Pastor Soto, entiende ¡La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí!

El hombre que predica en voz alta las palabras de un Dios omnipresente y castigador, no se ha cansado de criticar, perseguir y molestar a distintas personas que él califica de enfermos, pecadores y pervertidos. Por estas acciones reiteradas algunas autoridades han rechazado los actos de Soto e incluso han anunciado querellas en su contra. Pues Soto personifica una postura obsoleta y violenta que amenaza el avance de esta sociedad que pretende crecer en derechos civiles.

Pastor Soto, entiende ¡La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí!

Autor: Jimena Colombo

soto

El pastor Soto y el diputado UDI, Ignacio Urrutia (que ha destacado por desafortunadas opiniones homofóbicas) son caricaturas de una realidad que lamentablemente existe. Al comienzo uno tiende a reírse de sus actos, pero cuando estos se transforman en una realidad diaria y reflejan una postura minoritaria, se convierten en personajes nefastos para el progreso de la sociedad. La violencia en contra de la homosexualidad a la que han llegado estos sujetos es una conducta que debe ser repudiada para que crímenes como el asesinato a Daniel Zamudio no se repitan nunca más, ni las agresiones encuentren asidero en posiciones tan absurdas como débiles.

Carlos Javier Soto Chacón pasó de ser el patético ejemplo exagerado de una realidad innegable y un griterío homofóbico  a una amenaza insistente a personas y leyes que promoverán la igualdad para todos, e incluso a enlodado la imagen de una porción d cristianos que se avergüenzan de sus actos. El tono gracioso que tenían sus episodios en la calle y hasta en el Congreso se acabó, pues de esa predica odiosa pueden derivar atentados crueles contra una parte de la sociedad que merece respeto y derechos iguales a los del resto. La población homosexual necesita del respaldo de los gobiernos, autoridades, legisladores y sobretodo de la sociedad común y corriente, pues si no se extienden brazos solidarios, los pastores Soto  y los diputados Urrutia proliferarán  y entonces nuestros hijos aprenderán que odiar a otros por su condición sexual es gracioso y normal.

Tras el asedio y las insistentes agresiones del pastor Soto tanto a lideres de organizaciones defensoras de los derechos homosexuales, a los parlamentarios que han decidido dar un paso adelante en materia de derechos civiles con la revisión del AVP que devino en PUC, el pastor Soto se ha posicionado como una molestia que zumba en la oreja de quienes no hacen más que amar a otro del mismo sexo y exigir derechos mínimos. A raíz de la  amenaza contra el diputado demócrata cristiano Claudio Arriagada, tanto la DC como el gobierno han rechazado el acto y comprometido tomar decisiones legales contra Soto. Alvaro Elizalde -vocero de gobierno- expresó «la solidaridad del gobierno con el diputado Arriagada, que ha sido agredido por un fanático, el mismo que tuvo que ser expulsado de la Comisión de Constitución” y además sentenció que “No podemos tolerar este tipo de agresiones, que dan cuenta de un fanatismo sin sentido”. También desde la DC respaldaron a Arriagada e incluso anunciaron una querella y desde otros sectores, han calificado el acto como despreciable.

Además, por estos días se creó un viral que increpa a Soto titulado «Y si los gays predicaran como tú?», que además creó el hashtag #yosoyvictimadelpastorsoto. A través de esta pieza audiovisual se plantea cómo sería si los homosexuales predicaran en contra de heterosexuales y defienden sus demandas con prédicas como la de Soto, pero sin Biblia de por medio. Revísalo aquí.


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