El 22 de agosto de 2016 Francisco, el mayor de los cuatro hijos de la defensora del agua y del territorio, Macarena Valdés, la encontró colgada en su propia casa. La mujer de 32 años estaba en compañía del más pequeño de ellos, Antulen Wawentu. La lanmgen habría decidido acabar con su vida en su presencia, pero antes les dejaría comida preparada para cuando su compañero y otros dos hijos volviesen a la casa además de su cartera y bolso de guagua listos para ir al consultorio. Para Rubén Collío, esposo de Valdés, las cosas no calzaban: ¿porque iba a tener todo listo para salir? Pese a esto, la autopsia realizada en el Servicio Médico Legal de Valdivia –firmada por el médico Enrique Rocco- avaló la tesis de suicidio, diagnóstico sobre el que su familia no podía convencerse en ese momento, posición que mantienen hasta la fecha.
Desde entonces todo ha sido una constante lucha para Rubén. A partir del 22 de agosto del 2016, cuando Carabineros no respetó ninguna norma investigativa al momento de acompañar en la diligencia de remoción y traslado del cuerpo de Macarena a la ciudad de Valdivia, se sumó la “negligencia” del médico del SML-Valdivia, Enrique Rocco, quien ya había sido cuestionado por casos similares.
El cierre del caso dos veces, la autorización para la exhumación y las negligencias asociadas, los aplazamientos para realizar la segunda autopsia, el retraso del SML de Santiago que aún no entrega su informe sobre la segunda autopsia, incluso la “respuesta» del Fiscal Nacional, Jorge Abbott al interpelarlo formalmente por no investigar, son parte de las acciones impulsadas por Collío y por la «Coordinadora Justicia para Macarena Valdés».
Es así como para conmemorar los dos años de su muerte y para fortalecer la lucha por justicia ante este crimen, la Coordinadora Justicia para Macarena Valdés hace un llamado para que el 22 de agosto se realicen concentraciones en todo el país. A la fecha ya hay dos confirmadas: el 22 de agosto a las 19:00 hrs. un acto conmemorativo en el frontis del Teatro Universidad de Chile, en Santiago; mientras que en el caso de Concepción la cita es para las 18:00 hrs. en Barros Arana con Anibal Pinto.
El informe pericial que prueba el asesinato
Cabe destacar que el proceso de la segunda autopsia realizado por el SML en Santiago, fue acompañado por un perito privado de la familia y su equipo técnico, integrado por el médico forense Luis Ravanal -quien comprobó la tesis del asesinato del presidente Salvador Allende- y la doctora Carmen Cerda Aguilar, profesora titular de la Universidad de Chile y directora subrogante del Departamento de Anatomía y Medicina Legal de la Facultad de Medicina de dicha universidad, quien estuvo a cargo del estudio histológico.
El análisis del tejido cervical, que fue explicado en un reportaje de televisión abierta, demuestra que no hubo suicidio, que el cuerpo de Macarena, ya sin vida, fue colgado.
Otra de las exigencias de la organización es que el Servicio Médico Legal devele en breve el informe forense y que «se manifieste por su falta de celeridad en el proceso, a sabiendas de que el informe de la segunda autopsia es crucial para avanzar en justicia», como manifestaron desde la Coordinadora.
«Asimismo, interpelamos nuevamente al Fiscal Nacional, Jorge Abbott, a que tome las cartas en el asunto para que el crimen de Macarena no quede en la impunidad, como es el caso de la mayoría de las y los mapuche asesinados», agregaron desde la organización.
Una vida interrumpida
Un par de años atrás Macarena Valdés y Rubén Collío habían decidido volver a la tierra de sus ancestros. Desde Santiago llegaron a Tranguil, la localidad más cercana al Paso Internacional Carirriñe, en plena Cordillera de los Andes.
Corría el 2016 y la empresa austriaca, entonces RP Global (financiada por el Banco BICE), empezaría las faenas para instalar la Mini Central de Paso Tranguil, en pleno territorio mapuche reconocido por el Estado chileno y avalado por Títulos de Merced entregados entre fines del S.XIX y principios del S.XX. a las comunidades mapuche tras el proceso de ocupación, reducción y radicación tras la “Pacificación de la Araucanía”. Todo esto sin evaluación de impacto ambiental ni consulta indígena obligatoria estipulada en el Convenio 169 de la OIT a la que Chile se suscribió en 2008.
Macarena y Rubén, werkén de Newen Tranguil, alertaron a su comunidad de los perjuicios de esta construcción. Organizados decidieron impedir la instalación de postes de cableado eléctrico para abastecer la faena, ya que si no se instalaban tendrían un poco de tiempo para impedir la devastación del lugar. En ese contexto, se manifestaron en la ruta principal impidiendo la instalación por parte de SAESA. S.A.
«La Negra», como la llamaban en su comunidad, fue una de las guías de la resistencia junto con Rubén, motivo por el cual comenzaron las amenazas a quienes no estaban de acuerdo con que intervinieran su territorio. Lo hacían con llamadas telefónicas diciéndoles que los matarían, siguiéndolos en vehículos, iluminando las casas de madrugada con linternas e incluso entrando.
Finalmente, en el terreno de Julia Quillempán fue instalada la sala de máquinas. Se desvió el río y se extrajo áridos de manera irregular. Eso, además de la usurpación y la destrucción de dos cementerios ancestrales. Al igual que su sobrina Sandra Catripán debieron enfrentan los hostigamientos anteriormente descritos y por esto existe una demanda contra la empresa RP Arroyo por usurpación de su territorio. Paralelamente existe una querella criminal contra quienes resulten responsables del asesinato de Macarena.