Ovnis en el Congreso: Diputado UDI interrumpe a José Maza para preguntar por platillos voladores

La sesión de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados del pasado 12 de marzo tenía como propósito abordar un tema crucial: el megaproyecto INNA, impulsado por la empresa eléctrica AES Andes en la región de Antofagasta, y su impacto sobre el Observatorio Paranal, la biodiversidad costera y las comunidades del Pueblo Chango. Sin embargo, la discusión se desvió abruptamente cuando el diputado Cristóbal Martínez (UDI) tomó la palabra para preguntarle al astrónomo José Maza si alguna vez había visto un platillo volador.

“Bueno, se van a reír un poco, pero aprovechando que está el profesor… Alguna vez, y esto es porque son de los observatorios mejores a nivel mundial, ¿ustedes han visto, no sé cómo decirlo, pero un platillo volador o algo así?”, soltó Martínez, entre risas.

La respuesta del astrónomo fue inmediata y tajante. Tras una breve pausa, Maza zanjó el asunto: “No hemos visto nunca nada. Y no, en realidad eso es un chiste, los planetas más cercanos están a 30, 40 o 50 años luz. Alfa Centauri está a 4 años luz, nos demoraríamos 40.000 años. Si alguno se ofrece, vamos, pero esa es la ida, aún queda volverse, 40.000 años más”.

Con visible molestia, el científico comparó la pregunta con creer en cuentos como el Viejito Pascuero o Peter Pan: “Esto es como los cuentos… ¡renos que vuelan! Entonces, claro, esto tiene por lo menos un platillo volador, pero es la misma fantasía”.

Revisa la polémica escena:

Invitan al Profesor y Doctor en Astronomía, José Maza a la comisión de medio ambiente y el Diputado Cristóbal Martínez (UDI) le pregunta si alguna vez a visto un platillo volador. 🤦

La cara del profesor y su respuesta lo terminaron de educar: "Eso es un chiste, es absurdo. Esto… pic.twitter.com/xU5myfUwFQ

— Carlos. (@PaisEsponja) March 25, 2025

La escena no solo descolocó al académico. También evidenció la falta de seriedad de algunos legisladores frente a un tema de interés nacional: el riesgo que representa el megaproyecto INNA para los cielos más puros del planeta y para la ciencia astronómica de primer nivel.

Un megaproyecto bajo cuestionamiento científico y ambiental

El proyecto INNA, desarrollado por la filial chilena de la estadounidense AES Corporation, busca producir hidrógeno y amoníaco verde mediante una infraestructura gigantesca que ocuparía más de 3.000 hectáreas en Taltal, justo a 5 a 11 kilómetros del Observatorio Paranal.

Tanto científicos como ambientalistas y comunidades del Pueblo Chango han alertado sobre los impactos irreversibles que tendría esta iniciativa. Entre ellos, destacan el aumento significativo de la contaminación lumínica, que interferiría directamente con las capacidades de observación del Very Large Telescope (VLT), el Extremely Large Telescope (ELT) y el futuro Cherenkov Telescope Array Observatory (CTAO-Sur).

Un informe del Observatorio Europeo Austral (ESO) estimó que el proyecto podría aumentar la luz artificial en los cielos del Paranal hasta en un 55% en algunas zonas, afectando la nitidez de las imágenes astronómicas y alterando las condiciones óptimas que han hecho de Chile un líder mundial en astronomía.

Impacto en biodiversidad y pueblos originarios

El megaproyecto también contempla una planta desaladora a gran escala que podría alterar el equilibrio ecológico del ecosistema marino en la región de Antofagasta. Las comunidades changas, que habitan la zona costera de Taltal, han expresado su oposición, denunciando que la empresa no ha respetado sus derechos ni ha realizado las consultas pertinentes según los estándares internacionales.

Ante este escenario, astrónomos, senadores y organizaciones ciudadanas han pedido frenar el proyecto hasta que se garantice que no habrá daños irreversibles a los cielos, la biodiversidad ni las comunidades locales.

Sin embargo, mientras se discuten los impactos de un megaproyecto que podría cambiar para siempre el paisaje del desierto de Atacama, algunos congresistas parecen más interesados en saber si José Maza ha visto extraterrestres. El legado científico y ambiental de Chile, por ahora, sigue esperando una discusión a la altura.