El pastor evangélico más popular del último tiempo Javier Soto insiste en increpar a las organizaciones defensoras de los derechos homosexuales e incluso políticos que legislan en favor de estos. Hoy dio una entrevista al diario vespertino La Segunda, donde explicó de qué se trata su insistente predica y qué es lo que lo motiva a mantener su lucha contra el pecado.
Sobre su irrupción en el Congreso, lugar de donde fue expulsado por guardias y el propio Cristián Monckeberg, Soto afirmó que fue “Por los niños de Chile. Una cosa son los homosexuales y su vida en pecado, pero otra es que todo eso llegue a los niños ¡¡Nunca lo permitiré!!”. De aquel impasse salió con un moretón en el hombro y su terno “regalón” que quedó rasgado y será el símbolo de “su lucha”. En cuanto a sus motivaciones y el origen de sus peleas y consignas a punta de gritos Biblia en mano, Soto dice: “Mi misión es preservar a la familia y haré lo que sea necesario para evitar que se contamine. Mi pelea es contra el gobierno y los homosexuales”.
Soto contó que cuando joven estuvo cerca de cigarros, alcohol, gente drogada e incluso una vez vio a un travesti de cerca. También destapó una faceta desconocida sobre su paso por la Armada. Lugar al que atribuye parte de su formación “viril”. El pastor dijo “La Armada me dio la perseverancia. El luchar por los objetivos. El tratar siempre de ser el mejor en todo”. No siempre fue evangélico, se convirtió en tal en el ferviente religioso que hoy es en el año 1998. Ante la pregunta que muchos han planteado las últimas veces que el pastor ha figurado públicamente, sobre si es o no pastor, Soto señaló que «los que dicen que no soy pastor, no tienen idea de nada».
Sobre sus principales enemigos y flanco de sus dardos, los homosexuales, Soto dijo que: «Todo eso da asco (…) Porque van contra Dios». También agregó que «Y dan pena. Habitan las tinieblas». Sobre Luis Larraín dice que «es un buen ser humano capturado por las tinieblas. De Pablo Simonetti que es un hombre bien educado que lamentablemente se radicó en la oscuridad. Y Rolando Jiménez es un hijo del diablo porque defiende a los pedófilos. Ha dicho que la pedofilia no es un delito, sino una enfermedad».
El pastor Soto se infiltró en el Gay Parade, instancia donde vio el «pecado» in situ: hombres de la mano, besándose y de senos grandes. Finalmente el pastor dice “Yo estoy loco. Algunos me dicen el Loco Soto. Pero está escrito: predicarás la Palabra con locura. Soy un loco en Cristo”.
En el otro extremo de esta lucha, el Movilh representado por su histórico líder Rolando Jiménez presentará el próximo lunes 29 en Séptimo Juzgado de Garantía, una querella contra los abusos y hostigamientos del pastor Soto. Desde la organización señalan que esto se debe a “Soto ha hostigado a nuestros activistas en el frontis de nuestra sede al menos en 3 ocasiones en el último mes ha enviado unos 50 correos insultantes a nuestra organización, ha pegado afiches y lanzado panfletos en nuestras oficinas, ha perseguido al menos 10 veces a nuestro dirigente Rolando Jiménez, en espacios públicos y privados, hostigándolo, impidiéndole el paso junto a otros “religiosos” y acusándonos de pedófilos, sucios y corruptos”.
Finalmente, desde Movilh señalan que “Más aún, la casi totalidad de los delirantes videos y afiches producidos por Soto hacen referencia verbal o escrita al Movilh y a sus activistas, periodicidad que desde todo punto de vista es un acoso”