Mitilicultura, colisiones con embarcaciones y salmoneras: los graves peligros que amenazan la supervivencia de las ballenas azules en la patagonia chilena

En la zona de Puerto Montt y Taitao hay campos de mitilicultura (cultivo industrial del mejillón,) y se ha intensificado la pesca de otras especies aparte del salmón, lo que perjudica aún más el proceso de alimentación del gigante cetáceo.

Mitilicultura, colisiones con embarcaciones y salmoneras: los graves peligros que amenazan la supervivencia de las ballenas azules en la patagonia chilena

Autor: Valentina Zambrano

El pasado 3 de febrero El Ciudadano reseñó que una investigación publicada en la prestigiosa revista científica internacional Nature advirtió sobre la creciente amenaza de colisiones de embarcaciones con cetáceos en uno de los principales lugares de alimentación de ballenas del Pacífico Sur Oriental.

Según los datos obtenidos, entre Puerto Montt y Taitao, lugares preferidos por las ballenas azules para alimentarse, se registra un tráfico que puede llegar diariamente a las 1.000 embarcaciones de todo tipo, y de ellas, hasta 700 están asociadas a la actividad acuícola ampliamente desarrollada en la zona, lo que amenaza la conservación de esta especie clasificada como “en peligro” de extinción.

El coautor de la referida investigación y licenciado en Biología Marina y Biólogo Marino de la Universidad Austral de Chile, Luis Bedriñana explicó que el estudio que realizó junto con el biólogo Rodrigo Hucke considera solo una parte del tráfico marino en la zona de Angol.

El estudio muestra los datos de tráfico de naves pesqueras -según SERNAPESCA- y los de una ballena azul que porta un dispositivo de comunicación satelital, en el Golfo de Angol, una de las zonas de nacimiento y alimentación predilectas del mamífero más grande del mundo.

La representación gráfica del movimiento del mamífero esquivando las embarcaciones es alarmante, ya que la primera causal de muerte de esta especie es por las colisiones entre barcos y ballenas, de las cuales quedan entre 200 a 700 ejemplares en la Patagonia, número extremadamente bajo que, en términos simples, con la muerte de un solo ejemplar cada dos años por estos choques, podría significar la extinción de su especie.

Luis Bedriñana explicó en una entrevista publicada por El Mostrador que en el estudio publicado en Nature se están “considerando solo la flota acuícola, es decir si nosotros sumáramos las otras flotas, las flotas pesqueras industriales, artesanales y de transporte, la imagen sería mucho más dramática».

Agregó también que en la zona hay campos de mitilicultura (cultivo industrial del mejillón,) y se ha intensificado la pesca de otras especies aparte del salmón, lo que perjudica aún más el proceso de alimentación del gigante cetáceo que, en este periodo se dedica a acumular grasa en su cuerpo para prepararse para la hibernación en el archipiélago de Galápagos, proceso que podría verse afectado por el gasto energético que significa buscar alimento en el transitado Golfo de Ancud:

Imagina la molestia y el gasto energético de las ballenas mientras están esquivando todo el día las embarcaciones mientras intentan alimentarse cuando tienen que estar acumulando grasa para ir a Galápagos a hibernar», destacó el investigador.

Otra complejidad que tiene el tráfico marítimo en zonas balleneras es la incapacidad de reportar los impactos de los navíos con las ballenas. Al respecto Bedriñana indicó que “la mayoría de las veces en que una embarcación choca con una ballena no queda registrado en ningún lado y muchas veces los capitanes en una embarcación de 100 a 300 metros ni siquiera se enteran de que atropellaron a una ballena hasta que llegan a puerto y se dan cuenta de que tienen el cadáver de una ballena en la proa o simplemente el cuerpo queda en el mar y no sabemos de él”.

Esta situación significaría que, a pesar de los esfuerzos de las comunidades de evitar la muerte por causa humana de estos mamíferos marinos, es casi imposible evitarlo y poder tener un catastro preciso respecto a las muertes de ejemplares de ballena azul y otras especies de cetáceos.

«En la actualidad no existe registro de las colisiones con embarcaciones, pero para una población que está en peligro, basta solo un accidente que sea fatal para que se afecte la conservación de la especie», alertó el biólogo marino.

Peligros de la salmonicultura

En conversación con El Ciudadano, la coordinadora de las campañas de los océanos de Greenpeace Andino, Estefanía González, destacó y valoró la reveladora investigación realizada por los biólogos chilenos, para comprender el comportamiento de cetáceos como ballenas azules.

«El trabajo de los investigadores e investigadoras abarca bastantes años analizando el comportamiento precisamente de diferentes cetáceos. Es decir que siempre valoramos el trabajo que la ciencia hace en esta materia y creemos que efectivamente la base de la política pública debiera estar en el conocimiento científico del más alto nivel», dijo.

La coordinadora por los océanos también explicó que la investigación del Centro Ballena Azul en colaboración con la Universidad Austral, «viene a confirmar científicamente lo que las comunidades han denunciado durante años o lo que los propios pueblos indígenas del sur de nuestro país advierten al momento de oponerse a la salmonicultura,» siendo un gran aporte en este momento político y social de cambio en nuestro país.

«Creemos que es bastante oportuno y viene a confirmar lo que distintas organizaciones ambientales y las propias comunidades han denunciado durante años, que tienen que ver con la incompatibilidad que existe por diferentes razones con la instalación masiva de la salmonicultura dentro de nuestro país, especialmente en las regiones de los Lagos, Aysen y Magallanes».


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