Monito del monte es devuelto a su hábitat natural tras ser rescatado por una vecina

Un pequeño Monito del monte fue devuelto a su hábitat natural en el Parque Laguna Laja de Antuco, luego de ser rescatado por una vecina de Quilleco, en el sector del Rancho Las Araucarias, en Tinajón

Monito del monte es devuelto a su hábitat natural tras ser rescatado por una vecina

Autor: Absalón Opazo

Un pequeño Monito del monte fue devuelto a su hábitat natural en el Parque Laguna Laja de Antuco, luego de ser rescatado por una vecina de Quilleco, en el sector del Rancho Las Araucarias, en Tinajón.

Iván Ramírez, director (s) del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en Bío Bío, declaró a radio Bío Bío que “este rescate se logró gracias al aviso oportuno de una vecina del sector que llamó al SAG informando esta situación, lo que nos permitió coordinar su pronto rescate, evaluación y liberación en su medio natural”.

El funcionario agregó que la decisión de la vecina de llamar a las entidades correspondientes fue bastante oportuna, ya que la manipulación indebida de esta especie, que se encuentra en peligro de extinción, “les provoca un grave daño”.

Por su parte, Alberto Bordeu, jefe regional del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf, destacó la liberación del pequeño animal y puntualizó que “de esta forma, se da acogida en un ambiente natural protegido a este pequeño marsupial chileno, cumpliendo así uno de los objetivos del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, que es preservar la diversidad biológica natural del país”.

Bordeu explicó que la forma de reconocer a este animalito es bastante fácil, ya que tiene un pelaje muy denso y suave, con colores pardos sobre la frente. Alrededor de los ojos, una máscara de pelos muy oscuros, casi negros, y una densa cubierta de pelos en la cola.

Como ya se mencionó, los monitos del monte están en peligro de extinción, ya que las camadas no son tan grandes. Tienen entre 1 y 4 crías al año, y las hembras apenas alcanzan su madurez sexual al segundo año de vida. Se alimentan principalmente de larvas de insectos y crisálidas de polillas y mariposas, y se distribuyen geográficamente desde la región del Bío Bío hasta Chiloé, desde la selva costera hasta unos 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar, en la cordillera de Los Andes.


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