Obreros de Línea 3 del Metro en huelga seca: Acá todos saben lo que está sucediendo, pero nadie ha querido dar respuestas

Durante la mañana del lunes 15 de junio, (hace más de un mes) se registraron barricadas en Mapocho con Balmaceda. Estas fueron encendidas por los trabajadores de la faena del pique de la futura línea 3 del metro. Fue así como le dieron el vamos a una movilización fatigosa, que les ha enseñado la cara más indiferente y poderosa del empresario atroz que no pasa ni hambre ni frío para hacerse de millones, ganando concesiones (-ofreciendo lo más barato- como ha sido la política de Obras Públicas de los gobiernos post dictadura y bien sabe de esto la gente que recibe viviendas sociales). Estos trabajadores pertenecen a la subempresa CCL3, un consorcio español mexicano, que está realizando estas faenas para lo que debería ser la futura línea 3.

En esa primera oportunidad, esta manifestación fue reprimida con el carro lanza agua.

El martes 16, la protesta llevó a los cielos la camioneta del jefe, gracias a la grúa de la faena. “El jefe no se va mientras no se resuelva el conflicto” era, más o menos la consigna de una de las obras de arte más espontáneas y representativas del descontento social, no solamente de ellos, sino de un país que se está yendo también a pique.

El espacio geográfico en donde se encuentra el pique Cal y Canto presenta muchas falencias en materia de seguridad. No hay espacios para descansar, ni vestidores.  A esto se suma que los empleados no cuentan con los implementos básicos para operar y las condiciones de seguridad son paupérrimas. Esta es una de las situaciones que cansó a los trabajadores.

Fuimos directamente al pique a ver lo que estaba pasando. Hablamos con uno de los representantes de los trabajadores en huelga, que nos dio un paseo por el lugar y nos explicó la situación actual en la que se encuentran.

Nosotros el día jueves pasado, fuimos desalojados por Carabineros, porque la empresa de Metro señaló que nos habíamos tomado la faena, pero como puedes ver, todo este tiempo el terreno ha estado abandonado y desalojado por parte de la empresa y aquí se nos ha echado la culpa a los trabajadores de que tenemos los piques tomados, pero eso no es verdad. Aquí, ustedes entraron y pueden ver cómo está el pique está abandonado. Aquí el empresariado se ha escondido y está ocultando la realidad de lo que sucede en la Estación Cal y Canto. Por eso queremos  que metro se haga presente por el problema que está aconteciendo en este lugar y no esconda más a la opinión pública la situación peligrosa que está sucediendo. En cualquier momento puede haber un socavón en medio de la calle. Porque esto se va desgastando. La fortificación del túnel en sí, se va debilitando ya que lleva muchos días en el agua. Como abajo de la calle hay tierra, esta va cediendo. De hecho, hasta el momento, el patrimonio nacional de la Estación Mapocho se está viendo afectado con inundaciones en la sala de las artes.

De hecho, hace dos semanas atrás, tuvieron que suspender un par de actividades porque están con filtraciones de agua.

Acá todos saben lo que está sucediendo, pero nadie ha querido dar respuestas.

Toda esta agua, que son 6 metros de profundidad acá afuera, pero dentro del túnel son entre 8 y 10 metros de profundidad, se han acumulado en 45 días. Si el tiempo sigue pasando y no se encuentran soluciones, el nivel del agua va a seguir subiendo y esto podría rebalsar. De hecho, la empresa ha tratado de mandar otras empresas externas a bombear el agua, pero no es legal que se manden reemplazos, porque acá hay una negociación colectiva que se encuentra en curso y no se ha respetado. Del día 15 de junio, que comenzó la huelga, la empresa ha estado cometiendo una serie de actos antisindicales. Y las cinco veces que hemos ido a la inspección del trabajo, han enviado a prevencionistas a poner la cara por la empresa, los que no tienen la facultad para resolver ningún tipo de negociación colectiva. Nunca han enviado a alguien con la autoridad para resolver. Lo único que han hecho es enviar a la Seremi, como ministro de fe, de parte del empresariado. Acá vieron el tema y está todo tapado. Acá, lo que hay, es un tema político.

Las Jornadas laborales son demasiado extensas. Uno trabaja jornadas de 5 por 2 y de 5 por 3, eso quiere decir que aquí se trabaja de lunes a domingo, 12 horas diarias, con turnos relativos que no están autorizados. Es un conducto Irregular. Se supone que esto, como obra civil, no está dentro del margen de la ley. Estos debieran ser turnos relativos y las jornadas están demasiado extensas. Aquí, para tener un fin de semana de descanso, tienes que trabajar dos meses completos, de corrido.

¿Y han ido a la inspección del trabajo a denunciar estas malas prácticas laborales?

Están todas las demandas hechas. Manejan bien el tema. Todos, a nivel gobierno, de inspección, a nivel SEREMI están todos claros como es el tema del metro. Y la inspección no da ninguna solución. Es más, estamos tapados en demandas en la inspección del trabajo en contra de la empresa y nada se soluciona.

Cansados ya en esta batalla, dos de los trabajadores del pique decidieron iniciar una huelga de hambre, ya que la empresa se ha mostrado completamente intransigente con sus demandas y sienten abandono de parte del gobierno. Por todas estas razones, Rodolfo Ahumada y Javier Vilches iniciaron una huelga de hambre, hace ya una semana. Sin embargo hoy, a partir de la medianoche, ambos radicalizaron su protesta y comenzaron una huelga seca.

Lamentablemente, a 48 días de iniciada esta huelga, la gerencia de Metro S.A. ha insistido en que esta situación es un conflicto entre privados y se ha negado a intervenir, aun cuando es la empresa mandante de las obras. Las instituciones de gobierno se han declarado incompetentes en el asunto y han ignorado todas las denuncias sobre prácticas antisindicales, vulneración de derechos y el desamparo en el que se encuentran todos los trabajadores, esto a pesar de haberles entregado sendos antecedentes.