La Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL), en conjunto con la Universidad Adolfo Ibáñez -a través de su Facultad de Ingeniería y Ciencias- y Con@cción, dieron a conocer los resultados preliminares del Barómetro de Brecha Ciudadana Digital, encuesta realizada entre enero y abril de 2021, que tiene por finalidad recopilar información de brecha digital existente en el país para generar políticas públicas que apunten a su reducción.
El Barómetro de la Brecha Digital Ciudadana, creado por el Observatorio Iberoamericano de Comunicaciones Digitales, OCD, mide a través de la percepción de las personas, cómo han vivido este proceso de transformación digital y analiza en qué medida les ha sido más o menos difícil enfrentar este cambio tecnológico.
Los datos arrojados por este estudio señalaron que las personas de bajos ingresos, quienes tienen menores niveles educacionales y las mujeres presentan mayor brecha a la hora de acceder a ciertos servicios digitales como teletrabajo, educación en línea, trámites virtuales del Estado, trámites virtuales de salud y comercio electrónico.
Por ejemplo, existe una correlación lineal entre menores niveles de ingresos y mayores grados de dificultad para el uso de todos los servicios analizados, sobre todo en el caso de personas con un nivel de ingresos mensual por debajo del octavo decil per cápita o menor a los $352.743 al mes versus con el segmento de participantes en la encuesta que tienen un ingreso mensual sobre $611.729: Teletrabajo (86% versus 68%), Educación en línea (87% versus 64%), Trámites virtuales del Estado (80%versus 55%), Trámites virtuales de salud (83% versus 57%), y Comercio electrónico (85% versus 50%).
También se aprecia una relación entre menores niveles de educación y mayores grados de dificultad para el uso de todos los servicios analizados. Al comparar las diferencias entre el nivel educacional formación básica versus estudios de posgrado, las diferencias de dificultad por servicio son evidentes: Teletrabajo (91,1% versus 62,5%), Educación en línea (90,2% versus 60,71%), Trámites virtuales del Estado (84,6% versus 55,4%), Trámites virtuales de salud (87% versus 53,6%), y Comercio electrónico (88,6 versus 46,4%).
Las cifras además arrojaron que el 77% de las mujeres presentaron mayores dificultades en acceder a estos servicios en comparación con los hombres (61%). Las diferencias en la dificultad de acceso entre hombres y mujeres por servicio son evidentes: Teletrabajo (82% versus 66%), Educación en línea (82% versus 65%), Trámites virtuales del Estado (71% versus 60%), Trámites virtuales de salud (74% versus 62%), y Comercio electrónico (74% versus 53%).
En tanto, Arturo Alba, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, señaló que “la ciudadanía comprende, requiere y demanda inclusión digital, por lo que analizar a fondo estos temas permite avanzar en el desarrollo de iniciativas que ayuden en aspectos como la reducción de pobreza, el acceso a la educación, el trabajo y la salud, para movilizar, de forma activa, el desarrollo sustentable (ODS) e inclusivo de los ciudadanos”.
“Esta medición nos da la posibilidad también de priorizar y establecer desafíos en las distintas áreas en donde la digitalización ha llegado para quedarse. Estos objetivos son, por ejemplo, mejorar la calidad de la conexión, avanzar en la conectividad de sectores aislados digitalmente, abrir espacios de capacitación digital y promover la protección de datos y privacidad de las personas. Sin olvidar que factores de salud mental, convivencia, pérdida del espacio personal y adecuado soporte a usuarios, también están impactando a la brecha digital de uso”, agregó Alba.
Digitalización, Teletrabajo y Educación en línea
A pesar de las problemáticas que puedan tener en el acceso a servicios digitales, los encuestados, en general, consideran de suma relevancia el aporte de la digitalización. Ante la pregunta ¿qué valor o aporte tiene para usted la digitalización y/o poder aprender a digitalizarse?, el 74,41% de la muestra consideró que esto tiene un “alto valor” (el grado más alto de la escala de valoración).
En el caso del teletrabajo, la mayoría de las respuestas de estos apartados dan cuenta de una dura realidad. Así como las empresas no estaban preparadas para poner en marcha el teletrabajo ni los centros educativos para volcarse de lleno a la educación en línea, los hogares tampoco lo estaban para incorporar dichas actividades en su día a día.
Los encuestados hablan de dificultades de conectividad, tanto en lo que respecta a la carencia de dispositivos como a la calidad de las redes, ya que la potencia de las conexiones hogareñas dista mucho de las corporativas; además, su estabilidad decae al ser compartida por varios miembros del hogar. Se habla incluso de casas en zonas con carencia de servicios de energía eléctrica. Se hace hincapié en las zonas sin conexión a internet o con mala señal, especialmente, aquellas caracterizadas como “rojas”, pero también las comunas rurales.
En el caso de las madres que estudian, estas hacen referencia al doble rol (estudio más cuidado y labores del hogar), mientras que las que trabajan hablan de los momentos en que las clases se “topan” con el teletrabajo. En estos casos, se prioriza el trabajo por sobre la educación.
También el estudio concluyó que el hogar se convierte en un lugar asociado al estrés y se pierde la conciliación familiar. El espacio que antes era destinado al descanso y a compartir en familia, hoy se usa para trabajar y estudiar. La principal consecuencia es una salud mental deteriorada.
El resumen ejecutivo del “Barómetro de la Brecha Digital Social” puede ser descargado desde los sitios www.subtel.cl y www.conaccion.cl.