Un grupo de diversas organizaciones socioambientales se unieron para conformar la Alianza por los Humedales Andinos, cuyo objetivo principal es promover la protección y conservación de estos ecosistemas, así como del agua, la biodiversidad, los territorios y los modos de vida de comunidades indígenas y campesinas que dependen de ellos.
La acción de esta agrupación estará centrada en América Latina, con énfasis en Argentina, Bolivia y Chile, y su formación surge ad portas de la COP28, que se reakuzará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai (Emiratos Árabes Unidos).
En esta vigésimo octava Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático la urgencia está puesta en el avance de la implementación del Acuerdo de París, tratado internacional que busca fortalecer la respuesta mundial a la crisis climática.
En este contexto, la protección de los humedales es crucial por ser ecosistemas que actúan como sumideros naturales de carbono, ayudando así a mitigar la crisis.
La alianza está integrada por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y la Asamblea PUCARÁ (Pueblos Catamarqueños en Resistencia y Autodeterminación) de Argentina; el Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB) y Empodérate, también de Bolivia; ONG FIMA, Defensa Ambiental y Fundación Tantí de Chile; y por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), organización regional.
Los humedales andinos -entre ellos salares, lagos y lagunas- son reconocidos mundialmente como ecosistemas de alta significancia ambiental y social, pero también muy frágiles por sus características, cuyo elemento central es el agua, un bien común que controla el medio y la vida silvestre.
Su vulnerabilidad radica también en las amenazas que afrontan, entre ellas la crisis climática y los impactos negativos de actividades extractivas como la minería de litio, de cobre y de otros minerales considerados ‘críticos’ para la transición a nuevas formas de generar energía.
En ese sentido, el incremento de la demanda de litio en el norte global ha puesto en marcha un proceso acelerado de extracción y producción a nivel global, enfocado en regiones ricas en este mineral, como los salares andinos de Argentina, Bolivia y Chile, que albergan más del 53% de las reservas globales.
Acelerar la transición energética será justamente uno de los ejes de acción de la COP28. Frente a esta tendencia global, la Alianza promueve una transición socioecológica justa, participativa y popular con una visión de largo plazo, priorizando la gestión integral del agua bajo un enfoque de justicia socioambiental y climática.
Así, indicaron desde la agrupación, se «apoya y acompaña a comunidades y organizaciones locales en el cuidado de los humedales andinos y en la construcción de alternativas socioeconómicas que vayan más allá del extractivismo minero, buscando que se garantice la participación de las comunidades y su acceso a información completa, veraz y transparente».
Otro aspecto importante que destacan es «brindar información a la sociedad global -que involucra a organismos, Estados y sector privado-, resaltando el valor de los humedales andinos y las múltiples amenazas que afrontan».
Finalmente, señalaron que para lograr su objetivo, emplean «estrategias pedagógicas, legales, investigativas, de incidencia, comunicación y de movilización de forma colectiva y en diálogo con comunidades y organizaciones».
«Y al reconocer los impactos diferenciados de la crisis climática en las mujeres, niñas, disidencias sexuales y otros grupos vulnerables, incorpora la perspectiva de género en el desarrollo de todas sus actividades», concluyeron.
Seguiremos informando.
Foto Portada: Aline Juárez
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