuesta a pedir prórroga si la CC llega a ese acuerdo

-Como presidenta no descarto esa opción porque puede que desde el pleno salga la inquietud, también puede que llegue una solicitud formal para la mesa. Por ahora no hay nada. Por su puesto creo que debiera ser siempre justificada, no me cabe duda que si los convencionales deciden hacer una solicitud va a ser con motivos realmente justificados porque tenemos problemas de tiempo para las comisiones y para la participación popular. Estamos llanos a lo que decida el pleno, nosotros aquí desde la presidencia y vicepresidencia estamos para facilitar los procesos, esa es nuestra función.

Hay que tener en consideración los tiempos que tenemos: Febrero es receso legislativo, esa es una realidad, marzo hay cambio de gobierno, y para el legislativo ellos tienen sus tablas y prioridades, así que no sé si vamos a ser lo primero en la tabla, no sé cuáles son los criterios que ellos ponen en tabla. Entonces hay que tener también criterio de realidad, y yo digo «las condiciones son estas y hay que trabajar», eso es lo que he hecho sentir por lo menos a los convencionales con los que he estado en comunicación.

EC: A parte del tiempo ¿Cuáles serán otros desafíos que enfrentará esta segunda parte? 

-Con el vicepresidente, el mismo día que salimos electos, nos reunimos aquí en la oficina y conversamos según la visión de cada uno cuáles eran las prioridades, y consensuamos tres cosas, estas son las primeras, después de seguro van a salir otras. La primera tiene que ver con la comunicación, que es una deuda que tenemos, y que obedece a que en la primera etapa se estuvo trabajando principalmente la orgánica. Entonces nosotros vamos a, de cierta manera, institucionalizar la comunicación, porque hemos tenido muchas voces comunicando, 155, después 154, entonces eso hacía también que se perdiera un poco el mensaje. Porque cada uno comunicaba desde su visión, su sentir, pero ahora lo vamos a hacer de manera institucional. No vamos a ver nosotros nuestras agendas personales, sino que vamos a poner nuestro tiempo al servicio de lo institucional, para comunicar con una voz única lo que está pasando aquí dentro. Queremos llegar a las radios comunitarias y a las radios independientes, a esas que la gente escucha todos los días. Yo veo a la gente en mi región, que está todo el día con la radio del pueblo, escuchando mientras hace el aseo y trabaja en los negocios, etc. Entonces el foco tiene que ser ese, llegar a la base de la pirámide, a los lugares más recónditos donde no llegan los medios grandes.

Segundo, apoyar a todas las comisiones para que avancen. Y una de las que requiere más tiempo y está más complicada es la de consulta indígena. Ahí ya nos hemos hecho cargo, estamos trabajando y avanzando con eso, así que esperamos resolverlo pronto. Ahora estamos todavía en la etapa diagnóstico, en el sentido de escuchar a la comisión, escuchar a la secretaría, a las unidades, porque los problemas son complejos, no es solo una mirada. Al menos mi forma de trabajo es ir y hablar con todos, para conocer visiones, problemas y soluciones. Teniendo esa visión global ya se pueden identificar los nudos críticos y cómo ayudar a destrabar eso, y empujar. Por ahora no puedo adelantar nada porque tengo versiones parciales, entonces estoy trabajando de lleno en eso. Pasó a ser mi prioridad n°1, entender bien y ver cómo lo solucionamos. Sería irresponsable de mi parte decir cosas a medias. Y tercero, el plebiscito de salida, que con el vicepresidente determinamos también como eje principal, pero de eso no hemos alcanzado a ver nada todavía.

EC: Cuénteme ¿Cuál ha sido el aporte de las semanas territoriales para la vinculación con la ciudadanía?

-Las semanas territoriales yo creo que son muy importantes porque la gente nos ve en terreno, entonces está este sentido de pertenencia. A mí mucha gente me dijo que jamás pensó que iba a volver, o verme ahí de nuevo volanteando en el negocio. Eso me quedó muy marcado. Se hace un vínculo real de trabajo, que al final una no está trabajando para si misma aquí, está trabajando para la gente, para los distintos pueblos de Chile. La cuenta popular constituyente se hace cada semana territorial, y en nuestro caso, desde el Maule, mi equipo y yo impulsamos que la primera, en octubre, fuera juntos, todo el distrito 17, en un sector rural para no repetir el centralismo. Después la empezamos a hacer con el distrito 18, toda la región del Maule. Ahora nos toca en Parral, no en Talca.

EC: A su juicio, ¿Cómo va el proceso de iniciativas populares de norma?

