Tras la sangrienta instauración de la dictadura cívico-militar en 1973, una de las voces opositoras más tenaces hacia el régimen fue la del ex canciller del Presidente Allende, Orlando Letelier, quien fue además uno de los primeros en advertir, globalmente, la responsabilidad de los «Chicago Boys» en la aplicación del terrorismo de Estado en Chile.
Hablamos del ensayo «Los Chicago Boys en Chile. ‘Libertad económica y represión política’: dos caras de un mismo modelo», publicado el 26 de agosto de 1976 en la revista norteamericana The Nation. Allí, el también ex ministro de Defensa e Interior del gobierno de la Unidad Popular, advierte que el Comité Especial del Senado Norteamericano sobre Inteligencia reveló que estos «ayudaron a planear las medidas económicas que la Junta chilena puso en ejecución inmediatamente después de usurpar el poder».
Así, escribe Letelier, «mientras los ‘Chicago boys’ han proveído una apariencia de respetabilidad técnica a los sueños de laissez-faire (filosofía política partidaria de limitar la intervención del Estado al mínimo imprescindible, N. de la R.) y a la avidez política de la vieja oligarquía agraria y alta burguesía de monopolistas y especuladores financieros, los militares han aplicado la fuerza bruta requerida para alcanzar esos objetivos. Represión para las mayorías y ‘libertad económica’ para pequeños grupos privilegiados son en Chile dos caras de la misma moneda».
El ex ministro destaca en esa línea que «la concentración de la riqueza no es una excepción, sino la regla; no es el resultado marginal de una situación difícil -como les gustaría que el mundo creyera- sino la base de un proyecto social; no es un sacrificio económico sino un éxito político temporal. Su real fracaso no es su evidente incapacidad para redistribuir la riqueza o para generar un camino más parejo de desarrollo (no son éstas sus prioridades), sino su incapacidad para convencer a la mayoría de los chilenos que sus políticas son razonables y necesarias».
«En resumen -señala-, ellos han fracasado en destruir la conciencia del pueblo de Chile. El plan económico ha tenido que ser impuesto, y en el contexto chileno ello podía hacerse sólo mediante el asesinato de miles de personas, el establecimiento de campos de concentración a través de todo el país, el encarcelamiento de más de 100.000 personas en tres años, el cierre de los sindicatos y organizaciones vecinales y la prohibición de todas las actividades políticas y de todas las formas de expresión».
Lee el texto completo ACÁ
Sigue leyendo: Hasta los Chicago Boys aprueban: Académicos de la Universidad de Chicago firman carta de apoyo a la Nueva Constitución