La ONU Recomienda al gobierno de Enrique Peña Nieto no entregar a una organización de carácter privado como Teletón los escasos recursos financieros que el Estado dedica a la rehabilitación de personas con discapacidad. Otro de los puntos importantes y que más interesaron al Comité fueron la falta de acciones específicas implementadas por el Estado para prevenir y eliminar la discriminación que enfrentan las mujeres y niños con discapacidad, y la nula existencia de información al respecto.
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Señalaron que en México existe un escaso acceso a la justicia por parte de las personas con alguna discapacidad en distintas comunidades indígenas y en el sistema judicial general. Cualquier semejanza con las recomendaciones formuladas por la ONU al país azteca y la realidad en que viven las personas con discapacidad en Chile, no es mera coincidencia.
Luego de más de 30 años trabajando por la integración social y laboral en discapacidad, creo necesario y urgente que el mismo comité de la ONU, sugiera al gobierno chileno de Michelle Bachelet, no seguir aplaudiendo la campaña que se realiza también en Chile desde 1978, herencia de un gobierno dictatorial y destructor de los Derechos Humanos. Aplaudir la Teletón es celebrar la discriminación y segregación en que viven las personas con discapacidad en nuestro país.
Sin duda que la acción de la ONU representa una buena noticia, para las voluntades y conciencias de millones de personas en el continente y el mundo. Potencia el trabajo que realizamos los activistas por la Integración Social y Laboral de todas las Personas con Discapacidad en América Latina, quienes trabajamos por un cambio de paradigma, ayudando a correr el velo que impide ver la realidad a la ciudadanía. Esta es otra prueba de que nuestras certezas están en lo correcto y que nuestros llamados están siendo escuchados; la prueba mundial de que Teletón representa precisamente lo inverso de la Integración.
Hoy Chile se “prepara” nuevamente para la realización de otra versión de la campaña que está en punta con los Derechos fundamentales de las personas con discapacidad y quienes somos sus familias. Campaña ruidosa que lo único que ha logrado es instalar en el inconsciente colectivo y del empresariado chileno, que “integrar es hacer un favor”. Este hecho impide por ejemplo una efectiva, adecuada y proactiva integración laboral de administrativos, técnicos y profesionales con discapacidad al mundo laboral. Prueba de esto es que solo el 0,5% de las empresas en Chile “se atreve” a integrar a recurso humano con algún tipo o grado de discapacidad y más del 90% de las personas con discapacidad en edad de trabajar, en Chile se encuentra cesante. Las empresas que aportan dinero a Teletón no integran debidamente a personas con discapacidad al trabajo, lo cual constituye un acto surrealista y de una profunda inconsecuencia.
Gracias a esta campaña que posiciona a las personas con discapacidad como sujetos de caridad pública y no como sujetos de derechos, vemos a un gobierno y a un ente estatal como SENADIS (Servicio Nacional de la Discapacidad), amarrado de pies y manos, amordazado hace años, en el intento de realizar acciones de promoción de los derechos humanos de las personas con discapacidad. La campaña impide que el Estado de Chile tome conciencia y cumpla con sus responsabilidades y obligaciones al respecto. Esas mordazas tienen claramente impreso el sello rojo en forma de “corazón”. Realizar acciones de difusión sería ayudar a “despertar la conciencia del pueblo chileno” y dejar en evidencia la locura de la campaña farandulera.
Como experto, he escrito y hablado sobre Teletón muchas veces –hace más de una década-, señalándola como “El Negocio de El Siglo” para algunos y al mismo tiempo el mayor atropello de los derechos humanos de varios millones de ciudadanos chilenos. Hoy no puedo estar más en línea con el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU y el llamado que realizan a México, el cual sin duda traspasa las fronteras mexicanas e inunda de un halo de luz y claridad a nuestros países, que inconscientes, aún subastan en la plaza pública, los derechos humanos de los niños y las personas con discapacidad.
En Chile tendrá que ser la ciudadanía la que despierte y exija cambios. Los padres y amigos, todas las organizaciones de y para personas con discapacidad, más allá de cualquier subvención estatal, atreverse a romper el silencio y decir la verdad, lo que realmente sucede con nuestros familiares y atendidos, distante a varios años luz de los millones de dólares que seguramente volverán a rebalsar los bolsillos de quienes son los dueños y cara visible de Teletón.
La campaña sigue en punta con las normas nacionales e internacionales sobre discapacidad, indignando dentro y fuera de las oficinas de la ONU, dentro y fuera de México, por ser en Chile y varios países “la piedra de tope” de la Integración. La indignación, se transforma en acción y la acción en conciencia.
DISCAPACIDAD: + DERECHOS – CARIDAD.
Por Alejandro Hernández
Presidente y Director Ejecutivo Fundación Nacional de Discapacitados.
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