La anticipación y esperanza que rodearon la anunciada implementación del «Perímetro de Exclusión» en las provincias de Melipilla y Talagante, se han transformado en descontento y frustración.
La medida, originalmente programada para agosto de 2023, ha experimentado un inesperado retraso, postergando una supuesta marcha hasta finales de diciembre de este mismo año.
El cambio en la cronología ha afectado a aproximadamente 287 mil residentes de estas comunas, quienes aún esperan mejoras sustanciales en el transporte público rural.
Aunque en diciembre de 2022 se firmó y ratificó la puesta en marcha del anhelado «perímetro de exclusión» como un paso crucial para optimizar la calidad y frecuencia del servicio, la demora actual ha generado un sentimiento generalizado de insatisfacción entre los usuarios.
El compromiso inicial de implementar la medida en agosto se vio frustrado, y al llegar a diciembre de 2023, la comunidad se enfrenta a la realidad de que no se han materializado mejoras significativas. Ni la frecuencia de los autobuses, ni la inversión en la flota de buses, ni la tan esperada aplicación móvil han experimentado avances notorios.
Las 7 empresas beneficiadas con el derecho exclusivo de operar en las provincias, amparadas por el «Perímetro de Exclusión» -Bupesa, Tasacoop, Líder, Islaval, Ruta Bus 78, Autobuses Melipilla-Santiago y Transber- se comprometieron a cumplir con parámetros técnicos específicos.
Estos incluyen el número de autobuses en circulación, la calidad del servicio, la frecuencia de las rutas, información transparente sobre las tarifas aplicadas y mejoras tecnológicas como la implementación de GPS y una aplicación para conocer los horarios y la disponibilidad de los autobuses.
La promesa de regulación de las tarifas del transporte público, un aspecto fundamental del acuerdo, pretende no solo informar a los usuarios sobre cualquier cambio en los precios de los pasajes, sino también involucrar al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) en las discusiones al respecto.
A pesar de este enfoque, la falta de claridad en cuanto a la inversión concreta de un subsidio anual de más de 4600 millones de pesos por parte del MTT ha suscitado inquietudes adicionales.
Revisemos las principales características y exigencias anunciadas en este plan.
Indicadores de cumplimiento y exigencias del perímetro de exclusión en base al convenio “MTT – Flotas privadas de transporte público provincias de Melipilla y Talagante”:
-Los buses deberán tener y respetar la frecuencia establecida.
-Definición de un plan operacional base y mecanismo para modificaciones.
-Regulación de la tarifa por medio de polinomio.
-Incorporación de tecnología, tales como GPS, cámaras de seguridad, contador de pasajeros, letrero electrónico, etc.
-Nuevo régimen sancionatorio.
-Ranking de servicios públicos.
-Información al usuario de cuándo viene el bus por medio de la aplicación Red Regional APP Ministerial.
-Fiscalización del plan operacional por medio de información AVL (offline) con efecto en pagos, multas y desempeño, según ranking de servicios.
La postergación de la implementación ha suscitado reacciones negativas entre las organizaciones comunales de usuarios del transporte, quienes representan directamente a aquellos que dependen a diario para movilizarse hacia sus trabajos o estudios de los servicios de autobús.
Estas voces expresan su molestia ante la decisión, señalando que dilata la tan ansiada mejora en la calidad del servicio de pasajeros.
Sanciones económicas
Una de las incertidumbres clave que persiste es la naturaleza de las sanciones económicas que las empresas enfrentarán en caso de incumplimiento de las obligaciones establecidas.
A pesar de los compromisos asumidos, la falta de detalles precisos y rotundo silencio por parte de las autoridades ha dejado a la comunidad en un estado de desconocimiento, aumentando la frustración y la insatisfacción por la pésima calidad del servicio.