-La gente ya está más interiorizada, está sirviendo todos estos nexos que estamos haciendo con ustedes para comunicar y la gente está participando. A partir de la organización social, las organizaciones de base están muy unidas trabajando para para difundir iniciativas. La Secretaría Técnica de Participación Popular no daba abasto con el  personal que había, no alcanzaba, pero lo pudimos solucionar con rapidez, llamamos a todos quienes querían colaborar, así que se buscaron los convenios con universidad, más abogados y abogadas, y ahora ya están revisando a toda marcha. Eso se ha notado en el aumento de las iniciativas que aparecen en la página web. 

EC: ¿Cómo ha sido el trato con el gobierno saliente? Si pudiera hacer un recuento como convencional de los primeros momentos, en que faltaban cosas y había problemas con temas de presupuesto.

-Como constituyente lo que yo puedo decir, que es el sentir general de algunas personas, la mayoría creo, es que ha sido una relación muy tensa, tortuosa, en el sentido de lo que ha podido ver todo el país, lo que se sabe sobre la instalación, que no estaban las cosas, los micrófonos, no había protocolos. Nosotros como constituyentes nos reunimos una semana antes, autoconvocados, para ver cómo iba a ser la instalación y dar sugerencias, pero no se nos tomó en consideración. Entonces ha sido una relación compleja desde el inicio, que ha avanzado sí, yo no lo puedo negar. Acá la gente de las distintas unidades me dicen que tras las distintas administraciones que hubo de secretario ejecutivo, que han sido tres, en la que ahora se encuentra Matías Cox, ha ido mejorando cada vez más el tema. Es lo que comentan las unidades, que tienen una relación bastante fluida y que está bastante bien en estos momentos. Es todo lo que sé.

EC: ¿Cuáles son las expectativas con este gobierno entrante, en comparación con lo que ha habido?

-Como siempre, respetar la autonomía de la Convención. Eso está claro. El presidente electo lo ha dicho, así que no tenemos dificultades. Que eso se mantenga en el tiempo y ojalá nos facilite todos los procesos. Ojalá esté la puerta abierta de todo lo que tiene que ver con finanzas, porque esa es nuestra principal dependencia del gobierno. Por lo demás, todo funcionamos autónomamente, así que ojalá todos los procesos sean más fluidos, más simples, que haya voluntad de sacar las cosas pronto. Yo creo que ese es el espíritu de lo que necesitamos para estos últimos cinco meses.

EC: Sabemos que el presidente Gabriel Boric no cuenta con la mayoría en el Senado para realizar desde el Ejecutivo las transformaciones que requiere el país ¿Cree que se va a apoyar en el trabajo de la Convención para lograr las transformaciones de fondo que requiere Chile?

-No es competencia de este poder, de la Convención Constituyente, pronunciarnos sobre el trabajo de los otros poderes. Lo que sí, tenemos compromiso del presidente de apoyar los requerimientos que nos dejó el acuerdo por la Paz, que tiene que ver con facilitar todo el proceso constituyente en todos los términos que establece dicho acuerdo.

EC: Hablando de gobiernos ¿Cuál es su opinión con respecto a la licitación del litio que hizo este gobierno saliente? un tema que ha sido bien polémico y que ha motivado incluso iniciativas populares de normas para frenarlo.

-Acá solo puedo dar un pronunciamiento como constituyente. Me parece una pena que ocurra, porque lamentablemente estos son parte de los bienes comunes, y la Comisión 5 de Naturaleza está abordando todos estos temas. Claramente, en general, muchos del mundo independiente tenemos una mirada ecológica y de resguardo la naturaleza para la generación que viene. No puedo decir que es una decisión del pleno porque no ha llegado a votación todavía. Pero desde ese punto de vista da mucha pena que pasen estas cosas.

EC: ¿Cómo se puede lograr una eco constitución? ¿Cómo asegurar que este lineamiento básico atraviese toda la carta magna? sobre todo porque amerita muchos cambios para que se respete

-Teniendo en consideración que vengo del mundo de las ciencias, la salud, y de los movimientos sociales, y como parte de la comisión de derechos fundamentales, creo que es necesario que podamos reconocer a la naturaleza como sujeto de derecho. Creo que eso ya es un punto trascendental, porque ese simple gesto legal permite a posterioridad generar iniciativas legales y la creación de órganos que permitan proteger la naturaleza, así como a los animales. Tenemos que reconocer humildemente la dependencia que tenemos con la naturaleza para poder dejar un mejor legado a las generaciones que vienen. Sobre todo en el actual contexto de crisis climática que vivimos.


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