El Canciller Roberto Ampuero afirmó que, en el actual escenario de la región, La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) «no conduce a nada», justificando así la decisión de seis países, incluido Chile, de suspender su participación en la organización.
«No ayuda a la integración, no es capaz de resolver los temas, funciona por veto -y hay veto permanente-; es una situación que, para los países que firmamos esta declaración, es impresentable, incluso ante nuestra ciudadanía», dijo Ampuero en una entrevista con radio Cooperativa.
Recordemos que el pasado 19 de abril, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú comunicaron a Bolivia, que ejerce la presidencia pro témpore de Unasur, su decisión de suspender su participación demandando «resultados concretos que garanticen el funcionamiento adecuado de la organización», creada en 2004 y con sede en Quito.
La declaración de los seis países se debe a que el organismo está paralizado desde hace más de un año y medio: «¡Paralizado!», sostuvo Ampuero, para quien se trata de una «institución enorme» y onerosa. «Lo central es la inquietud de que una institución enorme, que tiene una sede cerca de Quito cuya construcción costó 60 millones de dólares, que no está funcionando y les cuesta mucho a los países», precisó el secretario de Estado.
En esa línea, Ampuero denunció la existencia de «disputas internas feroces» entre los funcionarios de Unasur. «Mantener Unasur le cuesta a Chile, cada año, una cuota de más de 800.000 dólares», indicó y consideró que «usted no puede estar pagando, no podemos estar lanzando ese dinero -hay países que pagan tres millones de dólares anuales, otros un millón y medio- a una institución que no funciona».
«Es una cosa mínima de respeto también hacia nuestra ciudadanía, pero también una cosa práctica: las instituciones que se crean a nivel regional deben funcionar», acotó el canciller chileno, que además criticó a Bolivia, que ejerce la presidencia pro témpore de Unasur.
Según Ampuero, los temas que planteó Bolivia al iniciar su mandato «están muy desvinculados de las preocupaciones reales de América Latina». «Crear una gran ciudadanía latinoamericana» o «echar abajo todas las fronteras» es algo que uno puede plantear «en términos teóricos, como un objetivo a largo plazo, pero la realidad exige otro tipo de temas respecto a integración concreta: cómo nos acercamos efectivamente, cómo solucionamos los temas a nivel regional, cómo nos coordinamos», concluyó el canciller chileno.
Fuente: Agencia EFE