Mientras los habitantes de la comuna de Padre Hurtado celebran la implementación del servicio RED de movilidad (ex Transantiago), como un avance significativo en el transporte público, las demás comunas de las provincias de Talagante y Melipilla se encuentran aún postergadas por esta medida.
La brecha en la accesibilidad a mejoras en el transporte público se hace evidente, generando un contraste marcado entre la satisfacción de los residentes de Padre Hurtado y la frustración persistente de aquellos en otras localidades.
Opiniones de dirigentes del transporte en Talagante y Melipilla
Francisco Caamaño, ingeniero y ex convencional, expresa su preocupación acerca del convenio en el cual el Estado, a través del Ministerio de Transporte, proporciona recursos a las flotas privadas de transporte.
En su opinión, «esta iniciativa no ha resultado beneficiosa para los habitantes de las provincias de Talagante y Melipilla, sino más bien ha redundado en un beneficio exclusivo para las empresas privadas involucradas».
Caamaño destaca la ausencia de mejoras palpables tanto en la frecuencia como en la calidad de los autobuses de la flota, subrayando la desconexión entre las expectativas de la comunidad y la realidad experimentada.
En particular, señala la queja de los vecinos de la provincia de Talagante sobre la limitada disponibilidad de los autobuses que operan en la Autopista del Sol Ruta 78, cuyo servicio finaliza a las 20.30 horas.
Esta limitación temporal afecta a quienes regresan tarde al terminal, obligándolos a utilizar el único recorrido por camino Melipilla como única alternativa. Esta situación, según Caamaño, resulta en la llegada tardía de los vecinos a sus hogares después de jornadas laborales y de estudios.
«Urge evaluar y abordar las deficiencias evidentes en el actual sistema de transporte, enfocándose en el bienestar y las necesidades de la comunidad afectada», finaliza.
Por su parte, Matías Santibañez, dirigente del transporte en la comuna de Melipilla, comenta que «a seis meses del atraso en la implementación de los perímetros de exclusión en la comuna de Melipilla, el transporte sigue siendo igual de deficiente y con los mismos problemas que arrastra hace bastantes años».
«Por ejemplo, antes de la pandemia, los servicios de transporte operaban desde Santiago a Melipilla hasta las once y media de la noche. Actualmente operan máximo hasta las diez, dejando a varios vecinos sin locomoción en el terminal, teniendo que ver otros medios para poder transportarse hacia su comuna después de una extensa y larga jornada de trabajo, en algunos casos jornadas de estudio», señala Santibáñez.
«Uno esperaría que, ante los meses de atraso en la implementación de los perímetros de exclusión, se pudieran visualizar algunos cambios o avances en la infraestructura de los buses. Sin embargo, siguen siendo iguales como han sido siempre. No todos cuentan con cinturones de seguridad, no cuentan con la misma frecuencia, no hay noticias sobre la habilitación de la aplicación para hacerle el seguimiento a los trayectos de los buses, y ha estado muy débil la comunicación por parte de las autoridades sobre la implementación de los perímetros», agrega el dirigente.
«La mayoría de las personas, por lo menos a la gente con la que hemos conversado, 2 de cada 10 personas entiende o conoce qué es un perímetro de exclusión y en qué le va a cambiar la vida a uno. Creemos que es súper importante reforzar comunicacionalmente desde el Ministerio de Transporte, hacer una campaña comunicacional, sobre cuáles van a ser los cambios que se van a implementar a través de los perímetros de exclusión, explicarle a la gente con un lenguaje más sencillo, ¿qué son los perímetros de exclusión?», indica Matías Santibáñez.
«Hay que reforzar en la ciudadanía sobre el impacto que los perímetros de exclusión van a tener en sus vidas, en su bolsillo, que justamente es lo que más le importa a la gente, puesto que llevamos años arrastrando abusos de distintos tipos, entre ellos y no menor, los inescrupulosos precios que se pagan en las tarifas de transporte», concluyó el dirigente social de Melipilla.
Seguiremos informando.
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