Ocho puntos sobre desempleo y neoliberalismo: Una historia de fracasos

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Ocho puntos sobre desempleo y neoliberalismo: Una historia de fracasos

Autor: Absalón Opazo

1.- Desde los años 1970 y 1980, se observa a nivel mundial el despliegue de políticas neoliberales en diversa intensidad. El nivel o grado de implementación y profundidad de las medidas neoliberales se relaciona con el tipo de régimen político, el nivel de discusión democrática, el grado de organización y participación de los trabajadores y trabajadoras, el impacto de las crisis económicas que cubrieron la temporalidad señalada y el posicionamiento central o periférico de las economías nacionales dentro del capitalismo y por cierto el grado de desarrollo de las políticas de bienestar presentes hasta ese momento. Chile estando en la periferia, golpeado por las crisis económicas y en dictadura, fue el escenario para una máxima intensidad de la implementación neoliberal.

2.- Desde la década de 1970 y 1980, una parte importante de los países mostró crecimientos importantes de los niveles de desempleo. Las economías capitalistas centrales, como Alemania Federal, fueron dejando atrás los positivos datos de desempleo, que habían marcado los años de postguerra y el “milagro alemán”. En la misma situación se vieron otras economías centrales, como la británica, francesa y estadounidense, entre otras.  Chile, en la periferia y en dictadura, comenzó a mostrar crecientes niveles de desempleo desde 1974. 

3.- Mientras las crisis económicas de 1973, 1979 y 1982 golpeaban las economías, impactando en el empleo, los neoliberales tuvieron el campo adecuado para influenciar las políticas económicas, reduciendo la importancia del “pleno empleo” (que caracterizó a gran parte de las políticas económicas de los años posteriores a la crisis de 1929) y reorientado la concentración en el manejo y control de la inflación. De esta forma se objetó y cuestionó el gasto público y social del Estado.

4.- Cuestionado el gasto del estado (público y social), junto a su énfasis en la inflación, el neoliberalismo implementó la reducción de los gastos del Estado, cuestionando el tamaño de sus activos y el gasto social. Estas políticas tuvieron despliegues diferenciales, observándose que, en sociedades democráticas, sus reformas (desregulación del mercado – incluido el laboral, privatizaciones, precarización de condiciones laborales y reducción de derechos sociales y de bienestar, etc.) no pudieron implementarse de forma radical, como sí ocurrió en Chile, donde el autoritarismo y el terror dictatorial cerró posibilidades de discusión o limitación al proyecto neoliberal.

5.- En los países capitalistas que mantuvieron y desarrollaron políticas de bienestar, las organizaciones de trabajadores y trabajadoras fueron actores importantes en las políticas económicas del Estado y el desempleo no significó que miles cayeran en la marginalidad en la lucha por la subsistencia mínima, sosteniéndose de esa forma la posibilidad de relaciones más igualitarias. Experiencias de ese tipo las encontramos en países como Alemania, Francia y los modelos de bienestar nórdicos, entre otros. Para el caso de Chile, los años de la dictadura marcaron un índice promedio cercano al 15% de desempleo (con varios años sobre 20%). Los años 1990 en adelante marcaron mejoras en empleabilidad, caracterizada por una importante cantidad de trabajadores informales, en situación de marginalidad de los derechos laborales y sociales y carentes de previsiones. De esa forma y pese al “crecimiento” económico y aumento en los datos de empleo, la sociedad chilena siguió marcando altos índices de desigualdad, donde para miles el trabajo no ha permitido salir de la pobreza.

6.- La privatización de los riesgos ha dejado fuera de “beneficios” a importantes sectores de la población, que, considerando la observación de Bauman, son pobres con servicios y beneficios pobres. De esa forma, el nivel de empleo en Chile, con cerca de un 30% de informalidad y con una realidad salarial mayoritariamente precaria, ha sido el campo de desarrollo de una “bancarización” y “creditalización” para el consumo cotidiano, el financiamiento de la vivienda y, crecientemente, de la salud y la educación. y el endeudamiento. Estamos frente a un consumismo marcado por lo precario del resto de las dimensiones de la vida social, un consumo material en medio de empobrecimiento y hacinamiento habitacional, pobreza y segregación cultural.

7.- Países con políticas tributarias progresivas y redistributivas han sido los que hasta ahora han mostrado mayor eficacia en que el empleo se vincule a mejoras efectivas en la calidad de vida del conjunto de la población, la igualdad social y la “productividad”. Entre los modelos observables se pueden contar Alemania y los países nórdicos, aunque en ellos desde los años 1990 se han hecho presentes variados avances del neoliberalismo.

En lo que se refiere a la productividad, ésta debe ser fortalecida con alta inversión en educación y desarrollo científico que permita mejorar la formación académica, profesional y técnica, para asegurar una empleabilidad en mercados laborales cada vez más flexibles y precarios. De más está señalar que en inversión en ciencia y educación Chile no ha logrado grandes avances. En el informe sobre educación de 2018 de la OCDE, Chile se mueve entre los 8 países con menor gasto, de un total de 37 países considerados (https://read.oecd-ilibrary.org/education/education-at-a-glance-2019_f8d7880d-en#page1). En investigación, aún con los miles “per cápita” que Chile luce en sus datos, el gasto en investigación está bajo Brasil, Argentina, México, Cuba y Costa Rica, entre otros (para ver data comparada:  https://datos.bancomundial.org/indicador/GB.XPD.RSDV.GD.ZS)

8.- En Chile el neoliberalismo ha sido incapaz de resolver el problema del desempleo ni ha generado empleos de calidad, mejoras salariales, etc., afectando la calidad del trabajo, los derechos laborales y la función del empleo como forma de reducir la pobreza. En Chile millones de personas con “empleo” viven en la pobreza, imposibilitados de resistir una crisis como la actual, ganándose la vida «al día». Pese a trabajar por años, en un par de semanas no les queda otra posibilidad que pasar a depender de la llegada de una caja de mercadería.

AUTORES

Ana Cárdenas Tomažič, Instituto de Sociología, LMU Munich, Alemania

Claudio Llanos Reyes, Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.


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